La Junta frena la llegada de los equipos de la ONU

La desolaci¨®n, el dolor y la gravedad de cientos de miles de personas que lo han perdido todo v¨ªctimas del cicl¨®n que azot¨® el domingo el sur de Myanmar no han logrado romper el pu?o de acero con que la Junta Militar oprime a su pueblo. Los militares que gobiernan la antigua Birmania desde 1962 han aceptado la llegada de material de Naciones Unidas, pero el personal de la ONU que debe valorar sobre el terreno la situaci¨®n para ordenar la ayuda adecuada y facilitar su distribuci¨®n est¨¢ paralizado en Bangkok a la espera de visado. Mientras, los birmanos se mueren.

Conforme pasan las horas va aflorando la magnitud de la cat¨¢strofe que ha dejado enormes extensiones de Myanmar bajo las aguas. La radio oficial birmana reconoci¨® ayer que el n¨²mero de muertos es de 22.500 y que hay m¨¢s de 41.000 desaparecidos. Seg¨²n el ministro de Reasentamientos y Emergencias, Maung Maung Swe, la ola de tres metros y medio que gener¨® el cicl¨®n caus¨® buena parte de las v¨ªctimas.

Los expertos no entienden c¨®mo no se evacu¨® ni advirti¨® a la poblaci¨®n

"Hasta el momento, el Gobierno ha aceptado nuestra asistencia material, que est¨¢ de camino. Seguimos a la espera de visados para nuestro personal especializado en emergencias", se?al¨® en Ginebra (Suiza), visiblemente molesta por el retraso, Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios.

Muchas personas lograr¨¢n sobrevivir si se las rescata pronto. De ah¨ª, que los especialistas consideren cruciales los primeros d¨ªas. La Junta, sin embargo, no parece tener prisa y permanece en Naypitaw, la nueva capital, mientras el caos se adue?a del pa¨ªs.

Numerosas ONG internacionales se han mostrado dispuestas a cooperar con Myanmar, pero sus expertos no han sido invitados a entrar en el pa¨ªs. Tampoco ha tenido respuesta el ofrecimiento de apoyo realizado por el presidente estadounidense, George W. Bush. Hasta anoche, s¨®lo hab¨ªan aterrizado en el aeropuerto de Yangon, que ha sido reparado parcialmente, aviones con ayuda de Tailandia y China, dos pa¨ªses que mantienen unas estrechas relaciones con el r¨¦gimen birmano. La India, otro vecino con excelentes relaciones, ha enviado dos barcos.

El ¨²nico personal que las agencias de la ONU tienen ahora en Myanmar son peque?os equipos del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) y de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.

Los expertos no comprenden c¨®mo el Gobierno no evacu¨® ni advirti¨® a la poblaci¨®n del riesgo que corr¨ªa. Los meteor¨®logos vieron c¨®mo la tormenta se formaba en el golfo de Bengala y los militares, en lugar de tomar medidas, se limitaron a pedir a la poblaci¨®n que permaneciera en casa.

Decenas de miles de viviendas han sido destruidas y a¨²n no se sabe cu¨¢ntas personas siguen bajo los escombros. Muchas han resultado heridas y casi un mill¨®n lo han perdido todo. S¨®lo en la ciudad de Bogalay, en el delta del Irrawaddy (suroeste del pa¨ªs), la zona m¨¢s afectada, se calcula que murieron 10.000 personas.

La respuesta del Gobierno ante semejante cat¨¢strofe deja mucho que desear. Los pocos exiliados que han logrado contactar con sus familias -ni los tel¨¦fonos m¨®viles, ni los fijos, ni Internet funcionan- se quejan de que la Junta, en lugar de poner a todo el Ej¨¦rcito a ayudar al pueblo, sigue haciendo pol¨ªtica para perpetuarse en el poder.

Pese a que la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido que lidera Aung San Suu Kyi y el principal de la oposici¨®n, ha pedido que se suspenda el refer¨¦ndum constitucional previsto para el s¨¢bado, un portavoz militar indic¨® que la consulta se realizar¨¢ como estaba previsto en las provincias que no han sufrido el cicl¨®n. En las afectadas -un ¨¢rea en la que vive casi la mitad de los 53 millones de habitantes del pa¨ªs-, se ha pospuesto hasta el 24 de mayo.

Estados Unidos ha presionado duramente a la ONU para imponer sanciones a la Junta birmana por no respetar los derechos humanos y no permitir la democratizaci¨®n del pa¨ªs.