La memoria hist¨®rica y los archivos
Bajo el t¨ªtulo La desidia de los archivos, que acompa?a al reportaje La historia oral de la guerra llega a juicio, que public¨® este diario, se nos muestra la cara menos amiga de los archivos, esos centros imprescindibles para la sociedad, digo bien, imprescindibles, porque hacen posible la memoria y porque convierten en real el ejercicio de los derechos humanos. La verdadera cara de los archivos es otra m¨¢s amiga. No negaremos que los hay a¨²n cansinos y tristes. Los m¨¢s, sin embargo, son eficientes, activos, vivos, porque hay profesionales que, sin apenas medios, est¨¢n sabiendo responder a las necesidades de una sociedad cada vez m¨¢s exigente con la informaci¨®n y con la memoria. Una cosa es absolutamente cierta. De contar con profesionales suficientes y cualificados e instalaciones suficientes y adecuadas, los archivos estar¨ªan, sin ninguna duda, muy lejos de la desidia. Cuando estos medios escasean o sencillamente no existen, los archivos se llenan de impotencia. Desde el Observatorio de Prospectiva Archiv¨ªstica y Sociedad, estamos hablando con los responsables de estos recursos, queremos saber cu¨¢l es el problema, c¨®mo podemos ayudar a solucionarlo.
Estamos tambi¨¦n hablando con la sociedad, queremos saber qu¨¦ piensa, qu¨¦ necesita. Estamos trabajando para que el archivo y el archivero del futuro m¨¢s inmediato sean tratados con el respeto que merecen y reconocidos como instrumentos fundamentales que son por ser fuentes de informaci¨®n imprescindible en toda sociedad democr¨¢tica. De ser as¨ª, la memoria hist¨®rica dejar¨¢ de ser un reto y un problema para convertirse en un camino que podremos recorrer con la mayor naturalidad, sin obst¨¢culos, sin sobresaltos.
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