Cuitas de periodistas
Jim DeRogatis y Ramiro Burr, dos conocidos estadounidenses, han estado en las noticias. Y cuando se trata de periodistas, conviene ofrecer sinceras condolencias. DeRogatis, al que trat¨¦ cuando escribi¨® su biograf¨ªa sobre el cr¨ªtico Lester Bangs, se vio implicado en el turbio asunto de la vida amorosa de R. Kelly, soberbio vocalista de R & B. DeRogatis, que est¨¢ en la plantilla del Chicago Sun-Times, recibi¨® un v¨ªdeo expl¨ªcito en que se ve¨ªa al cantante en afanes sexuales con una jovencita que, ay, result¨® ser menor de edad.
DeRogatis levant¨® la liebre y, aconsejado por los abogados del peri¨®dico, entreg¨® a la cinta a la polic¨ªa, lo que desemboc¨® en el procesamiento de R. Kelly. Durante el juicio, el magistrado quiso conocer exactamente c¨®mo lleg¨® ese material candente a las manos de DeRogatis. Empe?ado en mantener el anonimato de sus fuentes, hubo un enfrentamiento que amenaz¨® con meterle en prisi¨®n por tiempo indeterminado. Resultaba m¨¢s que preocupante: DeRogatis es bonach¨®n y obseso; dol¨ªa imaginarle en la c¨¢rcel, donde R. Kelly pod¨ªa tener simpatizantes vengativos.
Ser¨ªa muy revelador explorar el mundo de los 'negros'
Al final, el conflicto se desinfl¨® y DeRogatis pudo respirar tranquilo. Hasta cierto punto: tras escasas horas de deliberaciones, el jurado popular ha declarado inocente a R. Kelly, al no quedar probado que sea el protagonista de la cinta. No le resultar¨¢ c¨®modo a DeRogatis trabajar en Chicago, donde el cantante ejerce un poder indudable.
M¨¢s crudo lo tiene Ramiro Burr. Ejerc¨ªa de periodista musical en el San Antonio Express-News, donde adem¨¢s escrib¨ªa una columna, Latin notes, que se publicaba en muchos diarios tejanos. Cubr¨ªa la m¨²sica de los chicanos, que siempre se sintieron menospreciados por el imperio de Miami, donde los cubanos se han atribuido la representatividad de la m¨²sica latina (aunque los g¨¦neros de ra¨ªz mexicana tengan una mayor cuota de mercado). Burr hab¨ªa publicado The Billboard guide to tejano and regional mexican music, libro indispensable para los que estamos fascinados por la m¨²sica de la frontera. Burr cre¨ªa en Estados Unidos como tierra de las oportunidades y estaba empe?ado en triunfar en t¨¦rminos gringos. Devoraba manuales de autosuperaci¨®n y gu¨ªas para nuevos empresarios. Ten¨ªa una empresa inmobiliaria, Comfort Properties. Daba conferencias. El tiempo se le hac¨ªa escaso.
Y as¨ª lleg¨® el desastre. Se ha visto obligado a dimitir cuando el Express-News investigaba la alegaci¨®n de Douglas Shannon, un freelancer que aseguraba haber escrito muchos de los textos firmados por Burr. El Express-News se lo tom¨® muy en serio. Despu¨¦s de todo, se trata del peri¨®dico que destap¨® el caso de Jayson Blair, aquel reportero mimado por The New York Times que plagiaba a destajo y se inventaba declaraciones. El San Antonio Express-News est¨¢ muy orgulloso de ser el principal diario de la ciudad -con 1.300.000 habitantes, la s¨¦ptima urbe de Estados Unidos- y no le hizo gracia que una estrella del sagrado The New York Times vampirizara el trabajo de una reportera suya, Macarena Hern¨¢ndez.
Shannon, el negro de Burr, quer¨ªa que su firma apareciera en los textos que hab¨ªa escrito. Al ser rechazado, acudi¨® con pruebas al peri¨®dico y descubri¨® el pastel. Burr se defendi¨® mal, argumentando que le gustaba ayudar a becarios... Pero se trataba de m¨¢s de cien art¨ªculos aparecidos desde 2001. Ese abuso iba en contra de los principios del propio Burr, que sol¨ªa dar una charla a universitarios donde defin¨ªa al periodista ideal como alguien "con una perspectiva interesante, predisposici¨®n para hablar con una variedad de personas y fuerte ¨¦tica del trabajo".
Nadie va a defenderle, me temo. Pero ser¨ªa revelador explorar el mundo de los negros, recurso tan frecuente en los textos firmados por famosos. En otros tiempos, el departamento de prensa de alguna multinacional produc¨ªa art¨ªculos sobre sus artistas que eran firmados por periodistas muy atareados. Las biograf¨ªas promocionales tambi¨¦n eran recicladas. Ahora, en la era de Internet, la pr¨¢ctica es m¨¢s que habitual. Estamos hablando del periodismo de copipaste.
Babelia
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