Qu¨¦ asco
Lo que podemos llamar ofensiva ultracat¨®lica -o, acaso, no podemos- ha dejado un rastro de baba verde sobre la reputaci¨®n de la Cl¨ªnica Isadora y otros centros legalmente dedicados a la pr¨¢ctica no menos legal de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Pese al dictamen de Protecci¨®n de Datos, que ha archivado el caso contra el establecimiento, y a las demostradas falsedades propiciadas en su momento por la investigaci¨®n llevada a cabo por agentes de la Guardia Civil, a los que r¨¢pidamente se unieron asociaciones defensoras de la vida y el feto seg¨²n ellas, gracias a ello, digo, la baba difamatoria permanece. Y no sabemos, a estas horas, los nombres de quienes lanzaron a la opini¨®n p¨²blica el rastro de veneno.
Si se conectan ustedes a la Red y escriben en Google palabras como "restos humanos", "contenedores", "vulneraci¨®n de seguridad", "fetos", "l¨¢grimas", "todos lo hemos visto" y "trituradoras", obtendr¨¢n un paquet¨®n formidable, perfectamente estructurado, envuelto y con un lazo rosa, en cuyo interior se enrosca y desenrosca la sierpe m¨¢s bien cuidada. Se llama calumnia.
Los m¨¦dicos de Legan¨¦s, los profesionales de Isadora, los pacientes y las pacientes, espa?oles todos. ?No estamos ya hasta las narices de la impunidad con que el postrentismo y el neocarquismo y la m¨¢s que repugnante oleada conservadora hagan lo que les sale del felpudo? ?Tendremos que esperar a que, en unos siglos, una mujer y no embarazada, sino reci¨¦n abortada, reciba el nombramiento de ministra de Defensa, o de, ya puesta, de vicaria general castrense, para que realmente se defiendan los m¨ªnimos logros conseguidos antes del Aznarocalipsis?
A ver, ?d¨®nde est¨¢n los culpables de tama?o desatino? ?Y d¨®nde est¨¢n quienes deben castigarles? Y el nombre mancillado, ?qui¨¦n lo limpia y c¨®mo? S¨®lo les faltaba el d¨²o Berlusconi-Benedicto.
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