Avigdor Arikha, h¨¦roe en soledad
El Thyssen dedica una retrospectiva al maestro israel¨ª del hiperrealismo
Samuel Beckett defini¨® la obra del pintor israel¨ª Avigdor Arikha (Bukovina, Rumania, 1929) como una heroicidad en soledad. Y es cierto que su vida y su obra se han asomado muchas veces al filo. En tres ocasiones ha bordeado la muerte, seg¨²n confiesa este singular artista que desde muy joven estuvo bien considerado por la cr¨ªtica y los coleccionistas. Dos se debieron a motivos de salud. La otra, la verdadermente importante, no tuvo nada de f¨ªsico. Sucedi¨® en la ma?ana del 10 de marzo de 1965. Arikha se levant¨® aquel d¨ªa con la profunda sensaci¨®n de que hab¨ªa muerto como pintor abstracto, de que a partir de ese momento s¨®lo val¨ªa la pena pintar del natural. Ni de memoria ni a partir de fotograf¨ªas. S¨®lo lo que tuviera delante y mientras estuviera ante sus ojos. Durante una hora o un d¨ªa. Empezar y acabar.
Su esfuerzo por captar la verdad busca preservar la huella de la vida
Tomada la decisi¨®n, centr¨® su actividad en el dibujo, la forma m¨¢s esencial de acercarse al arte. E investig¨®. En 1973, volvi¨® plenamente a la pintura: desnudos, retratos, bodegones, jardines. La Fundaci¨®n Thyssen (www.museothyssen.org) abre hoy al p¨²blico la primera gran exposici¨®n que est¨¢ dedicada en Espa?a a un pintor al que, desde aquella ma?ana de 1965, se considera uno de los grandes maestros del hiperrealismo. Es casi un centenar de obras, organizadas como si se tratase de una biograf¨ªa, seg¨²n explic¨® ayer Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen y comisario de la muestra.
El recorrido arranca con sus dibujos y pasteles, "semillas y ra¨ªces de su pintura", en palabras de Guillermo Solana. En esta sala, se exponen algunas de sus primeras obras hechas con tinta, "el origen de su compromiso con el natural".
La exposici¨®n se adentra despu¨¦s en la pintura. De las paredes cuelgan unos 80 ¨®leos divididos en dos espacios. Reciben al visitante las obras inspiradas en su vida cotidiana: el estudio, la biblioteca y su esposa, Anne.
De la intimidad dom¨¦stica y personal se salta al ¨¢mbito de sus relaciones sociales. Son retratos de hombres y mujeres cuyos rostros llamaron en alg¨²n momento la atenci¨®n del artista. La forma en que resuelve los cuadros recuerda a veces a Lucien Freud; otras, a Bacon; e incluso, a Hopper.
El comisario asegur¨® ayer que este artista ha tocado todos los g¨¦neros y en todos ha sido un aut¨¦ntico innovador de capacidad ¨²nica para abordar los objetos cotidianos. "Ha reinventado los g¨¦neros con los que ha trabajado, mostrando siempre un enorme talento para jugar con los vac¨ªos de la pintura".
El propio Arikha ha participado en la selecci¨®n e instalaci¨®n de las obras. Si Guillermo Solana lament¨® que, en su opini¨®n, el segmento creativo ¨²ltimo de la vida de Avigdor Arikha queda algo incompleto por la escasa presencia de desnudos -uno de los g¨¦neros que han hecho m¨¢s famoso a este pintor-, el artista se mostraba ayer emocionado con la exposici¨®n. Parco en palabras, es de los que prefiere que la obra hable por s¨ª misma, pese a que como historiador y escritor ha pronunciado numerosas conferencias en el vecino Museo del Prado. Ayer, s¨®lo su adorada naturaleza empa?aba algo su felicidad. La lluvia cay¨® desde primera hora sobre Madrid e imped¨ªa que la luz natural entrara con suficiente fuerza para acompa?ar a la asombrosa obra. El artista hall¨® este consuelo: "Han puesto un curioso tipo de iluminaci¨®n artificial que no me disgusta del todo".
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