'Unza unza' 'chis pom'

Hubo un tiempo en que a Kusturica le escrib¨ªa las bandas sonoras su paisano Goran Bregovic, uno de los m¨²sicos m¨¢s sobrevalorados del siglo XX. Despu¨¦s de Underground (1996), los anta?o amigos acabaron tarifando y el cineasta se aplic¨® al modelo Juan Palomo. Las fanfarrias corren desde entonces a cargo de su No Smoking Orchestra, lo que genera un beneficioso efecto de retroalimentaci¨®n: el cine promociona a la banda y viceversa. Todos contentos.

El problema de la NSO es que s¨®lo resulta de verdad ingeniosa poni¨¦ndole t¨ªtulo a sus piezas. Lo de ?Era realmente Romeo gilipollas? o El diablo viaja en clase business tiene su co?a, s¨ª. Moraleja: lo mejor de los discos de estos chicos est¨¢ en sus contraportadas.

En cuanto al directo, lo que ellos denominan Unza unza, tambi¨¦n podr¨ªa definirse como chunda chunda o chis pom, sin que el concepto difiriera demasiado. Algo habr¨ªa ayudado, bien es cierto, que el sonido resultara un poquito menos infame, pero de un cartel que mezcla en el mismo escenario y de forma sucesiva al alcorconero El Choj¨ªn, y a estos serbios bullangueros, tampoco cab¨ªa prever demasiado esmero en este tipo de menudencias.

Con toda la formaci¨®n ataviada con trajes blancos -salvo el director de Maradona, en el papel de oveja negra- y el acordeonista fardando de unas gafas de lucecitas rojas, estos No Fumadores se esforzaron en demostrar que son unos tipos jaraneros, sarc¨¢sticos y disparatados, como unos Madness balc¨¢nicos. M¨¢s all¨¢ de la fachada, sin embargo, no hay mucho donde rascar. Durante el tema MTV Europa, Emir se despoj¨® de la guitarra para poder hacer el maiquelyason por todo el escenario, lo que da idea del verdadero potencial de la banda. Muy buenas sus pelis, se?or Kusturica.