C¨®mo acabar (de una vez por todas) con la pobreza
Qu¨¦ pueden hacer los ciudadanos de los pa¨ªses ricos para ayudar a erradicar la pobreza? Paul Collier ha escrito un libro para responder a esta pregunta, y lo hace con ¨¢nimo did¨¢ctico, pragm¨¢tico y provocador al mismo tiempo. El autor de El club de la miseria compara el desaf¨ªo de eliminar el problema con la reconstrucci¨®n de Europa tras la II Guerra Mundial. Es, por lo tanto, una tarea dif¨ªcil, pero no imposible. Para este catedr¨¢tico de Econom¨ªa de Oxford, la ayuda econ¨®mica directa es s¨®lo parte de la soluci¨®n; los intercambios comerciales, la seguridad y el buen gobierno son, en su opini¨®n, instrumentos mucho m¨¢s eficaces. La opini¨®n p¨²blica de los pa¨ªses ricos, sostiene Collier, debe presionar a sus gobernantes para que se comprometan de verdad con el objetivo. "Cuando los ciudadanos aporten masa cr¨ªtica, los pol¨ªticos prestar¨¢n atenci¨®n", afirma.
"No es que muchos pa¨ªses se est¨¦n quedando descolgados, es que est¨¢n y¨¦ndose a pique"
El club de la miseria es un esfuerzo por construir esa masa cr¨ªtica, un llamamiento a la acci¨®n no s¨®lo de los gobiernos, sino del ciudadano de a pie. Con un lenguaje sencillo y directo, Collier explica c¨®mo es posible que tanta gente siga siendo tan pobre a pesar de un crecimiento econ¨®mico sin precedentes como el vivido en las ¨²ltimas d¨¦cadas y de las enormes cantidades de ayuda que reciben los pa¨ªses m¨¢s necesitados.
La pobreza, sostiene el economista brit¨¢nico, disminuye a gran velocidad en buena parte del mundo. El 80% de la poblaci¨®n ha conseguido dejarla atr¨¢s o est¨¢ en camino, pero hay todav¨ªa mil millones de personas que viven atrapadas en un agujero negro del que no logran salir (el t¨ªtulo original en ingl¨¦s del libro es The bottom billion). "No es que muchos de estos pa¨ªses se est¨¦n quedando descolgados", escribe Collier, "es que est¨¢n y¨¦ndose a pique". La mayor¨ªa de ellos son africanos, pero tambi¨¦n quedan restos de pobreza extrema en lugares como Bolivia, Camboya, Corea del Norte, Hait¨ª, Laos, Mianmar, Timor Este y Yemen.
"La gran diferencia entre los pobres de ?frica y los pobres de China o India es que en estos dos pa¨ªses los padres tienen la esperanza fundada de que sus hijos crezcan en una sociedad transformada, pr¨®spera e integrada en el mundo", subraya el autor, que visit¨® recientemente Espa?a para dar sendas conferencias en los CaixaForum de Madrid y Barcelona. Collier recuerda que en Europa s¨®lo hace falta retroceder dos generaciones para encontrar una situaci¨®n similar. "Mis padres y mis abuelos eran pobres, pero ten¨ªan la esperanza de que la siguiente generaci¨®n creciera en una situaci¨®n distinta, como as¨ª ha sido", dice este hijo de carnicero de Sheffield (Inglaterra).
A diferencia de la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo, Collier sostiene que los llamados Estados fallidos son v¨ªctimas de cuatro trampas que les impiden ver la luz al final del t¨²nel: las guerras civiles, la falta de salida al mar, el mal gobierno y la excesiva dependencia de la extracci¨®n de recursos naturales. "Son problemas que pueden arreglarse una vez que tengamos el diagn¨®stico correcto y pensemos en qu¨¦ instrumentos utilizamos para arreglarlos, en lugar de hacer gestos teatrales que lo ¨²nico que muestran es lo mucho que nos importa el problema, pero no lo efectivos que podemos ser", dice Collier. "Esa pol¨ªtica de gestos es la que practican los pol¨ªticos que viajan a ?frica, se hacen la foto besando a un ni?o y reparten grandes cantidades de ayuda a la hora de volver".
Una analog¨ªa que Collier maneja con frecuencia es el empe?o estadounidense por reconstruir Europa tras la II Guerra Mundial. Al terminar la contienda, explica el profesor, la amenaza del expansionismo sovi¨¦tico no dej¨® a Estados Unidos m¨¢s remedio que implicarse en el Viejo Continente. Para facilitar los intercambios comerciales y estimular el crecimiento econ¨®mico europeo, Washington puso fin a su pol¨ªtica proteccionista anterior a la guerra con la puesta en marcha del Plan Marshall y la creaci¨®n del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), precursor de la actual Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Adem¨¢s, dej¨® de ser un pa¨ªs pol¨ªticamente aislado al impulsar el nacimiento de instituciones como la ONU, la OCDE, el FMI...
