La raz¨®n sin estridencias
Tzvetan Todorov encarna una figura singular en el panorama intelectual europeo: la del escritor que da voz a la raz¨®n sin estridencias. Su reflexi¨®n, a la vez serena y constante, se ha proyectado sobre los grandes asuntos que han preocupado durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. Su primitivo inter¨¦s por la ling¨¹¨ªstica y la teor¨ªa de la literatura fue evolucionando hacia otros ¨¢mbitos del saber, definiendo un espacio propio de escritura que, hoy, abarca desde el arte y la historia hasta la cr¨ªtica ideol¨®gica y la pol¨ªtica. La variedad de los temas que aborda no hace, en el fondo, m¨¢s que subrayar la coherencia de su mirada intelectual.
La publicaci¨®n de Memoria del mal, tentaci¨®n del bien, en 2000, generaliz¨® el reconocimiento del que hasta ese momento gozaba en c¨ªrculos acad¨¦micos y especializados. No por casualidad, puesto que se trata de la obra que mejor sintetiza, quiz¨¢, su experiencia, su vocaci¨®n y su compromiso. Memoria del mal es, as¨ª, una reivindicaci¨®n de los seres humanos de carne y hueso frente a las abstracciones a las que han recurrido las ideolog¨ªas totalitarias. Adem¨¢s, se trata de un homenaje expl¨ªcito -el libro alterna cap¨ªtulos te¨®ricos con p¨¢ginas de biograf¨ªa- a quienes, de alg¨²n modo, Todorov considera los ejemplos a seguir, como, por ejemplo, Vasili Grossman, el autor de Vida y destino, o Germaine Tillion, la resistente francesa recientemente fallecida.
Dependiendo del uso que se haga del pasado, recuerda Todorov, la memoria del da?o padecido se puede convertir en un t¨ªtulo para infligir un nuevo da?o. Todo depende de que las v¨ªctimas adopten una memoria literal, que les hace acreedoras de una inextinguible reparaci¨®n, o, por el contrario, se inclinen por la memoria ejemplar. Reconocerse como v¨ªctima no lleva, en este caso, a exigir reparaci¨®n sino a comprometerse en evitar que nadie padezca da?os similares, que nadie se vuelva a ver sometido a parecidas injusticias. Con la "tentaci¨®n del bien", por otra parte, Todorov trata de poner en guardia contra el espejismo de las utop¨ªas, de los proyectos de salvaci¨®n que tientan al poder pol¨ªtico.
A medida que avanza el trabajo de Todorov, a medida que van apareciendo sus nuevos libros, mejor se advierten los materiales de los que se compone su mirada intelectual, el sustento ¨²ltimo de esa raz¨®n sin estridencias que la caracteriza. Todorov abandon¨® la Bulgaria comunista no por ser un perseguido pol¨ªtico sino por su apego al saber y, m¨¢s en concreto, al saber en libertad. Como relata en su hermosa autobiograf¨ªa, El hombre desplazado, nunca se ha tenido por v¨ªctima y, sin embargo, ha dirigido lo mejor de sus esfuerzos a que nadie, por falta de libertad, vea frustrada su vocaci¨®n por el saber. Un riesgo que ¨¦l padeci¨® en primera persona.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.