Una abogada nuclear
Antes de pasarse a la pol¨ªtica, Ana Palacio fue abogada, y 14 a?os despu¨¦s, cuando deja la actividad p¨²blica, parece que volver¨¢ a ejercer como tal. No ser¨¢ en un despacho enfrent¨¢ndose a un litigio tras otro. Defender¨¢ la causa nuclear para Areva, el gigante franc¨¦s dedicado a la construcci¨®n de reactores at¨®micos. All¨ª estar¨¢ acompa?ada por otra mujer, Anne Lauvergeon, consejera delegada del grupo galo.
En la empresa que Sarkozy ha convertido en una de las puntas de lanza de su pol¨ªtica energ¨¦tica y diplom¨¢tica, Ana Palacio (Madrid, 1948) ser¨¢ miembro del consejo ejecutivo y la responsable m¨¢xima del ¨¢rea internacional y de marketing. "Detr¨¢s de marketing, en esta empresa hay que ver el debate de opini¨®n p¨²blica sobre la energ¨ªa nuclear", comenta al tel¨¦fono desde Washington (Estados Unidos).
Areva nombra a la ex ministra jefa del ¨¢rea internacional y de 'marketing'
Y se ha puesto a ello antes de asumir su nuevo cargo, el pr¨®ximo 1 de junio. "El debate no es energ¨ªa nuclear s¨ª o no, sino energ¨ªa nuclear, ?c¨®mo?". Para esta licenciada en Derecho, Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa, el reto es lograr una globalizaci¨®n "incluyente y sostenible", lo que no puede lograrse sin energ¨ªa limpia, donde incluye a la que proviene del ¨¢tomo. En resumen, "la soluci¨®n no es la energ¨ªa nuclear, pero no hay soluci¨®n sin energ¨ªa nuclear".
Otra vez Ana Palacio se encuentra defendiendo una probable causa perdida frente a la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Ya le pas¨® en 2003, cuando defendi¨® la invasi¨®n de Irak como ministra de Asuntos Exteriores -la primera en la historia de Espa?a- en el ¨²ltimo Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Pero lo suyo no es darse por vencida. Ya lo demostr¨® en 2000, cuando se enfrent¨® al c¨¢ncer a cara descubierta y sali¨® victoriosa. As¨ª que ahora prefiere fijarse en el porcentaje de espa?oles que no se pronuncia en las encuestas sobre la energ¨ªa nuclear, "un alt¨ªsimo porcentaje", seg¨²n cree.
Tras dos a?os en el Banco Mundial como vicepresidenta, su regreso a Europa se debe a motivos personales. "He pasado un a?o saltando el Atl¨¢ntico dos veces al mes, y eso no se puede aguantar a largo plazo. Quiero estar con mi familia". Su marcha no tiene nada que ver, seg¨²n afirma, con la salida del ex presidente de la entidad Paul Wolfowitz. "No he sido nunca cercana al se?or Wolfowitz", se?ala sobre el principal ide¨®logo de la invasi¨®n de Irak.
Al fin y al cabo, a Areva tambi¨¦n llega, seg¨²n cuenta, por razones familiares y sentimentales. A la muerte de su hermana Loyola de Palacio, la ex eurodiputada entr¨® en contacto con la empresa francesa para pedirle colaboraci¨®n en la creaci¨®n de una c¨¢tedra para la energ¨ªa en el Instituto Europeo de Florencia en honor a la ex vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea. "Ella fue una visionaria [en el campo de la energ¨ªa]", dice de quien fuera tambi¨¦n comisaria de Energ¨ªa en la Uni¨®n Europea.
Sea por lo que sea, lo cierto es que Ana Palacio, de educaci¨®n francesa, ya contaba con buen cartel en el El¨ªseo previamente. En agosto, Sarkozy la fich¨® para formar parte del comit¨¦ que elabora un informe para reactivar la econom¨ªa francesa.
Una vez en Par¨ªs, de Washington echar¨¢ de menos vivir en contacto con la naturaleza. "En verano, todas las ma?anas iba a hacer kayak y a remar al Potomac, que est¨¢ a dos manzanas de casa. Aqu¨ª, la naturaleza est¨¢ muy pr¨®xima. Las ciudades europeas, Par¨ªs, Madrid, son mucho m¨¢s urbanas". Pero recuperar¨¢ otras. "Volver¨¦ a nadar en el Atl¨¢ntico, que me encanta, y a andar por el monte en el Pa¨ªs Vasco". -
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