A Suiza se le aparecen los demonios
Cech, la defensa checa, la mala fortuna y un ¨¢rbitro italiano dejan sin consuelo al anfitri¨®n
Cuando en el primer tiempo se lesiona tu mejor jugador, se ilumina el portero rival, la pelota se encapricha con la escuadra contraria y un ¨¢rbitro se hace el sueco, por muy italiano que sea, ante los manotazos adversarios dentro del ¨¢rea, de nada sirve la etiqueta de anfitri¨®n. Le ocurri¨® ayer a Suiza en el encuentro inaugural de su Eurocopa y la austriaca. El equipo de Kuhn tambi¨¦n puso de su parte y un desatino defensivo concedi¨® el gol a la Rep¨²blica Checa, que nada hizo antes ni despu¨¦s para merecer tanto premio. Demasiado castigo para los suizos, que, rebajados de talento, se esforzaron lo suficiente para no quedarse a la intemperie. La mayor experiencia checa, un f¨²tbol con mayor alcurnia, y alg¨²n embrujo imprevisto condenaron al biso?o equipo helv¨¦tico.
La selecci¨®n helv¨¦tica se sinti¨® desamparada tras la lesi¨®n de Frei
Sin la gu¨ªa de Rosicky, los checos se cuelgan una y otra vez de un delantero gr¨²a, Koller
Los dados quisieron que el torneo arrancara con dos pa¨ªses tan exportadores que entre los titulares s¨®lo se alist¨® un jugador de las respectivas Ligas nacionales: Streller, del Basilea. Por cierto, el m¨¢s deficiente de los participantes. Sin chispa unos y otros, hasta el emotivo tramo final, el duelo result¨® borrascoso, ulceroso incluso, con dos selecciones gripadas en el centro del campo y excesivamente condicionadas por los dos arietes. Los checos, sin la gu¨ªa de Rosicky, su mayor talento, se cuelgan una y otra vez de un delantero gr¨²a como Jan Koller, un poste de dos metros que, a sus 35 a?os, est¨¢ forrado de cardenales y ya va con el dep¨®sito justo. Suiza tiene en el punto de mira a Frei, el capit¨¢n, su gran goleador, un delantero con instinto depredador y buenos movimientos. Suyas fueron las mejores ocasiones del primer acto, mejor dicho, todas las que hubo, un par de ellas. Una entrada de Grygera, el lateral del Juventus, al filo del descanso, le retorci¨® la rodilla izquierda y el chico se fue del campo llorando, desconsolado por el accidente.
Sin Frei, el equipo anfitri¨®n se sinti¨® muy desamparado, sin otra tutela que la de Inler, un medio centro en n¨®mina con el Udinese que juega con mucha destreza.
Lastimado Frei, Kobi Kuhn, el seleccionador suizo, orden¨® calentar a Derdiyok, el m¨¢s joven del torneo. En la tregua del descanso se lo pens¨® y dio carrete a Hakan Yakin, m¨¢s cuajado a sus 31 a?os. Yakin hizo de Frei y a punto estuvo de lograr que su pa¨ªs festejara el estreno. Primero, con una falta directa que pein¨® el casco de Cech; luego, con un remate de cabeza que no ajust¨® bien. Para entonces, Suiza gobernaba mejor el partido, con los checos fuera de foco, como si la asfixia de Koller, en el banquillo apenas iniciado el segundo tramo, le hubiera dejado sin ideario. En este tr¨¢nsito generacional, en la Rep¨²blica Checa no se adivina alg¨²n eslab¨®n de Masopust, Nehoda, Panenka o Nedved. El andamiaje lo sostiene la vieja guardia del propio Nedved, Poborsky, Smicer y Berger: el abnegado Galasek, el dique del medio campo, y Ujfalusi, un central poderoso y bien colocado, un alivio para el Atl¨¦tico de Eller, Z¨¦ Castro, Pablo y Perea. El d¨ªa y la noche.
Con Ujfalusi y Cech de escoltas, los checos sofocaron el ¨ªmpetu local hasta que la propia Suiza entreg¨® la cuchara de mala manera. Su defensa se hizo un nudo al querer tirar el fuera de juego y, tras un cabezazo defensivo de Galasek, la pelota aterriz¨® en los pies de Sverkos, el m¨¢ximo goleador de la Liga checa con el Banik Ostrava, relevo de Koller, que bati¨® a Benaglio en la ¨²nica jugada atrevida de los visitantes en todo el segundo tiempo. Un azote para la primera anfitriona en ponerse en marcha, que no encontr¨® remedio ante Cech, estupendo en el juego a¨¦reo y en un disparo de Barnetta, al que sucedi¨® un remate a la escuadra de Vonlanthen. Atrincherados los checos, Suiza rem¨® cuanto pudo hasta el final, pero se top¨® con un demonio m¨¢s. En el ¨²ltimo suspiro, el italiano Roberto Rosetti se hizo el longuis ante un posible penalti de Ujfalusi para desasosiego de la hinchada local, que ya hab¨ªa sido soliviantada por otro clar¨ªsimo palmeo del central checo. Demasiado maleficio, por mucho que Suiza cargue con los festejos.
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