"No s¨¦ qui¨¦n me maltrat¨® m¨¢s, mi ex marido o el juez Ferr¨ªn"
Una mujer recobra la custodia de sus hijas retirada por el pol¨¦mico magistrado
Celia Rodr¨ªguez Cuenca, de 38 a?os, no tiene miedo de hacer p¨²blico este caso. Ya no. No teme nada desde que, hace dos meses, consigui¨® la guarda y custodia de sus dos hijas, de 13 y 15 a?os, tras cinco a?os sin ellas. Ese lustro, han vivido con su padre, sobre el que pesan ya tres ¨®rdenes de alejamiento por malos tratos a Celia y cinco condenas en firme: por cuatro faltas y un delito (malos tratos habituales). "Ya he temido suficiente. Ahora quiero contar la historia de un proceso judicial calamitoso y ponerle punto final", dice Celia haciendo un juego de palabras con el nombre del juez que ha instruido su caso, Fernando Ferr¨ªn Calamita. Es el pol¨¦mico titular del Juzgado de Familia n¨²mero nueve de Murcia, acusado de homofobia por impedir durante dos a?os que dos lesbianas adoptaran. Est¨¢ suspendido cautelarmente de sus funciones desde febrero, despu¨¦s de que la pareja presentara una querella contra ¨¦l por dilatar el procedimiento.
En 1999, Celia se separa de su marido, J. C., despu¨¦s de siete a?os de matrimonio y se lleva a sus hijas con ella. Ese mismo a?o se le impone la primera orden de alejamiento a J. C. En 2003 pide el divorcio. Su solicitud cae en el juzgado de Calamita. ?l instruye el caso, firma el divorcio y otorga la guarda y custodia de las ni?as a su padre por ser "una madre manipuladora", seg¨²n argumenta en la sentencia. En ese momento, ya pesaban sobre ¨¦l "cuatro condenas por juicios de faltas y una por un delito de maltrato habitual seg¨²n afirma Celia Rodr¨ªguez. Calamita lo obvi¨® en su sentencia. En 2002, Celia se volvi¨® a casar con un conductor de autobuses toledano llamado Jaime P¨¦rez y se fue a vivir con ¨¦l. "El juez dijo que yo no era una buena influencia para mis hijas y que lo que quer¨ªa era alejarlas de su padre llev¨¢ndomelas a Toledo". Mientras, el juzgado n¨²mero nueve de familia de Murcia le quitaba la custodia a Celia, el penal 5 de la misma ciudad le impon¨ªa a J. C. su segunda orden de alejamiento.
Durante cuatro a?os, Celia y Jaime viajaron cada 15 d¨ªas a ver a sus hijas, de Toledo a Murcia, de Murcia a Toledo. Pero lo peor estaba a¨²n por llegar. El 28 de mayo de 2008, Celia recibi¨® un auto por el que se prohibi¨® "todo tipo de comunicaci¨®n por tel¨¦fono, carta o Internet". Estaba basado en un informe psicosocial que le diagnosticaba un s¨ªndrome de alienaci¨®n parental. Es un trastorno por el cual una de las partes de la pareja pone a sus hijos contra la otra. "Durante seis meses no supe si mis hijas estaban vivas o muertas".
A finales de julio de 2007, la fiscal general de violencia, Soledad Cazorla, conoci¨® el caso. "La sentencia me pareci¨® dr¨¢stica e inusual", reconoc¨ªa ayer a este per¨ªodico. "Celia Rodr¨ªguez ha luchado por sus hijas y creo que su petici¨®n (obtener su custodia) es muy razonable". Por eso mand¨® una carta al juzgado de familia expresando su preocupaci¨®n por el caso y pidi¨® que los tribunales penales y de familia que trataban el caso se coordinasen. Cazorla es, adem¨¢s, muy cr¨ªtica con la existencia del s¨ªndrome en que se bas¨® el juez. "Es una teor¨ªa pseudo cient¨ªfica que no est¨¢ reconocida por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Si un ni?o ha visto maltratar a su madre es normal que reaccione contra su padre".
S¨®lo cinco cartas que las ni?as mandaron a su madre pidiendo ayuda y un traslado de expediente del juzgado de familia n¨²mero nueve de Murcia al n¨²mero tres de Toledo forzaron el tard¨ªo pero feliz desenlace. Por los constantes retrasos que se daban en el enjuiciamiento en los casos, Calamita accedi¨® a firmar ese traslado. "Entonces mi marido", cuenta Celia, "sabiendo que ya no ten¨ªa nada que hacer, decidi¨® llegar a un acuerdo conmigo". En ese acuerdo se restituye la guarda y custodia a su madre y se establece un r¨¦gimen de visitas y una pensi¨®n para el padre. El texto que firman dice que en el comportamiento de ambos padres "siempre prim¨® el inter¨¦s y el bienestar de los menores", aunque cada uno lo hiciera a su manera.
"No s¨¦ quien me ha maltratado m¨¢s, si mi ex marido o el juez Fernando Ferr¨ªn Calamita". Su ex pareja todav¨ªa tiene una orden de alejamiento de ella pero ahora ha rehecho su vida y tiene a sus dos hijas en casa, adem¨¢s de un ni?o de cuatro a?os que naci¨® de su relaci¨®n con Jaime. Antes explotaba de rabia, ahora explota de vida.
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