La esquina
Cuanto m¨¢s dinero le das, m¨¢s te fustiga; cuanto m¨¢s te fustiga, m¨¢s dinero le das para ver si se amansa. Esto no es una charada, sino la actitud que mantiene el Gobierno socialista con la Iglesia cat¨®lica, a la que teme como al diablo y no sin raz¨®n. En las tertulias de caf¨¦ siempre hay un anticlerical exaltado que da con la soluci¨®n. A los obispos hay que plantarles cara de una vez, el concordato con el Vaticano debe ser denunciado sin m¨¢s. Seg¨²n su opini¨®n, la retirada del suministro es el ¨²nico lenguaje que entiende la Iglesia. El Estado s¨®lo se alimenta de prestigio y si lo pierde, desaparece. A ver qui¨¦n gana. La mayor¨ªa aplaude esta teor¨ªa, pero alguno m¨¢s moderado trata de aplacar los ¨¢nimos. La Iglesia en Espa?a tiene mucho poder todav¨ªa, dice. En realidad es la propietaria de nuestro cerebro l¨ªmbico donde residen todas las emociones que nos han sido inoculadas antes del uso de raz¨®n, el bien y el mal, el cielo y del infierno, el miedo a la muerte, los dogmas del catecismo, las patrias, los s¨ªmbolos y las banderas, todo amasado con los aromas, sonidos y sabores de los sentidos en estado de naturaleza cuando la inteligencia a¨²n no se hab¨ªa desarrollado. Ese disco duro es el que la Iglesia transmite a trav¨¦s de la educaci¨®n, un bocado que no est¨¢ dispuesta a soltar por mucho que los socialistas, como la zorra de la f¨¢bula, ensalcen al cuervo para tratar de que abra el pico y le caiga la longaniza. La discusi¨®n de la tertulia deriva en saber si la Iglesia en Espa?a forma parte sustancial de la derecha m¨¢s reaccionaria o s¨®lo trata de defender sus privilegios, si ocupa el centro de la sociedad o s¨®lo esa esquina, que el jefe de la oposici¨®n quiere abandonar. Cualquier ciudadano razonable desear¨ªa para este pa¨ªs una derecha moderna, europea, culta y sin sebo, capaz de oponerse con rigor al Gobierno, preparada para una alternancia en el poder, pero esta aspiraci¨®n l¨®gica parece inalcanzable dada la furia con que tratan de impedirlo los reaccionarios desde la famosa esquina, que ha sido tomada como un basti¨®n por una amalgama de obispos a medias con la derecha radical. Esquinado se dice del individuo malintencionado, aplicable tambi¨¦n a aquel que trata de quitarte la cartera en el nombre de Dios o de la patria.
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