El SAS oper¨® a 50 ni?os extranjeros en hospitales andaluces durante 2007

En una casa de Bormujos (Sevilla), cuatro ni?os juegan sobre una alfombra. Son mauritanos, tienen de 2 a 8 a?os, y han venido a Sevilla para operarse de enfermedades que en su pa¨ªs no tienen cura por falta de medios. Con ellos, suman 50 los ni?os atendidos en hospitales andaluces a trav¨¦s del Fondo de Cooperaci¨®n al Desarrollo y Ayuda Humanitaria y de asociaciones con varias ONG durante 2007 y cuatro meses de 2008.

"Aqu¨ª hay medios y m¨¦dicos muy comprometidos", se enorgullece el doctor Manuel Aparicio, coordinador del proyecto de colaboraci¨®n del hospital Virgen del Roc¨ªo con el de Nouakchott (Mauritania).

"Tenemos 23 ni?os en lista de espera m¨¢s todos los que no pueden viajar"

Los m¨¦dicos andaluces operan por las tardes, sin remuneraci¨®n econ¨®mica, en los denominados quir¨®fanos solidarios. Intervienen a ni?os procedentes de pa¨ªses sin recursos t¨¦cnicos, econ¨®micos y humanos como Guatemala, Kenia, L¨ªbano o el S¨¢hara. Los menores evitan as¨ª unas condiciones de vida dolorosas, enfermedades cr¨®nicas y, a veces, la muerte prematura. "Si no son intervenidos en hospitales adecuados, no se curan nunca", se lamenta Aparicio. Y le cuesta verbalizar las consecuencias: "S¨ª, algunos mueren".

Una ni?a de 8 a?os sonr¨ªe desde la casa de acogida de Bormujos. Es de etnia pular y padece par¨¢lisis cerebral. El ni?o harati, de 3 a?os, sufre una cardiopat¨ªa dif¨ªcil de diagnosticar. Se empe?a en encajar dos juguetes que no encajan. La m¨¢s peque?a, de 2 a?os, pesa nueve kilos. Lleva el pelo recogido en dos coletas r¨ªgidas y respingonas. Aunque deber¨ªa andar con dificultad, por tener pie zambo, no duda en correr hacia los brazos del visitante. Hasta hace dos a?os, las ni?as y los miembros de etnias descendientes de esclavos no eran seleccionados para viajar a Espa?a. "Tuvimos que mandar a una inspecci¨®n porque la discriminaci¨®n era brutal", denuncia Aparicio, que se ha encargado de traer a 125 ni?os desde que el proyecto comenzara hace cuatro a?os. Pero todav¨ªa quedan muchos: "Tenemos 23 en lista de espera, m¨¢s los que no pueden desplazarse", se entristece el m¨¦dico.

El ni?o mauritano de raza blanca, tambi¨¦n de 3 a?os, fue intervenido el pasado martes porque ten¨ªa la clav¨ªcula suelta. "Ya est¨¢ en planta", confirmaron los m¨¦dicos unas horas despu¨¦s de la intervenci¨®n: "Le hemos puesto parte del peron¨¦ en el hombro".

La Consejer¨ªa de Salud tambi¨¦n atiende las necesidades sanitarias de ni?os extranjeros acogidos por familias andaluzas, principalmente en verano. En 2007, se trat¨® a 4.635 menores. Durante el pasado a?o se han concedido un total de 4.812 d¨ªas de permiso especial retribuido a profesionales de la sanidad p¨²blica andaluza para participar en proyectos de cooperaci¨®n. Los permisos han sido otorgados a 173 profesionales sanitarios y no sanitarios y, en la mayor¨ªa de los proyectos solidarios desarrollados, el SAS colabora con la aportaci¨®n de material sanitario y medicaci¨®n.

El tiempo m¨¢ximo de estancia en Espa?a, por la impaciencia de las familias y la propia estabilidad del menor, son tres meses. "Aunque a veces la recuperaci¨®n se alarga m¨¢s", confirma Isabel, una voluntaria espa?ola que pasa el d¨ªa entero en la casa de Bormujos. Junto a ella Yuma, cuidadora mauritana, que vino con su hijo enfermo hace 9 a?os. Ella habla hassaniya, el dialecto de los ni?os, y respeta sus costumbres musulmanas. "As¨ª no sienten el desarraigo", dice despacio.

Otro ni?o del proyecto anterior se incorpora a la alfombra. A ¨¦l ya le operaron. Le sacaron metralla de la pierna. Aunque los da?os son enormes, los m¨¦dicos predicen que podr¨ªa llegar a andar de nuevo.