A ritmo lento
El Gobierno est¨¢ funcionando al ralent¨ª en temas importantes; la crisis del PP se lo permite
El Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero ha emprendido el nuevo mandato electoral con parsimonia. No se trata ya de que, a diferencia de 2004, escaseen las medidas adoptadas con rapidez y anunciadas con espectacularidad, seg¨²n sucedi¨® con la fulminante retirada de las tropas de Irak apenas unas horas despu¨¦s de formarse el nuevo Ejecutivo. La sensaci¨®n de avanzar sin pulso se extiende, por el contrario, a decisiones que parecer¨ªan oportunas al contemplar la evoluci¨®n de los acontecimientos, en particular en el ¨¢rea econ¨®mica.
El desenlace de las elecciones del 9 de marzo propici¨® un s¨²bito cambio en la agenda pol¨ªtica, acentuado por la sucesi¨®n de datos econ¨®micos negativos. El regreso de los cr¨ªmenes terroristas no ha conseguido monopolizar las sesiones del Congreso, como ocurri¨® durante la anterior legislatura, incluso cuando no hab¨ªa atentados. Aceptar esta realidad ha sumido al Partido Popular en una crisis que su pr¨®ximo congreso s¨®lo cerrar¨¢ en parte, a menos que los sectores m¨¢s comprometidos con la crispaci¨®n resulten claramente derrotados. Pero tambi¨¦n parece plantear alg¨²n problema al Gobierno, como si el repentino cambio del clima pol¨ªtico le hubiera sorprendido sin discurso.
El ¨¢rea econ¨®mica resulta una vez m¨¢s ilustrativa: pese a los pron¨®sticos de que la econom¨ªa espa?ola crecer¨ªa a menor ritmo y aumentar¨ªan el paro y la inflaci¨®n, el Gobierno sigue sin saber c¨®mo referirse a la situaci¨®n. Y en cuanto a las medidas adoptadas para hacerle frente, se limitan en t¨¦rminos generales a las anunciadas durante la campa?a electoral, con especial insistencia en la devoluci¨®n de 400 euros del IRPF. Su eficacia como est¨ªmulo al consumo es dudosa: las subidas de las hipotecas y los combustibles bastan para neutralizar su impacto.
La crisis del Partido Popular obliga sin duda a posponer los posibles pactos para rehacer los destrozos institucionales de la anterior legislatura, y ¨®rganos como el Tribunal Constitucional o el CGPJ son los m¨¢s claros ejemplos. Pero las incertidumbres en el PP no lo explican todo: Zapatero apost¨® por la creaci¨®n de nuevos departamentos ministeriales, unos con m¨¢s sentido que otros, que est¨¢n encontrando dificultades para obtener las competencias que le corresponder¨ªan en el nuevo esquema del Ejecutivo. Y por lo que respecta a los departamentos m¨¢s consolidados, s¨®lo han destacado los relacionados con la inmigraci¨®n.
En tan s¨®lo unas semanas, el Gobierno ha completado un giro radical en esta materia. En este caso, no ha esperado a que el PP resuelva su crisis para alcanzar acuerdos, tal vez porque hubiera quedado en evidencia que es el Gobierno el que se ha acercado al PP, y no al contrario. En Europa este movimiento queda m¨¢s diluido. Sobre todo si el Gobierno disfraza su apoyo a la directiva del retorno o a la pol¨ªtica de Sarkozy como una estrategia para apaciguar las pol¨ªticas m¨¢s duras, en las que ha destacado Berlusconi.
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