El surrealismo y la trama del mundo
Nunca me hab¨ªa ocurrido, pero anoche plagi¨¦ una pesadilla. No recuerdo el argumento, pero s¨¦ que hu¨ªa a trav¨¦s de una extra?a casa de juegos, mientras alguien, dotado de enormes tijeras, cortaba una cortina repleta de gigantescos ojos flotantes. Luego aparec¨ªan incongruentemente una chica ligera de ropa y un hombre con smoking que no ten¨ªa rostro, escondido tras la chimenea de un edificio desolado y provisto de una extra?a rueda blanda y deforme. Me despert¨¦ mientras corr¨ªa fren¨¦ticamente por una enorme extensi¨®n geom¨¦trica y vac¨ªa, perseguido por unas enormes alas. El sue?o no era m¨ªo: lo dise?¨® Dal¨ª para Spellbound (Recuerda, 1945), de Hitchcock, y, aunque iba a durar mucho m¨¢s, en la pel¨ªcula qued¨® reducido a poco m¨¢s de dos intensos minutos, gracias a los cuales la doctora Petersen (Ingrid Bergman) comienza a vislumbrar el pantano ps¨ªquico del impostor doctor Edwardes (Gregory Peck) de quien, a esas alturas, ya est¨¢ perdidamente enamorada. El sue?o es muy caracter¨ªstico de una concepci¨®n t¨ªpicamente americana del psicoan¨¢lisis que hizo furor en el Hollywood de los cuarenta (piensen en ejemplos como A trav¨¦s del espejo, de Siodmak, o El amor que mata, de Bernhardt), cuando Avida Dollars -Salvador Dal¨ª- triunfaba entre millonarios y quer¨ªa convencerse, en su delirio monetario, de que Disney o Cecil B. de Mille eran poco menos que las puntas de lanza californianas del movimiento fundado por Andr¨¦ Breton. Quiz¨¢s mi sue?o tenga que ver con la lectura del impecable (y repleto de fotos) Album Breton que acaba de editar La Pl¨¦iade con motivo de la publicaci¨®n del cuarto volumen de sus Oeuvres Compl¨¨tes (edici¨®n de Marguerite Bonnet y ?tienne-Alain Hubert), en el que se re¨²nen sus ?crits sur l'art. A Breton, que cre¨ªa que el universo invisible tend¨ªa a manifestarse a trav¨¦s de la trama del mundo, lo citaba (y no s¨®lo por el nombre) Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n (Albacete, 1939) en su deslumbrante primer poemario Teatro de operaciones (1967; llegu¨¦ a sab¨¦rmelo de memoria), en el que la expresi¨®n de la vivencia personal y la educaci¨®n sentimental (incluyendo cine y cultura pop de los sixties) manifestaba una evidente deuda con las po¨¦ticas de una vanguardia muy mestiza. Ahora, cuarenta a?os despu¨¦s, Sarri¨®n completa su ajuste de cuentas con el surrealismo en el ensayo Sue?os que no compra el dinero (Pre-Textos), en el que establece un subjetivo y sugerente balance de ese movimiento que ha impregnado el arte, el dise?o y la cultura popular de los siglos XX y XXI: una s¨ªntesis de admirador ilustrado e ir¨®nico, y no de aburrido erudito. Sarri¨®n, intelectualmente sangu¨ªneo, no disimula fobias ni filias, que a veces extiende al arte y la cultura de "lo que sigui¨®" (por ejemplo, despachar el expresionismo abstracto como "teleguiado por la CIA" parece excesivo; cuando ahorre le regalar¨¦ un Rothko o un Motherwell para que lo contemple en el sal¨®n de su casa). Particularmente interesante me parece el cap¨ªtulo dedicado al cine "donde se celebra el ¨²nico misterio absolutamente moderno", seg¨²n Breton. Claro que el padre/amante de Nadja no tuvo en cuenta la basura mainstream que ahora suele llegarnos de Hollywood.
