Madrazo se reencuentra con el EPK

Las cartas est¨¢n echadas para la VII asamblea de Ezker Batua, que se celebrar¨¢ el fin de semana pr¨®ximo. El c¨®nclave cuatrianual llega con un desenlace decidido de antemano, salvo terremoto de ¨²ltima hora, por el pacto desvelado el 31 de marzo entre el coordinador general de la coalici¨®n, Javier Madrazo, y el EPK-PCE, hasta ahora su oposici¨®n dentro de la coalici¨®n.

Ese d¨ªa Madrazo gan¨® a efectos pr¨¢cticos la asamblea todav¨ªa por celebrar. Y tambi¨¦n cerr¨® un distanciamiento ya hist¨®rico con su propio partido, que se inici¨® en 1995, cuando depuso al entonces secretario general del EPK, Enrique Gonz¨¢lez, fallecido la semana pasada. Desde entonces ha permanecido ese partido en la oposici¨®n interna dentro de EB.

Los cr¨ªticos no sobrepasar¨¢n en ning¨²n caso el 30% de los delegados

La discusi¨®n sobre la continuidad en el tripartito marcar¨¢ la asamblea

El acuerdo alcanzado con la secretaria general del EPK, Isabel Salud, supuso neutralizar el intento del bloque cr¨ªtico, al que se hab¨ªa unido la corriente Batzen de ?scar Matute, de sustituir la ejecutiva actual por una gestora provisional que hiciera el tr¨¢nsito hasta la asamblea que empieza el s¨¢bado.

Atraerse al EPK a su lado supuso privar a ese nuevo bloque cr¨ªtico de toda posibilidad de fraguar una alternativa viable. Hasta ese momento lo era, porque los tres grupos organizados en el interior de EB sumaban mayor¨ªa tanto en la presidencia comisi¨®n ejecutiva- como en el Consejo Pol¨ªtico, m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos.

En concreto, el EPK ten¨ªa, y tiene, 20 representantes de los 83 que componen ese ¨®rgano; la corriente Espacio Plural Alternativo (EPA), dirigida por el ex director de Bienestar Social del departamento de Madrazo en el Gobierno, ?ngel Bao, cuenta con 13, de los que uno se hab¨ªa posicionado con el coordinador general; y el grupo Batzen junto con los independientes guipuzcoanos de la concejal de San Sebasti¨¢n Du?ike Agirrezabalaga, otros 12.

Es decir, entre esos tres grupos, coincidentes en su apuesta por abandonar el pacto tripartito con el PNV y EA y en su descontento con el gobierno interno de la coalici¨®n, sumaban una mayor¨ªa de 44 votos, frente a los 39 que respaldaban a Madrazo en marzo. Cuatro de ¨¦stos eran todav¨ªa entonces susceptibles de sumarse a los cr¨ªticos, de haberse cerrado el acuerdo sobre la direcci¨®n transitoria que deb¨ªa supervisar el proceso presasambleario.

El desmarque del EPK dio al traste con todas las posibilidades en aquellas reuni¨®n de la presidencia y dispar¨® todas las especulaciones sobre los motivos del viraje de los comunistas, incluidas las de motivos extrapol¨ªticos. Su m¨¢xima responsable, Isabel Salud, lo explic¨®, sin embargo, en la responsabilidad de no someter a la formaci¨®n a un trauma de la dimensi¨®n de un cambio de direcci¨®n, con visos de golpe de mano, en las v¨ªsperas de una asamblea. Por ello cerr¨® un acuerdo con Madrazo para conducir la asamblea y despu¨¦s compartir el poder ejecutivo en EB.

Los cr¨ªticos consideran que el golpe de mano fue justamente ese acuerdo que, a juicio tanto de Matute como de ?ngel Bao, ha impedido un proceso preasambleario limpio. Ambos denuncian el incremento de afiliaciones que se ha producido en s¨®lo unos meses, sobre todo el Guip¨²zcoa, donde Agirrezabalaga igualaba e incluso sobrepasaba la fuerza de Madrazo.

Seg¨²n los datos facilitados por fuentes oficiales, la afiliaci¨®n de EB sobre la que se han elegido los 495 delegados a la asamblea es de 1.926 personas. El censo enviado y reconocido con motivo del refer¨¦ndum entre Gaspar Llamazares y Marga Sanz a finales de 2007 era de 1.425, aunque EB no confirm¨® este dato. Eso supone 500 fichas nuevas, un 35% m¨¢s, en cinco meses. Seg¨²n fuentes cr¨ªticas, en 2006 las afiliaciones fueron 40 y en 2007, seis.

Sobre esa base y la del acuerdo con el EPK, la elecci¨®n de delegados, que se cerr¨® el viernes, arroja una relaci¨®n de fuerzas imbatible. Madrazo arranc¨® barriendo en Bilbao y Vitoria y, aunque las cifras no se dar¨¢n a conocer hasta la pr¨®xima semana, los cr¨ªticos no sobrepasar¨¢n, en el mejor de los casos, el 30% de los delegados.

Todo ello no impedir¨¢ que la asamblea se desarrolle marcada por la discusi¨®n sobre la continuidad en la apuesta por el tripartito y por los reiterados malos resultados electorales.

La formaci¨®n de Javier Madrazo se qued¨® el 9-M en la mitad de sus votos de 2004, como ¨²ltima medici¨®n en una tendencia descendente desde que en 1995 alcanz¨® el 9,15% de los votos y seis esca?os. En las ¨²ltimas auton¨®micas obtuvo el 5,3 y la mitad de representaci¨®n.

Javier Madrazo, que declin¨® el requerimiento de este peri¨®dico para exponer sus posiciones junto a otros dirigentes de la formaci¨®n, afrontar¨¢ el s¨¢bado una votaci¨®n que todav¨ªa puede perder: la de su informe de gesti¨®n, con la que el EPK ha estado en desacuerdo los pasados cuatro a?os. Pero incluso si eso pasa, y por extra?o que resulte a ojos ajenos, el acuerdo de futuro sellado parece fuera de toda cuesti¨®n. Aunque falte ver c¨®mo casa el EPK el apoyo al liderazgo de Madrazo con su deseo de cortar la alianza con los nacionalistas y con su desacuerdo con la hoja de ruta del lehendakari.

El documento pol¨ªtico oficial tiene un tono continuista, con la referencia permanente de la ponencia aprobada en la asamblea de hace cuatro a?os y sin propuesta alguna de cambios significativos. Con ¨¦l se medir¨¢ una ponencia alternativa del minoritario bloque cr¨ªtico. El cambio en las alianzas, las cr¨ªticas al "poder pseudomon¨¢rquico y absoluto de una sola persona" y la propuesta de rotaci¨®n en los cargos son sus principales elementos.

El n¨²mero de enmiendas se dar¨¢ a conocer esta semana. Entre ellas est¨¢n las del EPK. Por esa v¨ªa podr¨ªa ese partido todav¨ªa introducir alguna limitaci¨®n a las posiciones de Madrazo. Es seguro que el bloque cr¨ªtico le emplazar¨¢ a hacerlo.

Derrotados de antemano, los cr¨ªticos se conforman con que se oiga su voz en pro del cierre de un ciclo, de la recuperaci¨®n de la libertad de maniobra de la formaci¨®n y del corte con "la dependencia del nacionalismo conservador", en palabras de Bao, que favorecer¨ªa aproximaciones al resto de la izquierda.