Cuando se altera la elegancia
Me pareci¨® encomiable que la actual presidenta de los madrile?os declinara, hasta que su mandato expire, el honor que le conced¨ªa la Asamblea de Madrid de recibir la medalla de la instituci¨®n. No obstante, habr¨ªa sido m¨¢s encomiable a¨²n si, adem¨¢s de renunciar a la medalla, se hubiera dispuesto a desaconsejar a las se?or¨ªas madrile?as la concesi¨®n de tal honor a los presidentes y presidentas regionales. Y no porque carezcan de m¨¦ritos para ser condecorados, sino por la falta de costumbre en otros parlamentos, incluido el Congreso de los Diputados, de recompensar as¨ª a los presidentes de los gobiernos emanados de su decisi¨®n. No creo que por la cabeza de Jos¨¦ Bono haya pasado incorporar al Parlamento espa?ol la iniciativa de la Asamblea madrile?a. En todo caso, Esperanza Aguirre explic¨® muy bien su decisi¨®n de posponer la recepci¨®n de la medalla, que no fue por af¨¢n de evitarse concurrir con sus antecesores en tan solemne acto y atender a la ventaja de recibir la suya a solas, con mayor relieve, sino por elegancia, dijo. Es decir, por no actuar sin elegancia, que es en lo que cree la presidenta que incurrir¨ªa si se precipitara a ser honrada sin haber acabado de hacer m¨¦ritos. La elegancia, como se sabe, es fundamentalmente una revelaci¨®n de refinamiento y buen gusto.
Pero no bien me hab¨ªa congratulado de que Aguirre volviera adonde sol¨ªa estar, ya que en los ¨²ltimos tiempos la pol¨ªtica le hab¨ªa hecho perder algo de su elegancia, que significa tambi¨¦n forma bella de expresar los pensamientos, con la consiguiente p¨¦rdida de belleza en los suyos, y ya la presidenta volv¨ªa a decepcionarme. Menos mal que debo agradecer a Telemadrid que me evitara el disgusto, reserv¨¢ndose al menos las im¨¢genes del encontronazo de Aguirre con trabajadores de la sanidad madrile?a el 23 de mayo, cuando iba de felices inauguraciones. Pero lamento que s¨®lo haya podido retrasar mi congoja y que YouTube me ofrezca ahora a la presidenta mascando chicle en aquel acto. Y no porque Telemadrid se ahorrara la noticia de la inauguraci¨®n, faltando as¨ª a su esencia de aparato de propaganda, sino por la premeditada voluntad de esos trabajadores de aguarle la fiesta a la presidenta. Creo que eran pocos, y no porque Telemadrid me contara cu¨¢ntos eran, sino porque la misma presidenta dijo con desd¨¦n que eran pocos, no s¨¦ si a?orando que fueran m¨¢s o quitando importancia a los que eran por la cantidad. Lo que s¨ª s¨¦ es que al parecer eran pagados para el alboroto, porque tambi¨¦n de esto dio cuenta Aguirre, sin dejar el chicle y faltando a la elegancia que aconseja no entrar en cosas de dinero. Bien es cierto que desment¨ªa as¨ª las muchas diferencias que algunos ven entre ella y Mariano Rajoy. Rajoy atribuy¨® a los artistas que no estaban con ¨¦l en la pasada campa?a electoral haber sido untados y de la misma forma Aguirre acusa ahora a los trabajadores de cobrar por insultarle, que como insultos reconoci¨® su consejero de Sanidad lo que quien vea YouTube podr¨¢ reconocer como reclamaciones ciudadanas que afectan a la gesti¨®n en la sanidad p¨²blica del Gobierno de Aguirre. Bien que no expresadas con elegancia, y con los visos de desgarro que la gente del com¨²n suele poner cuando protesta, pero en ning¨²n caso insultos que se puedan comparar a los que en la pasada legislatura se escucharon en el Congreso de los Diputados o a los que en ocasiones se le deslizan a la presidenta al dirigirse a sus adversarios. Ahora bien, con raz¨®n podr¨ªan los trabajadores que se le enfrentaron tomar por insulto que ella los llamara mercenarios, sobre todo si se tiene en cuenta que con semejantes modos no s¨®lo perd¨ªa la elegancia sino los papeles de quien por representaci¨®n institucional debe ser comedida. Ignoro, sin embargo, los motivos que asisten a la presidenta y a su consejero de Sanidad para acusar a quienes son liberados de sus trabajos, con el fin de que representen sindicalmente a sus compa?eros, de ser trabajadores que viven a costa de otros trabajadores, como no sean los mismos motivos de esos trabajadores para estimar que ella y su consejero, liberados para representarnos, viven a costa de todos nosotros. Es posible que la presidenta y su consejero estimen que esos trabajadores no se dedican con suficiencia a lo suyo, pero no podr¨¢n negarle a ellos el derecho a pensar lo mismo de Aguirre y su colaborador. Es m¨¢s: la mucha dedicaci¨®n de la presidenta a otros asuntos que no son los de Madrid habr¨¢ podido ratificarlos en la impresi¨®n de que es una liberada que emplea su tiempo en otras luchas.
La elegante es, si el diccionario no nos desmiente y la ministra de Igualdad no nos corrige, una persona dotada de gracia, nobleza y sencillez. Cualquiera podr¨¢ comprobar en YouTube si Aguirre observa siempre la misma elegancia.
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