Los cr¨ªticos lanzan todos sus reproches a la cara de Rajoy y ¨¦l promete integraci¨®n

Despu¨¦s de 20 a?os de convivencia silenciosa, y de reuniones en las que casi nadie dec¨ªa lo que pensaba, el PP vivi¨® ayer, en el seno del Comit¨¦ Ejecutivo Nacional, una explosi¨®n de sinceridad que se acab¨® convirtiendo en una largu¨ªsima sesi¨®n de terapia colectiva. Casi cinco horas estuvieron los dirigentes clave de la oposici¨®n sacando a la luz sus fantasmas y dici¨¦ndose a la cara todo lo que hasta ahora s¨®lo se hab¨ªan dicho a trav¨¦s de la prensa. Hablaron hasta 19 personas. Algunas de ellas, cinco, fueron muy cr¨ªticas contra Mariano Rajoy.

Elorriaga acusa a Rajoy de provocar la crisis por su falta de di¨¢logo

Garc¨ªa Escudero insta a los cr¨ªticos a presentar una candidatura

La reuni¨®n, aplaudida por los dos sectores como una muestra de democracia interna desconocida en un partido cuasimilitar en los ¨²ltimos a?os, tuvo momentos de gran tensi¨®n.

El m¨¢s duro, sin duda, fue Ignacio Gonz¨¢lez, la mano derecha de Esperanza Aguirre. ?sta abandon¨® la reuni¨®n a la mitad. ?l ley¨® un discurso que m¨¢s parec¨ªa una moci¨®n de censura contra Rajoy pero sin candidato alternativo, siguiendo una l¨ªnea marcada por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar: "No debemos caer en el oportunismo cortoplacista y acomplejado, o en pensar que hay que parecernos a nuestros adversarios, ser su segunda marca en los planteamientos ideol¨®gicos o tener complejos de falsa progres¨ªa". Gonz¨¢lez hab¨ªa expresado en alguna ocasi¨®n la idea de que el PP no puede ser la "segunda marca" del PSOE, pero nunca lo hab¨ªa dicho a la cara del l¨ªder.

Rajoy escuch¨® pacientemente a todos los cr¨ªticos y favorables -que tambi¨¦n los hubo- pero apenas entr¨® a los debates que se hab¨ªan abierto. En realidad, fueron sus segundos espadas quienes se lanzaron al choque contra los que criticaban al l¨ªder.

Poco a poco, sin que nadie lo hubiese programado, se formaron una especie de peque?os combates dial¨¦cticos entre parejas. Alejo Vidal-Quadras, por ejemplo, que exigi¨® a Rajoy que explique cu¨¢l es su proyecto para Espa?a y tranquilice a todos los que dudan de que vaya a defender la unidad de la naci¨®n, fue respondido por Federico Trillo, gran defensor de Rajoy en las ¨²ltimas semanas, quien insisti¨® en que las ideas del PP sobre la unidad de Espa?a no han cambiado tras las elecciones.

Mientras, el choque fuerte con Gonz¨¢lez lo protagoniz¨® el m¨¢s fiel de los puntales de Rajoy, el bar¨®n andaluz Javier Arenas. ?l se hab¨ªa arrancado con un reproche general al "ataque brutal y estrategia de acoso y derribo" que se est¨¢ produciendo contra Rajoy. Y critic¨® a quienes "no se atreven a decir dentro lo que dicen fuera en los medios".

Gonz¨¢lez le tom¨® la palabra. Primero record¨® que no ha habido posibilidad de decir nada dentro de los ¨®rganos del partido porque Rajoy ha decidido no reunirlos desde las elecciones. Y despu¨¦s le reproch¨® indirectamente a Arenas que ¨¦l est¨¦ diciendo cosas distintas dentro y fuera. Los cr¨ªticos sostienen que, en privado, barones como Arenas o Francisco Camps -que ayer no estaba- dan por muerto pol¨ªticamente a Rajoy pero creen que no es el momento de relevarlo.

