Los estudiantes tampoco se libran
La sequ¨ªa de liquidez frena los cr¨¦ditos a los j¨®venes en EE UU
La crisis desatada el pasado verano por el colapso de las hipotecas subprime se expande con rapidez y ya toca al coraz¨®n de la excelencia de Estados Unidos: sus admiradas universidades. Los pr¨¦stamos a los que recurren las familias de renta baja y media para costear los estudios de sus hijos se encarecen y las entidades est¨¢n siendo muy estrictas en las condiciones que establecen para acceder a las ayudas, mientras los primeros bancos dedicados a este negocio empiezan a cerrar por problemas para captar fondos.
El precio de la matr¨ªcula en una universidad p¨²blica en Estados Unidos ronda los 6.100 d¨®lares al a?o, y en algunos casos puede llegar hasta los 20.000 d¨®lares. En los centros privados se eleva a 23.000 d¨®lares de media, y se duplica en las m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs. A estas cantidades hay que sumar el alojamiento, las comidas y otros gastos indispensables, como los libros.
Unos 300.000 universitarios pueden sufrir problemas el pr¨®ximo curso
Los costes universitarios siguen subiendo, a un ritmo del 6% anual, m¨¢s r¨¢pido que la inflaci¨®n o la gasolina. Esta espiral va a forzar a muchos j¨®venes a endeudarse durante d¨¦cadas, si es que no encuentran un trabajo con un salario capaz de soportar la carga financiera. Pero la crisis en el mercado de cr¨¦dito est¨¢ creando un problema a?adido para muchas familias.
Al igual que pas¨® con las hipotecas de alto riesgo o subprime, los pr¨¦stamos concedidos en el pasado a los j¨®venes estudiantes se vendieron a los inversores en paquetes de deuda colateralizada. Las turbulencias en Wall Street hicieron temer que esos activos valgan ahora menos y muchos inversores optaron por salirse, incluso de los cr¨¦ditos respaldados por el Gobierno federal.
La congelaci¨®n del mercado de cr¨¦dito est¨¢ provocando que algunos Estados est¨¦n suspendiendo parte de programas, porque son incapaces de recaudar fondos para financiarlos. Es el caso de Pensilvania, Michigan, Iowa, Misuri y New Hampsire. Y medio centenar de entidades que conceden cr¨¦ditos a estudiantes ya han abandonado el negocio, como College Loan Corp, M&T Bank y CIT Group.
Ante esta situaci¨®n, las oficinas de ayuda financiera de las universidades ya est¨¢n alertando a los estudiantes y a sus padres de que los pr¨¦stamos van a ser m¨¢s dif¨ªciles de conseguir, m¨¢s costosos y se requerir¨¢ de un mejor nivel de cr¨¦dito. Se calcula que hasta 300.000 estudiantes podr¨ªan tener problemas el pr¨®ximo curso acad¨¦mico para conseguir respaldo financiero. Una buena parte de los estudiantes universitarios recurre directamente a los programas de ayuda federales. Los pr¨¦stamos p¨²blicos oscilan entre 3.500 y 5.500 d¨®lares anuales, por lo que despu¨¦s deben acudir a entidades privadas para cubrir el resto del coste. Son j¨®venes con pobre historial crediticio, lo que complica la ecuaci¨®n en la coyuntura actual.
El tipo de inter¨¦s que se aplica a estos cr¨¦ditos para estudiantes se mueve entre el 6,8% y el 8,5%, y podr¨ªa elevarse al 11%. Las familias con menos recursos ven en la vivienda el activo para dotarse del efectivo que necesitan. Pero la fuerte contracci¨®n en el mercado inmobiliario est¨¢ bajando el valor de sus propiedades, lo que complica la situaci¨®n en relaci¨®n con el pr¨®ximo curso, porque los bancos no se f¨ªan. Es una situaci¨®n sin precedentes y preocupante, que puede forzar a muchos estudiantes a optar por universidades menos caras a las que pueden aspirar gracias a sus notas, si es que antes no se retiran. Y como se?ala Phil Bovenizer, responsable de ayuda financiera en el Otterbein Collegge en Columbus (Ohio), "conforme pasa el tiempo, la situaci¨®n se complica".
Se calcula que hay unas 2.000 entidades que conceden pr¨¦stamos a estudiantes en Estados Unidos. El mayor actor en esta arena es el banco semip¨²blico Sallie Mae, que dispone de 34.000 millones de d¨®lares en l¨ªneas de cr¨¦dito para canalizar fondos a trav¨¦s de otras firmas financieras. "Disponemos de dinero para cubrir las necesidades de los estudiantes", aseguran desde la entidad. Mark Kantrowitz, editor del portal FinAid.org, que provee a los estudiantes informaci¨®n sobre los pr¨¦stamos, explica que "la verdadera historia est¨¢ m¨¢s en la elegibilidad" de estas ayudas que en la "disponibilidad". Esto provocar¨¢ que un 2% de los estudiantes no encuentren ayuda financiera para continuar con sus estudios.
La ansiedad es evidente en muchas familias, que piden que el Gobierno federal salte a escena para poder ayudarles a pagar los estudios universitarios de sus hijos. El Congreso de Estados Unidos ya lleva tiempo presionando a los grandes centros universitarios para que destinen parte de sus fondos (libres de impuestos) a dar m¨¢s becas y ayudas a los estudiantes.
Harvard, que dispone de cerca de 35.000 millones en su cartera de inversi¨®n (que le aporta un retorno del 13,5%), anunci¨® en diciembre un plan para conceder becas a estudiantes con notas impecables y cuyas familias tengan unos ingresos anuales inferiores a los 100.000 d¨®lares. A esta prestigiosa universidad se le sumaron despu¨¦s las de Yale, Cornell, Dartmouth, Brown y Stanford. -
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