Desabastecidos
Lo de la huelga del transporte es el tema (o monotema) de estos ¨²ltimos d¨ªas; las radios, la prensa, la televisi¨®n no hablan de otra cosa. A m¨ª me pill¨® en orsay, no me hab¨ªa enterado de nada. Y para cuando fui a buscar alguna verdura que hiciera compa?¨ªa a la pobre zanahoria solitaria, abandonada tristemente en el ¨²ltimo caj¨®n del frigo de casa, me encontr¨¦ un s¨²per repleto de gente que nerviosamente hacia acopio de cualquier tipo de g¨¦nero alimentario. Ante aquella actividad fren¨¦tica a m¨ª alrededor, sufr¨ª el efecto cigarra. Vamos, que me qued¨¦ petrificada, viendo pasar carros llenos y relativizando la real necesidad de comprar comida.
Pero no fui la ¨²nica, no. De repente, sent¨ª la curiosa complicidad existente entre los cigarreros. Uno te lanzaba una sonrisa como queriendo decir: "?qu¨¦, t¨² tambi¨¦n desbordado, no?", y le respond¨ªas con una sonrisa en plan: "?Menudo c¨®mo se pone la gente", mientras alg¨²n hormigoso te empujaba en su af¨¢n de pillar unas cuantas cajas de leche, como si fuesen las ¨²ltimas que comprar¨ªa en su vida. Pero hay que entenderlo, porque el miedo a la inanici¨®n es tan humano... ?Qu¨¦ ser¨¢ de nosotros si nos quedamos sin los 40 tipos de galletas y los 37 modelos de pasta, o las 16 clases de huevos!
En pocos a?os hemos dejado la tienda de la esquina, de sota, caballo y rey, por las grandes superficies. Y es que lo de los s¨¢bados tarde en el h¨ªper es un planazo, una gran invento. Riadas de gente empujando carritos de metal, mientras apuramos el tiempo de mosquearnos. Y es que... ?qu¨¦ pareja consigue librarse del estr¨¦s acumulado ante la existencial duda de si los yogures los compramos con vitaminas, de fibra o de b¨ªfidus activo, desnatados o semi, en pack ahorro o los cuatro de siempre? Es imposible. No hay m¨¢s que observar la salida de los centros comerciales, ?qu¨¦ insultos!, ?qu¨¦ indignaci¨®n! Es que es normal. Nos confunden. Nos llenan la cabeza de cosas apetitosas y luego nos hablan del colesterol. Nos hacen comprar carros llenos de comida, para luego tener que hacer dieta. Un d¨ªa nos dicen que vivimos demasiado bien, y a la semana siguiente te meten el miedo con la crisis.
Lo peor de la globalizaci¨®n es la importaci¨®n del miedo. Miedo al no tener. Al desabastecimiento. Te entra la ansiedad, y la preocupaci¨®n por los hijos y la subida del Euribor, y si para cuando nos jubilemos llegar¨¢ para que nos paguen las pensiones o... Es un sin vivir. Y vamos al s¨²per todos preocupados por las mismas cosas. Pero hay cosas que no nos cuentan; por ejemplo, que con la subida del petr¨®leo tambi¨¦n suele llegar el desabastecimiento cultural, y como la cultura no suele estar en las estanter¨ªas de los h¨ªper, igual ni nos enteramos que falta. ?Qu¨¦ miedo!
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