Lo que necesitan ya los mil millones de abajo, afirma Collier, es un plan de rescate que cuente con el apoyo firme del G-8, el club de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo m¨¢s Rusia. Los pa¨ªses m¨¢s pobres requieren un trato preferente a sus exportaciones, leyes contra la corrupci¨®n y normas internacionales que faciliten su integraci¨®n en la econom¨ªa mundial. El autor de El club de la miseria cree que hay razones para ser optimistas. "Espa?a ha tardado m¨¢s de medio siglo en pasar de la pobreza a la prosperidad", afirma. "?Por qu¨¦ no puede hacer lo mismo gente que vive justo al otro lado del mar?".
Collier, de 58 a?os, ha dedicado buena parte de su vida a luchar contra la pobreza. Entre 1998 y 2003 trabaj¨® en el Banco Mundial a las ¨®rdenes de su amigo Joseph Stiglitz, premio Nobel de Econom¨ªa en 2001. Director del Centro para el Estudio de las Econom¨ªas Africanas de la Universidad de Oxford, no toma partido ni por los defensores de la globalizaci¨®n ni por sus detractores. Recela de las actitudes tradicionales de la derecha y la izquierda occidentales y considera esencial formar una amplia alianza para lograr un cambio real y sostenido de la pol¨ªtica occidental hacia los pa¨ªses m¨¢s pobres. "La izquierda tendr¨¢ que darse cuenta de que los m¨¦todos que tradicionalmente ha rechazado, como la intervenci¨®n militar, el comercio y la estimulaci¨®n del crecimiento, son herramientas fundamentales para alcanzar los objetivos que siempre ha perseguido", se?ala. "La derecha deber¨¢ entender que el problema de los pa¨ªses m¨¢s m¨ªseros no se corrige s¨®lo con el crecimiento global, como pasa con la pobreza en t¨¦rminos globales, y que si este problema se desatiende ahora, nuestros hijos vivir¨¢n en un mundo de seguridad infernal".
En opini¨®n de Collier, los pa¨ªses m¨¢s pobres deben reducir su dependencia de la ayuda internacional y ser ellos mismos los que emprendan, desde dentro, los cambios. "Necesitan muchas reformas econ¨®micas y gobiernos mucho mejores", dice. "Tienen que gastar el dinero de manera honrada y eficiente, sobre todo eficiente". En todos esos pa¨ªses, se?ala Collier, hay gente honrada que intenta propiciar esos cambios, pero casi siempre salen perdiendo. Pone el ejemplo de Zimbabue, donde el presidente, Robert Mugabe, se aferra al poder con u?as y dientes. "En Zimbabue hay gente valiente luchando contra una banda de ladrones, pero los ladrones casi siempre ganan, porque tienen el dinero. Nuestra misi¨®n es ayudar a cambiar la situaci¨®n. Tenemos mucho poder y podemos hacerlo".
Occidente, dice Collier, debe afrontar el problema de la pobreza mundial con una mezcla de compasi¨®n e inter¨¦s propio. "La compasi¨®n nos da la energ¨ªa para arrancar, mientras que el inter¨¦s propio ayuda a sostener durante un buen tiempo las medidas que hacen falta". El autor de El club de la miseria opina que a Occidente no le interesa un mundo con mil millones de marginados. "El mundo ser¨¢ un lugar mucho m¨¢s peligroso si no logramos integrarlos", sostiene. "As¨ª surgen pa¨ªses como Somalia".
Collier cita Botsuana como ejemplo de ¨¦xito: "Ha tenido buen gobierno y buen liderazgo. Ha sabido utilizar bien el dinero de los diamantes y ha experimentado el crecimiento m¨¢s r¨¢pido del mundo en renta per c¨¢pita en las ¨²ltimas d¨¦cadas".
Una de las ideas m¨¢s provocadoras del libro es la de intervenir militarmente en los pa¨ªses atrapados en la miseria. Su autor pone como ejemplo la intervenci¨®n del Reino Unido en Sierra Leona, que puso fin a una cruenta guerra civil. Collier es consciente de que, tras la triste experiencia de Irak, no va a ser f¨¢cil conseguir el apoyo de la opini¨®n p¨²blica para una medida como ¨¦sta. Recomienda intervenciones militares puntuales en peque?os pa¨ªses dominados por gobernantes corruptos. En muchas ocasiones, asegura, son bien recibidas por la poblaci¨®n y a veces marcan la diferencia entre la guerra y la paz, entre la pobreza y la prosperidad. -
El club de la miseria. Qu¨¦ falla en los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. Paul Collier. Traducci¨®n de V¨ªctor V. ?beda. Turner. Madrid, 2008. 331 p¨¢ginas. 20 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.