Cambio de clima
Hay s¨ªntomas esperanzadores de que las granizadas, tempestades y heladas de la anterior legislatura pueden dejar paso a un clima menos deprimente, riguroso y desagradable. ?Nos aguarda una nueva estaci¨®n de la vida p¨²blica o se trata s¨®lo de un corto veranillo de San Mart¨ªn, deparado por la concentraci¨®n autista del PP en sus problemas internos y por la necesidad de los energ¨²menos de tomarse una temporada de descanso para reponer fuerzas antes de volver con m¨¢s br¨ªos a la tarea?
El primer pleno ordinario del Congreso celebrado tras el desesperezamiento de las nuevas Cortes registr¨® duros intercambios entre los portavoces pero careci¨® de la patol¨®gica agresividad que dominaba las sesiones cuando el ahora privatizado Zaplana era el primer actor de la C¨¢mara. Sin embargo, las cuestiones a debate (el minitrasvase de agua del Ebro a Barcelona y el paquete de medidas para frenar la ca¨ªda de la actividad econ¨®mica, el consumo y el empleo) hubiesen sido aprovechadas durante la anterior legislatura para llevar a cabo crispadores ejercicios de oratoria demag¨®gica. El Gobierno puso en pr¨¢ctica su nueva estrategia de alianzas de geometr¨ªa variable seg¨²n cu¨¢l sea el orden del d¨ªa parlamentario. El PP vot¨® con el PSOE a favor del minitrasvase del Ebro y se abstuvo a prop¨®sito de las medidas antic¨ªclicas.
Tras las elecciones se perciben s¨ªntomas esperanzadores de una rebaja de la tensi¨®n en la vida p¨²blica
Tambi¨¦n la sociedad se ha beneficiado de cierta rebaja de la insoportable tensi¨®n de los cuatro ¨²ltimos a?os: como en las v¨ªsperas de la Guerra Civil, discrepancias entre adversarios solucionables mediante la negociaci¨®n fueron transformadas durante la anterior legislatura en una colisi¨®n ideol¨®gica entre enemigos abocada al mutuo exterminio existencial. Han quedado desmentidas las profec¨ªas b¨ªblicas que anunciaban la p¨¦rdida de Espa?a si el PP no arrasaba el 9-M; el retroceso electoral de los nacionalistas en beneficio del PSOE ridiculiza a¨²n m¨¢s el fallido pron¨®stico de la ruptura del Estado. La patra?a de los pactos secretos entre el Gobierno y ETA para cumplimentar el programa soberanista del nacionalismo radical fue reventada por el atentado de la T-4, con independencia de los serios errores cometidos por el Ejecutivo en el an¨¢lisis de la informaci¨®n, el c¨¢lculo de probabilidades y el desarrollo de las negociaciones de paz; el asesinato de Isa¨ªas Carrasco y los atentados contra sedes del PSOE exigir¨ªan un desagravio de los pol¨ªticos y los periodistas calumniadores, incluidos los directivos de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo.
La mercanc¨ªa adulterada puesta de nuevo a la venta por la Radio de los Obispos y el diario El Mundo para relanzar la disparatada teor¨ªa de la conspiraci¨®n sobre el 11-M, a fin de implicar a ETA a la polic¨ªa y al PSOE en el atentado, ya no tiene compradores. Y la cruzada de esos medios amarillistas para linchar a Rajoy -obligado a tragar a cucharones la medicina antes destinada a Zapatero- con injurias y ridiculizaciones apenas les deja fuelle para seguir calentando a sus oyentes y lectores contra los dem¨¢s pol¨ªticos. -
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