David gana otra vez a Goliat
Una ecologista, un empresario y una antimilitarista han liderado la campa?a contra el Tratado de Lisboa
Con todos los pesos pesados del mundo pol¨ªtico y empresarial irland¨¦s desplegados en el mismo bando -el del s¨ª-, y teniendo en contra instituciones europeas y canciller¨ªas de medio continente, las tropas del no parecieron durante la campa?a una peque?a guerrilla muy fragmentada y dotada de medios inconsistentes frente a un gran ej¨¦rcito regular. Pero como a menudo sucede, se impuso el que ten¨ªa motivos m¨¢s claros para combatir.
Tres figuras destacaron en esa guerrilla compuesta por elementos aut¨®nomos y hasta distantes entre ellos. Patricia McKenna, presidenta del People's Movement, ex eurodiputada verde y veterana de la campa?a contra el Tratado de Niza; Mary Lou McDonald, la cara oficial de la batalla del Sinn Fein, ¨²nico partido del arco parlamentario en pedir el no; y Declan Ganley, quiz¨¢ el protagonista m¨¢s medi¨¢tico, el algo misterioso millonario fundador de la plataforma Libertas.
Ganley, de 39 a?os, con intereses en varios sectores dentro y fuera de Irlanda, fue el paradigma de una campa?a energ¨¦tica, contundente, llevada con esl¨®ganes claros y a veces con tergiversaciones. Omnipresente en esta batalla, pero no muy conocido hasta entonces, Ganley ha despertado sospechas sobre la financiaci¨®n de su campa?a. Lo que s¨ª ha quedado claro fue su mensaje: sin veto en 60 materias, sin comisario fijo, con la mitad de los votos en el Consejo respecto ahora. As¨ª quedar¨ªa Irlanda con Lisboa.
Si Ganley fue tambi¨¦n un gran machacador en temas econ¨®micos, lanzando la alarma sobre el riesgo de perder independencia en materia fiscal, un aspecto muy sensible en Irlanda, Mary Lou McDonald, eurodiputada del Sinn Fein, de 39 a?os, construy¨® su campa?a abanderando sentimientos antimilitaristas y la defensa de los derechos de los trabajadores, seg¨²n su partido poco protegidos en un tratado de tintes neoliberales. Gerry Adams, l¨ªder de Sinn Fein, y los suyos cuentan con sacar notable rentabilidad pol¨ªtica de este refer¨¦ndum.
Mientras tanto, Patricia McKenna, ex eurodiputada verde de 41 a?os, cataliz¨® como presidenta del People's Movement fuerzas procedentes de varios gremios, artistas, pol¨ªticos independientes o disidentes de otros partidos. La petici¨®n de una Europa m¨¢s democr¨¢tica fue el com¨²n denominador de este grupo, que uni¨® a distintas instancias de las que se hizo portavoz esta mujer de modos y tonos agradables.
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