Rajoy en la tercera fase
Ayer por la ma?ana, en la sede de G¨¦nova 13, se reun¨ªa por ¨²ltima vez el Comit¨¦ Ejecutivo Nacional del Partido Popular antes del XVI Congreso convocado en Valencia los pr¨®ximos d¨ªas 20, 21 y 22. Despu¨¦s de tanto rencor ladrado por las esquinas por fin alguien, Juan Costa, se atrev¨ªa a tomar la palabra ante sus pares y a trazar un diagn¨®stico de los males que aquejan al partido.
Todo habr¨ªa empezado la noche triste del 9 de marzo pasado, cuando el recuento de las urnas exclu¨ªa de la victoria electoral a la formaci¨®n encabezada por Mariano Rajoy, pese a los diez millones de papeletas sumadas en su favor. Desde entonces se han sucedido los desprendimientos, los abandonos, los portazos, las retiradas con ¨¢nimo de da?ar la figura del l¨ªder. Han proliferado los que se acogen a la t¨¢ctica de amagar, amagar y no dar hasta que Juan Costa envalentonado se ha descarado para decir a los 80 miembros del comit¨¦ all¨ª reunidos que la crisis es de "ilusi¨®n" entre las bases de la militancia y en la calle, y que percibe actitudes no integradoras en la direcci¨®n. El arranque de Costa, que fue designado coordinador del programa para la pasada campa?a, sigue la l¨ªnea del de Gabriel Elorriaga, director de comunicaci¨®n del PP, quien public¨® una columna en un diario declarando la invalidez del liderazgo de Rajoy.
Sorprende que el lema elegido para el congreso de Valencia haya sido el de 'Crecemos juntos'
Frente al espect¨¢culo de desuni¨®n, brindado con tanto ah¨ªnco al respetable, sorprende que el lema elegido para el Congreso de Valencia haya sido el de Crecemos juntos. Se dir¨ªa que ha faltado ¨¢nimo para proponer el uso del gerundio que nos hubiera llevado a la versi¨®n de Creciendo juntos y que tampoco se ha querido recuperar el pasado en t¨¦rminos de modelo para la nueva etapa, bajo un enunciado rememorativo como el de Crecimos juntos. En definitiva, el recurso al presente de indicativo Crecemos juntos tiene el aire de una jaculatoria, utilizada como exorcismo para ahuyentar las divisiones que estallan cada d¨ªa en las filas populares.
Comentaba un buen amigo desde su observatorio, anidado en uno de los altos cuerpos del Estado, el aspecto cutre que en ocasiones presenta la izquierda. Pon¨ªa el ejemplo del Congreso Socialista que acab¨® sumando los votos de los balbases para hacer posible la victoria de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Pero enseguida a?ad¨ªa que es la derecha la que cuenta con los m¨¢s reputados especialistas en la canallada. Baste recordar c¨®mo han procedido sus figuras m¨¢s relevantes a partir del Movimiento Nacional en su paso hacia a la UCD, la Alianza Popular y el PP. Pero sin desmerecer de esos antecedentes se dir¨ªa que ahora estamos en un momento estelar en el que la esperanza ha llegado a estar cifrada en la paradoja admirable de que Fraga les centre y evite su deriva por la senda de los esencialismos descarnados.
Pero volvamos al t¨ªtulo de esta columna Rajoy en la tercera fase. Recordemos que la primera despeg¨® la noche triste del 9 de marzo, cuando toda la orquesta medi¨¢tica, que hab¨ªa acompa?ado o marcado el paso a Rajoy durante los cuatros a?os precedentes, atac¨® la partitura de dimisi¨®n inmediata sin excusa ni pretexto. Desde entonces, cada d¨ªa esa orquesta del antiguo flautista de Hamelin ha ido elevando la intensidad ac¨²stica en decibelios y multiplicando los efectos especiales en prensa y radio, sin lograr el abandono del presidente del PP antes de que se inicie el Congreso Nacional como consiguieron cuando Adolfo Su¨¢rez.
En la segunda fase se entrar¨ªa si fuera posible presentar un candidato alternativo que le disputara all¨ª la presidencia a Rajoy. Pero faltan d¨ªas, avales y arrojo suficiente para que un candidato veros¨ªmil lo intente y queda claro que ahora Juan Costa a la b¨²squeda de la ilusi¨®n perdida no da el tipo. La tercera fase seguir¨¢ s¨®lo despu¨¦s de que Rajoy revalide su posici¨®n como presidente a partir del 23 de junio porque incluso entre quienes prefieren su continuidad cunde el af¨¢n de que sea otro quien se presente en 2012 para competir con los socialistas por La Moncloa.
Qu¨¦ alegr¨ªa cuando nos dijeron que Mariano Rajoy hab¨ªa dado un grito de libertad en Elche y proclamado que el PP ser¨ªa aut¨®nomo en sus decisiones sin dejarse llevar por el peri¨®dico y la emisora que todos sabemos. Pero luego, seg¨²n como venga el d¨ªa, Rajoy se enfunda la camiseta para reivindicar como suyas incluso las decisiones m¨¢s aciagas de aquel penoso seguidismo. El caso es que no estamos para bromas a cuatro a?os vista y para ma?ana mismo necesitamos una derecha que contribuya a la estabilidad del pa¨ªs y que d¨¦ la r¨¦plica debida al Gobierno socialista del presidente Zapatero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.