Ciudad y carretera
El Agila es un coche urbano totalmente nuevo, y aunque mantiene la l¨ªnea monovolumen del anterior, ahora adopta una carrocer¨ªa m¨¢s baja y presenta una imagen m¨¢s equilibrada y atractiva. Conserva la posici¨®n de conducci¨®n elevada, que permite ir sentado en una postura c¨®moda y natural; lleva la palanca de cambio muy a mano en la consola central, e incluye unos asientos amplios y c¨®modos y una llamativa instrumentaci¨®n. El dise?o es moderno, pero destaca sobre todo lo bien que aprovecha el espacio, y es un coche de ciudad muy amplio para su tama?o que da sensaci¨®n de desahogo por dentro.
Emisiones y consumos m¨ªnimos
La versi¨®n turbodi¨¦sel del Agila monta el peque?o motor 1.3 desarrollado con Fiat, que en esta versi¨®n rinde 75 CV y va acoplado a un cambio manual de cinco marchas. El conjunto, combinado con un peso contenido (unos mil kilos) ofrece unas prestaciones correctas y un consumo realmente bajo. Y al contrario que en otros modelos, ahora ofrece una elasticidad correcta a bajo r¨¦gimen, porque responde bien desde 1.500 vueltas, despu¨¦s tiene suficiente fuerza entre 2.000 y 3.000 y se estira por encima de 4.000. As¨ª, ya no exige reducir a menudo en el tr¨¢fico urbano, llanea bien en carretera y s¨®lo invita a bajar a cuarta en las subidas. Pero adelanta con un br¨ªo aceptable, y como tiene tambi¨¦n una aerodin¨¢mica m¨¢s eficiente que el modelo anterior, ha ampliado su radio de acci¨®n y ofrece unas prestaciones suficientes para afrontar los viajes por carretera sin muchos apuros.
Sin embargo, lo mejor de este Agila son los consumos y emisiones, muy bajos. Puede gastar menos de cinco litros en conducci¨®n relajada sin mucha carga, apenas pasa de seis en ciudad y es dif¨ªcil superar los siete litros, incluso apurando las marchas. Y con unas emisiones de 120 g/km de CO2, queda exento de pagar el impuesto de matriculaci¨®n.
Suspensiones equilibradas
La segunda generaci¨®n del Agila refleja sus nuevas medidas, y al ser m¨¢s largo y bajo ofrece una estabilidad superior y un centro de gravedad m¨¢s bajo. Mantiene un tama?o compacto para circular en ciudad, pero equipa unas suspensiones mejor equilibradas que mejoran el comportamiento en carretera. As¨ª, aunque balancea en las curvas, obedece al volante con suficiente fidelidad y no acusa en exceso las inercias ni resulta lento de reacciones en las curvas enlazadas, el punto d¨¦bil de otros monovol¨²menes urbanos. En autopista circula con aplomo y transmite sensaci¨®n de seguridad, absorbe bien las irregularidades del piso y s¨®lo acusa una rumorosidad de fondo excesiva, tanto mec¨¢nica como de rodadura, que molesta en trayectos largos.
Los frenos, de disco delante y con tambores detr¨¢s, paran bien el peso con la ayuda del ABS, pero el control de estabilidad ESP, siempre imprescindible, s¨®lo se ofrece como opci¨®n (400 euros).
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