"China est¨¢ empezando una nueva larga marcha", afirma Xin Ran
La periodista ultima un libro de memoria hist¨®rica sobre la Revoluci¨®n Cultural
Xin Ran Xue (Pek¨ªn, 1958) tendr¨ªa pocos motivos para ser optimista con su pa¨ªs: cuando ten¨ªa siete a?os, la Guardia Roja entr¨® en su casa y quem¨® libros, juguetes y hasta sus trenzas (se las cortaron: un look demasiado capitalista), y sus padres (¨¦l hablaba seis idiomas y estaba en una compa?¨ªa occidental; ella trabaj¨® con los sovi¨¦ticos) acabaron, con tal curr¨ªculo, en una c¨¢rcel de Mao: 10 a?os.
Aun as¨ª, la periodista y escritora, autora de uno de los documentos m¨¢s estremecedores sobre su pa¨ªs (Nacer mujer en China: las voces silenciadas, editado por Emec¨¦ y Edicions 62), opina que "China empieza una nueva larga marcha; en 20 a?os se ha abierto m¨¢s que en 5.200; hace falta paciencia, comprensi¨®n y una menor tendencia a juzgar por parte de los occidentales".
La dualidad de Xin Ran es total: la blusa oriental contrasta con la media melena y con la ¨²nica u?a pintada de rojo p¨²rpura que luc¨ªan sus manos; de esta guisa acudi¨® ayer a Casa Asia de Barcelona, donde pronunci¨® una conferencia sobre la situaci¨®n de la mujer en su pa¨ªs. De eso sabe mucho: entre 1989 y 1997 dirigi¨® un programa radiof¨®nico, Palabras en la brisa nocturna, donde los oyentes, especialmente f¨¦minas, relataban sus problemas.
De algunos de esos casos se aliment¨® su libro, como el de la mujer que se suicid¨® bebiendo pesticidas porque s¨®lo daba a luz a ni?as. Problemas con las autoridades recomendaron su marcha a Londres, donde reside desde 1997. "Dentro de China conviven el primer y el tercer mundo: la vida de una mujer en Pequ¨ªn o Shanghai no tiene nada que ver con la de las que viven en el campo; si hablabas de sexo hace 20 a?os con tus hijos pod¨ªas ser denunciada, hoy no pasa", comenta, para a?adir poco despu¨¦s ante la estupefacci¨®n de los que inquieren por la pol¨ªtica del hijo ¨²nico: "China necesita a¨²n un control de natalidad". La aclaraci¨®n: "El control de natalidad es m¨¢s laxo en el campo, por lo que hay m¨¢s hijos sin tutela del Estado; es gente con baja educaci¨®n, que aportar¨¢ poco al pa¨ªs. Las mujeres deben controlar su natalidad para lograr una vida de calidad para los suyos y ellas, pero para entenderlo hace falta educaci¨®n y no obligarlas".
Xin Ran acude dos veces al a?o a China, donde ultima otro libro: testimonios de 250 personas mayores para reconstruir la memoria hist¨®rica sobre la Revoluci¨®n Cultural. "De eso las generaciones actuales saben poco: apenas tienen media p¨¢gina en sus libros de texto, y la generaci¨®n que sabe empieza a morirse". Ni su madre quiere saber de sus libros: "No le gustan porque es muy duro para ella entenderlo y abrirse; me dice que las mujeres alemanas tampoco hablaban de sus hijos y el nazismo, pero le respondo que el pasado son las ra¨ªces de nuestro futuro".
Partidaria de los Juegos Ol¨ªmpicos ("los chinos tocar¨¢n cultura occidental gratis y con un control estatal escaso"), cree que la informaci¨®n que Occidente maneja de China "es muy vieja". Quiz¨¢ por ello ha creado la asociaci¨®n Mothers Bridge of Love para ayudar a los ni?os de su pa¨ªs adoptados por el mundo para que no pierdan su ra¨ªces y a la vez se engarcen con sus nuevas sociedades. Xin Ran tiene nombre de puente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.