Aqu¨ª no pasa nada
Lo de Coslada, esa presunta mafia que se conjetura funcionaba desde hace d¨¦cadas en la polic¨ªa local, y que se supone dirig¨ªa el propio jefe del cuerpo, es indefectiblemente la radiograf¨ªa m¨¢s n¨ªtida de la caja B de la sociedad espa?ola, la gallega incluida. Ha habido muchos otros casos de lobos con uniforme de corderos, desde aquella brigada antiatracos de Madrid del caso El Nani, que organizaba atracos, hasta los guardas civiles pata negra de Rold¨¢n. La especificidad de la corrupci¨®n detectada en las fuerzas del orden de Coslada es que ese macrodormitorio del tama?o de Compostela es como Poisonville, la ciudad protagonista de la novela de Dashiell Hammett Cosecha roja, en la que hasta los funcionarios de correos estaban en el ajo. O sea, que todo el mundo lo sab¨ªa, y nadie pod¨ªa hacer nada, por lo visto.
Ligar el traslado de ENCE a la concesi¨®n de parques e¨®licos es una quiebra del principio de objetividad
Sin rebajar ni un ¨¢pice los supuestos delitos de estos presumibles miserables, la verdad es que, m¨¢s que una mafia, se conduc¨ªan como los macarras de gimnasio que siempre fueron, con kimono o con gorra de plato, como lo prueba el detalle de que grababan con los m¨®viles las palizas que daban. Pero precisamente por ello es m¨¢s chocante la impunidad de que disfrutaron. El efectivo jefe del cuerpo y potencial de la mafia, Gin¨¦s Gim¨¦nez Buend¨ªa es presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Jefes de Polic¨ªa Local, a pesar de que en enero de 2003, la Audiencia de Madrid le juzg¨® (y absolvi¨®) por tres delitos de detenci¨®n ilegal en 1995. Es m¨¢s, por mucho que ahora la hosteler¨ªa coslade?a recuerde que los municipales se conduc¨ªan como g¨¢ngsters, ni los pol¨ªticos locales ni las instancias judiciales o policiales sospechaban nada (No es una criminalizaci¨®n generalizada: el tal Buend¨ªa es tambi¨¦n licenciado en Periodismo).
Lo de la radiograf¨ªa de la cara B/caja B viene al caso porque quiz¨¢ es hora de ir ech¨¢ndole la culpa de estos asuntos a la sociedad, como en los folletines. A esa sociedad que conoce mucho mejor que los periodistas (excluido el colega Buend¨ªa) las trapisondas que se desarrollan en su seno, por recurrir a uno de esos eufemismos que se usan popularmente para quitarle hierro a las actividades delictivas. Y es una radiograf¨ªa que retrata especialmente a Galicia, porque en la despersonalizada Coslada, nadie conoce a nadie, pero aqu¨ª nos conocemos todos. Al alcalde cuyos desvelos municipales le han estimulado la capacidad de gesti¨®n hasta tal punto que no s¨®lo mantiene una boyante posici¨®n econ¨®mica (tan inesperada como injustificable, tan oficialmente opaca como oficiosamente sabida) sino tambi¨¦n la confianza mayoritaria del electorado. Al alto cargo cuyo matrimonio p¨²blico con los intereses privados es tan s¨®lido como irreprochado. Y a los pir¨®manos cuya actividad como tales es notoria para sus vecinos (que no todo va a ser disparar hacia arriba).
Dos min¨²sculos ejemplos de la actualidad concreta. Yo no s¨¦ si la moci¨®n de censura que est¨¢ al caer en Calvos de Rand¨ªn, de concejales del ex PP contra un alcalde del PSOE, es una operaci¨®n de ingenier¨ªa/pirater¨ªa pol¨ªtica o no del presidente de la Diputaci¨®n/PP de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, como afirman los socialistas (Baltar asegura que no). Son los vecinos de Calvos son los que seguro que saben si los concejales a punto de moci¨®n siguen siendo o no del PP. Por el contrario, s¨ª s¨¦ que ligar el traslado de ENCE de Pontevedra a la concesi¨®n de parques e¨®licos es una quiebra de los principios de objetividad e imparcialidad (o del que una cosa no deber¨ªa tener que ver con la otra) que debe regir en las concesiones p¨²blicas. Sin embargo, el que ha denunciado esa presunta irregularidad es Alberto N¨²?ez Feijoo, miembro de un Gobierno que le adjudic¨® un parque e¨®lico al masajista del entonces presidente, Manuel Fraga, entre otros tal que as¨ª, y lo ha hecho porque la sociedad entendi¨® como normal entonces -y ahora- que las cosas se adjudiquen a los amigos.
Al hilo del revuelo del descubrimiento de Josef Fritzl, el monstruo de Austria, se ha sabido de otro caso en Francia, menos aireado pero todav¨ªa m¨¢s grave. En Coulommes a unos 30 kil¨®metros de Par¨ªs, Raymond Gouardo secuestr¨®, viol¨® y tortur¨® a su hija Lydia desde los 9 a?os, y durante 28. Y a la vista de todo el mundo. "S¨ª, yo lo sab¨ªa, todo el pueblo lo sab¨ªa. Pero aqu¨ª nadie se mete en lo que cada uno hace en su casa", reconoci¨® un ex alcalde. "Y, adem¨¢s, no ¨ªbamos a ensuciar la imagen del pueblo".
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