Metallica aplasta Getafe
50.000 personas rinden culto al rock duro en el Electric Weekend
Pisotones, cardenales, dientes rotos. En las primeras filas del festival Electric Weekend no hay ley. Ivar Mu?oz, de 27 a?os, lleg¨® el viernes a Getafe con la dentadura al completo. Al final de la noche se fue a casa con un diente menos. Salt¨®, bail¨® y se estrell¨® contra el asfalto del auditorio John Lennon, donde Rage Against the Machine (RATM), uno de los cabezas de cartel, escup¨ªa su repertorio tras siete a?os de silencio.
?Mereci¨® la pena? Seguramente. Consiste en echar cuentas. Los cuatro miembros de Rage salieron al escenario dentro de un mono naranja y con la cabeza oculta bajo una bolsa negra. Un arranque extra?o. De repente, son¨® La Internacional. La t¨ªpica demagogia de estrella de rock. Ya se sabe: rojos millonarios. Pocos conoc¨ªan el himno y muchos menos lo entonaron. La gente pas¨® de politiqueos y demand¨® ca?a. El problema de RATM es que s¨®lo tienen una canci¨®n. Ahora, es muy buena. Justo al final, atron¨®: Killing in the Name. El bueno de Ivar ya hab¨ªa perdido el diente y el p¨²blico machacaba el asfalto.
Pero eso ocurri¨® el viernes. Ayer, casi 50.000 personas volvieron a recorrer el kil¨®metro que separaba los dos escenarios del festival. Tanta gente hab¨ªa que para andar se hac¨ªa ¨²til imitar a Chiquito de la Calzada. ?Jarl! Poco importaba que los grupos fuesen de segunda fila (Soilwork, The Haunted). Todo el que amase los sonidos rudos ten¨ªa que estar ayer en Getafe. Hab¨ªa una raz¨®n de peso: Metallica.
Todav¨ªa faltaban dos horas para que los reyes del rock duro subiesen a escena y ya se o¨ªan gritos coreando su nombre. Acaban de bajar del escenario los holandeses Within Temptation. Antes, los ochenteros Queensryche repart¨ªan falsetes y guitarrazos. Enfrente ten¨ªan chupas de cuero, camisetas negras y frases lapidarias: "Est¨¢n un poco pasados, pero molan", dec¨ªa Pedro, un treinta?ero de Parla con la melena hasta la cintura. "Anda, p¨¢same el litro, que se te est¨¢n quedando los dedos azules", respond¨ªa su amigo. Cosas del rock duro, donde todav¨ªa la paridad no cotiza al alza -ellos superaban por mucho a ellas-.
A las 23.40, con s¨®lo diez minutos de retraso, lleg¨® el momento. A algunos les pill¨® dormitando por los rincones. Pero el gru?ido de James Hetfield, l¨ªder de Metallica, despert¨® a todo el sur de Madrid. "Bien, bien Madrid", dijo. El bater¨ªa Lars Ulrich lanz¨® su vaso de vino al p¨²blico y empez¨® un espect¨¢culo de casi tres horas. Los lanzallamas que escup¨ªan fuego del lateral del escenario ayudaron a que el de ayer fuese "uno de los mejores" conciertos de Metallica que se recuerdan por esas tierras. O eso por lo menos aseguraba Ivar, que, aunque con un diente menos, volvi¨® a la jungla del rock.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.