Me entretengo enter¨¢ndome de algunos de los "lanzamientos" internacionales de este a?o. Rushdie, Pamuk y Roth publicar¨¢n novelas
Imperio
Me sumerjo en el cat¨¢logo de autores representados por la agencia Wylie, en el que figuran algunos de los m¨¢s grandes (vivos y tambi¨¦n muertos, pero con copyright) escritores (y artistas y pol¨ªticos) de este y del pasado siglo. Me entretengo enter¨¢ndome de algunos de los "lanzamientos" internacionales de este a?o y de qui¨¦n los va a publicar en Espa?a. Por s¨®lo citar a algunos novelistas que me interesan especialmente, Rushdie, Pamuk y Roth publicar¨¢n novelas en los pr¨®ximos meses. Y en el terreno de la no-ficci¨®n me llama la atenci¨®n, por ejemplo, que en el cat¨¢logo del "Chacal" no figure qui¨¦n va a publicar entre nosotros el segundo volumen de la trilog¨ªa de Hugh Thomas sobre el imperio espa?ol, que aparecer¨¢ en Gran Breta?a (The Penguin Press) el pr¨®ximo agosto. El primer tomo (2003), que aqu¨ª se tradujo como El imperio espa?ol; de Col¨®n a Magallanes, fue publicado por Planeta. El nuevo, cuyo t¨ªtulo original es Charles V and the Golden Age of the Spanish Empire, cubre no s¨®lo la ¨¦pica de la conquista americana, sino tambi¨¦n la implementaci¨®n de la cada vez m¨¢s compleja gesti¨®n del imperio carolino. Thomas, que pertenece a esa estirpe de historiadores brit¨¢nicos que saben c¨®mo contar con rigor la historia a un p¨²blico culto, pero no especializado, se ha propuesto escribir la obra definitiva -al menos para una generaci¨®n- sobre el asunto. Un monumental trabajo en el que, sin duda, tendr¨¢ muy en cuenta las recientes interpretaciones comparatistas de sus compatriotas Henry Kamen (Imperio) y John H. Elliott (Imperios del mundo atl¨¢ntico), ambas publicados por Taurus.
Catalanada
De entrada confesar¨¦ que Ignasi Riera (Barcelona, 1940) es lo m¨¢s cercano que conozco a un superh¨¦roe. Nada que ver, desde luego, con Iron Man, al menos en la pedorra adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica (Jon Favreau) del personaje creado por Stan Lee en los sesenta, una ¨¦poca pr¨®diga en justicieros dotados de superpoderes terrenales. Riera, que ha ejercido muchos oficios, ostentado cargos representativos y escrito una cincuentena de libros, es m¨¢s bien un superh¨¦roe rabelesiano y epic¨²reo convencido de que la lucha pol¨ªtica y sindical, el trabajo intelectual, la pasi¨®n de conocer, el refocile amoroso o la escudella i carn d'olla forman simult¨¢neamente parte de ese constructo bien real al que llamamos vida. Catal¨¢n sin histrionismos y poseedor de un admirable sentido de la iron¨ªa, se me antojar¨ªa el autor ideal para un libro de encargo que se titulara, por ejemplo, Otra idea de Catalu?a (as¨ª, con e?e) y pretendiera abordar su objeto sin los t¨®picos habituales. Y, ?sapristi!, el libro acaba de ser publicado por Debate en una especie de miniserie (quiz¨¢s de s¨®lo dos vol¨²menes: la editorial no dice esta boca es m¨ªa) en la que tambi¨¦n ha aparecido Otra idea de Galicia, de Miguel-Anxo Murado. El libro de Riera pertenece a ese ya fecundo subg¨¦nero de no-ficci¨®n (recuerdo, por ejemplo, Noticia de Catalu?a, de Vicens Vives) consagrado a explicar al resto de los espa?oles qu¨¦ es eso que los catalanes llaman Catalunya. Ya es sintom¨¢tico que tengan que explicarlo tan frecuentemente, desde luego. Pero Riera lo hace con gracia y distancia. Y habla de todo: de su historia -incluyendo su particular nine/eleven de 1714-, de su geograf¨ªa, de sus mitos, de sus h¨¦roes y (archi)villanos, y hasta de sus memorables cal?ots. Sin olvidar estrafalarias an¨¦cdotas, como el hecho de que el diario en catal¨¢n de Jos¨¦ Manuel Lara, hijo de conspicuo xarnego, ponga en solfa el catalanismo del president Montilla por haber nacido en Andaluc¨ªa. Un libro sobre la catalanidad que, adem¨¢s, puede servir de travelogue para el viajero curioso. No aconsejable a neo-Galinsogas vociferantes. -
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