Obama, en el foso de los leones
El profeta Daniel entr¨® en el foso de los leones confiado en el poder de su fe. Por el contrario, Obama, ante los fracasos pol¨ªticos y las contradicciones morales de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo, ha renunciado a tener fe en su propio juicio. Ante las acusaciones de que es poco entusiasta con Israel y se inclina demasiado a negociar con Ir¨¢n, se ha defendido a base de repetir las simplezas y distorsiones convencionales sobre el papel de EE UU en Oriente Pr¨®ximo. Y ello, a pesar de que lo que ha hecho que atrajera a millones de votantes es lo contrario, es su insistencia en la necesidad de prescindir de los convencionalismos.
En un reciente discurso ante el poderoso Comit¨¦ de Asuntos P¨²blicos Americano-Israel¨ª, Obama declar¨® que Jerusal¨¦n es indivisible, una postura que los palestinos no pueden aceptar y bastantes israel¨ªes est¨¢n dispuestos a revisar. Asimismo, eximi¨® a Israel de cualquier responsabilidad por la opresi¨®n y el caos en los territorios palestinos ocupados, as¨ª como por las penalidades que sufren los mismos israel¨ªes. En cuanto a Ir¨¢n, habl¨® en los mismos t¨¦rminos siniestros que emplea Bush y declar¨® que la acci¨®n militar contra ese pa¨ªs es una opci¨®n.
El candidato dem¨®crata, cada vez m¨¢s conservador sobre Oriente Pr¨®ximo
Ahora dos de los principales asesores de pol¨ªtica exterior de Obama, el ex consejero de Seguridad Nacional Anthony Lake y la ex secretaria de Estado adjunta Susan Rice, han firmado con varios partidarios de McCain una declaraci¨®n que, en la pr¨¢ctica, concede a Israel el derecho de veto sobre la pol¨ªtica de EE UU respecto a Ir¨¢n. La declaraci¨®n podr¨ªa haber sido redactada por el Ministerio de Exteriores israel¨ª. Proclama que Israel no aceptar¨¢ limitarse a la amenaza de represalias severas para disuadir a Ir¨¢n de nuclearizarse. Israel exigir¨¢ una acci¨®n militar preventiva de EE UU, cuyo pr¨®ximo presidente deber¨ªa considerar prioritario el peligro iran¨ª. El documento no menciona las armas nucleares israel¨ªes. Presenta un Israel amenazado de extinci¨®n por un Ir¨¢n que no conoce normas ni l¨ªmites.
Esta declaraci¨®n fue difundida en un momento significativo, cuando Solana anunciaba en Teher¨¢n ciertos progresos en las negociaciones. El mensaje a la Uni¨®n Europea (y a todos los dem¨¢s) no puede ser m¨¢s claro: frente a Ir¨¢n, en particular, y en Oriente Pr¨®ximo, en general, Estados Unidos no conoce m¨¢s que un aliado indispensable, que es Israel.
Este punto de vista tiene sus motivos. La intransigencia de Israel respecto a los palestinos es un elemento indispensable para el ejercicio del poder de EE UU en Oriente Pr¨®ximo. Israel es nuestra primera l¨ªnea de defensa contra los movimientos pan¨¢rabes o islamistas. Los Estados ¨¢rabes sat¨¦lites de EE UU -Egipto, Jordania, Arabia Saud¨ª- lo saben y tienen una alianza t¨¢cita con Israel. El problema es que Ir¨¢n, con Hezbol¨¢ en L¨ªbano, Ham¨¢s en Gaza y los chi¨ªes en Irak, es igual de intransigente. La ¨²ltima derrota israel¨ª en L¨ªbano y la posterior recomposici¨®n de la pol¨ªtica libanesa demuestran que EE UU e Israel no pueden alterar el mapa pol¨ªtico de Oriente Pr¨®ximo como no sea recurriendo a la guerra total. Y la cat¨¢strofe estadounidense en Irak prueba que no est¨¢ claro, en absoluto, que EE UU e Israel pudieran ganar una guerra as¨ª ni controlar sus consecuencias. Los dirigentes norteamericanos lo saben. Como tambi¨¦n lo sabe un segmento considerable de la clase pol¨ªtica estadounidense al que el lobby israel¨ª presiona para que no lo diga.
La alianza con Israel es un elemento esencial de la estrategia mundial de EE UU. El lobby israel¨ª (que incluye a los literalistas b¨ªblicos protestantes, mucho m¨¢s numerosos que los jud¨ªos en EE UU) ofrece apoyo desde dentro a las pol¨ªticas imperialistas estadounidenses. Sobre todo, apoya el presupuesto para armamento y la propagaci¨®n de una ideolog¨ªa de amenazas (la "guerra contra el terror", en la que siempre entran los palestinos) para justificarlo.
Muchos votantes eligieron en las primarias dem¨®cratas a Obama porque pensaron que terminar¨ªa con la guerra de Irak y se abstendr¨ªa de nuevas aventuras militares. Obama ha aceptado sus votos, pero no les ha dado esperanzas de que vaya a cambiar la pol¨ªtica exterior y militar. El S¨ª, podemos no engloba una reducci¨®n gradual del poder militar estadounidense en un mundo cada vez m¨¢s esc¨¦ptico sobre el uso que Washington hace de la ret¨®rica de la democracia y la moral para disfrazar proyectos m¨¢s profanos.
Obama tendr¨¢ que afrontar estos problemas en la convenci¨®n dem¨®crata de Denver. Muchos de sus delegados exigir¨¢n pol¨ªticas antiimperialistas en el programa electoral. La insistencia en la retirada de Irak ir¨¢ unida a la exigencia de negociaciones serias con Ir¨¢n. Entonces, los colaboradores de Obama tratar¨¢n de tranquilizar a sus partidarios desilusionados. Una vez elegido, dir¨¢n, el verdadero Obama empezar¨¢ una reconstrucci¨®n de todo el edificio pol¨ªtico de EE UU.
Ahora bien, es posible que, una vez elegido, Obama pida calma hasta las elecciones de 2012. Y es que el hombre que promete una ruptura con el pasado no est¨¢ siendo capaz de alcanzar, en un ¨¢rea fundamental de la acci¨®n exterior, ni siquiera una versi¨®n matizada de la vieja pol¨ªtica. Obama se ha apartado de su antigua iglesia. Pero nada le impide reflexionar sobre las lecciones que los profetas del Antiguo Testamento dieron a reyes y pr¨ªncipes.
Norman Birnbaum es catedr¨¢tico em¨¦rito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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