Otro de los duetos que ech¨® algunas chispas fue el de Carlos Aragon¨¦s y Celia Villalobos, dos veteranos. El primero, todopoderoso jefe de gabinete de Aznar durante 17 a?os y hombre clave del poder en la sombra, critic¨® al l¨ªder con razonamientos pausados pero contundentes. Primero le reproch¨® que lleve varios meses con los ¨®rganos de direcci¨®n congelados. "Tendr¨ªa que haber m¨¢s reuniones como ¨¦sta", dijo.

Un guante que, ¨¦se s¨ª, recoger¨ªa Rajoy para dejar la puerta abierta a esa sugerencia. Pero luego, Aragon¨¦s fue m¨¢s duro. El l¨ªder, explic¨®, "no est¨¢ haciendo pol¨ªtica dentro del partido, est¨¢ actuando como un candidato. Est¨¢ dedicando sus energ¨ªas a hacer una campa?a electoral interna cuando no hay rival".

Luego le pidi¨® que marque la orientaci¨®n del PP en el futuro. Tambi¨¦n le reproch¨® un "exceso de presidencialismo" porque no est¨¢ dando a conocer su equipo -Aznar avanzaba su secretario general-, que parece que se va a elegir s¨®lo "por un criterio de lealtad" y est¨¢ forzando al partido "a un plebiscito entre Rajoy s¨ª o no".

Villalobos, con su habitual desparpajo, se mostr¨® perpleja. "?C¨®mo es posible que el ex jefe de gabinete del presidente del Gobierno hable de presidencialismo?", le contest¨® tras recordar a quienes se quejan por las cr¨ªticas internas que es su marido, Pedro Arriola, quien m¨¢s golpes se est¨¢ llevando y no protesta.

Hubo un ¨²ltimo duelo entre Gabriel Elorriaga, otro de los cr¨ªticos, y Jorge Moragas, un marianista. El a¨²n secretario de Comunicaci¨®n -no destituido- reproch¨® la falta de di¨¢logo del l¨ªder que, en su opini¨®n, ha provocado parte de la crisis. Moragas le contest¨® que ha estado puntualmente informado de todos los pasos y le reproch¨® que no haya sido capaz de explicar por qu¨¦ cree que Rajoy no es el l¨ªder que el PP necesita.

Tambi¨¦n hubo intervenciones mucho m¨¢s neutras, como la de algunos l¨ªderes regionales -Alberto N¨²?ez Feij¨®o, Mar¨ªa Dolores de Cospedal- que apoyaron a Rajoy pero sobre todo pidieron unidad interna. Y el ¨²ltimo en hablar, antes del l¨ªder, fue P¨ªo Garc¨ªa Escudero -candidato a la secretar¨ªa general en contra de su voluntad- que concluy¨® que "la ¨²nica soluci¨®n a este conflicto es que los cr¨ªticos presenten una candidatura alternativa".

Rajoy cerr¨® el intenso debate con una apuesta por la integraci¨®n que algunos le hab¨ªan pedido. "Creo que tengo el apoyo sincero de la mayor¨ªa, pero voy a hacer una candidatura integradora". Despu¨¦s pidi¨® "prudencia" y explic¨® que ¨¦l es "el mismo", que no ha cambiado los principios del PP aunque defiende el di¨¢logo. Y, sobre todo, cree que "no se puede centrar la agenda en dos temas", esto es, el terrorismo y el modelo de Estado, algo que ¨¦l hizo en los ¨²ltimos cuatro a?os.

Por ¨²ltimo, pidi¨® que se le juzgue por lo que ha hecho y no por lo que pueda hacer, en clara referencia a Mar¨ªa San Gil, la gran ausente en un reuni¨®n ¨²nica, lo m¨¢s parecido a un c¨®nclave de un partido de extrema izquierda, con su cruel autocr¨ªtica, que ha vivido jam¨¢s la gran formaci¨®n de la derecha espa?ola.