Su majestad, la risa
El continente est¨¢ aislado!". El titular, que se pod¨ªa leer en un famoso diario ingl¨¦s poco despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, no ser¨ªa sintom¨¢tico si no fuera porque hablaba de un apag¨®n que hab¨ªa afectado ¨²nicamente al Reino Unido. La frase es, a¨²n hoy en d¨ªa, el reflejo de algo tan brit¨¢nico como el pudin, el t¨¦ y Benny Hill: el sentido del humor.
Otro cl¨¢sico: en los a?os setenta algunos grupos de hooligans ingleses no se conformaban con dar unas collejas a sus adversarios sino que, justo despu¨¦s de las bofetadas, les arrojaban una tarjeta de visita: "Enhorabuena, acabas de conocer a...", junto con el nombre del grupo en cuesti¨®n. Por supuesto, en las islas nadie ni nada es lo suficientemente importante como para ser inmune al cachondeo, ya sea ¨¦ste sano o abiertamente hostil. Del barrendero a la familia real, todos saben cu¨¢l es el juego.
El humor ingl¨¦s, con su calidad, su sadismo o su condici¨®n de saltimbanqui capaz de triunfar en cualquier plaza, no ha envejecido
El humor ingl¨¦s, conocido por su calidad, su sadismo o su condici¨®n de saltimbanqui capaz de triunfar en cualquier plaza, no ha envejecido con los a?os, m¨¢s bien al contrario, y su cantera parece alcalina, inagotable.
De Gilliam, Cleese y Palin (coraz¨®n y alma de los Monty Python) hemos pasado a Walliams, Lucas, Gervais o Merchant, sin que los ¨²ltimos hayan renegado de los primeros y -m¨¢s extra?o a¨²n- sin que los primeros renieguen de los ¨²ltimos.
David Walliams y su socio Matt Lucas empezaron su carrera a finales de los noventa con un programa de radio llamado Little Britain por donde pululaban personajes como Marjorie Dawes (la racista, implacable l¨ªder de la organizaci¨®n contra la obesidad Fatfighters, que aconseja a sus afiliados comer arena -"porque no engorda-"), Vicky Pollard (n¨¦mesis del gamberro ingl¨¦s chandalero en versi¨®n femenina), Lou & Andy (un inv¨¢lido y su cuidador, aunque nada sea lo que parezca) o Sebastian Love (el asistente gay del primer ministro, poco amigo de la discreci¨®n). Con un humor a a?os luz de la correcci¨®n pol¨ªtica, incluyendo escatolog¨ªa varia, poco tardaron en saltar a la televisi¨®n de la mano de la BBC, donde triunfaron -literalmente- a lo bestia, sin suavizar un ¨¢pice sus ans¨ªas de molestar. Se hicieron con multitud de premios, entre ellos el Bafta, y han dejado para la posteridad tres temporadas gloriosas que inclu¨ªan la mejor voz en off -herencia directa de los Monty Python- de la historia de las telecomedias brit¨¢nicas, a cargo de Tom Baker, una celebridad en el Reino Unido por su trabajo en Doctor Who, y docenas de gags memorables, producto de una mentalidad poco dada al t¨®pico, impulsiva y, probablemente, mal¨¦vola. Para rematarlo, Walliams y Lucas han firmado un contrato con HBO, la mejor y m¨¢s famosa cadena televisiva del mundo, para una nueva versi¨®n de Little Britain especialmente pensada para el p¨²blico internacional.
El rey Gervais.Si Walliams y Lucas han sido el gran descubrimiento de la comedia brit¨¢nica en los ¨²ltimos a?os, Ricky Gervais ha sido el gran descubrimiento de la comedia, en gen¨¦rico. Su primer trabajo, The Office, es ya materia de estudio y cuenta hasta con un remake americano (con el gran Steve Carell) que va por su cuarta temporada. La serie original, de la que s¨®lo se hicieron dos temporadas, contaba la historia de David Brent, el jefe cretino que todos han sufrido alguna vez en sus carnes. El propio Gervais daba vida a Brent en una serie estructurada como una mezcla entre reality y docudrama que permit¨ªa a los protagonistas mirar a c¨¢mara y hacer comentarios en off. Todo ello en una oficina, con algunos de los c¨®micos ingleses m¨¢s sobresalientes de los ¨²ltimos tiempos: Mackenzie Crook (trilog¨ªa de Piratas del Caribe), Lucy Davis (Studio 60) o Martin Freeman (Love actually, La gu¨ªa del autoestopista gal¨¢ctico). Tras las c¨¢maras, su socio Stephen Merchant, un hombre inacabable (literalmente, mide dos metros) que se atrevi¨® a debutar como actor en su siguiente proyecto: Extras.
Andy Millman es un actor del tres al cuarto que sobrevive como puede en peque?os papeles extra en todo tipo de pel¨ªculas. Es lo que se conoce como un extra. Su ¨²nica amiga, Maggie (la emergente Ashley Jensen), y su estramb¨®tico agente (el mencionado Merchant) constituyen su universo diario. El de un tipo que quiere ser una estrella, pero no una cualquiera, sino una duradera, aut¨¦ntica.
As¨ª arranca Extras, el segundo proyecto de Gervais (interpretando a Millman) con la BBC, coproducido esta vez por (qui¨¦n si no) HBO. Extras, al igual que The Office, adolece de incorrecci¨®n pol¨ªtica ("faltona" dir¨ªan algunos) y trota por parajes simples a primera vista pero considerablemente complejos en una segunda lectura. A ello ayudan celebridades que no tienen ning¨²n problema en burlarse -de forma salvaje- de s¨ª mismos: Ben Stiller es un director/dictador con pocos escr¨²pulos, Orlando Bloom es un cr¨¢pula obsesionado con el ligoteo, Clive Owen es un aut¨¦ntico tirano, Patrick Stewart, un depravado sexual, Kate Winslet es aficionada al lenguaje soez y David Bowie (en uno de los mejores gags de la historia de la televisi¨®n) es ¨¦l mismo... Sin complejos. Incluso el actor Ian McKellen (El se?or de los anillos, X men) se permite el lujo de responder a Millman cuando ¨¦ste le pregunta por su secreto para ser tan buen actor: "Ellos me dan unas l¨ªneas y yo las leo".
El secreto del ¨¦xito. The Office y Extras son ya series de culto en Estados Unidos y media Europa as¨ª que Gervais se ha permitido el salto a la gran pantalla con un proyecto de su propia cosecha que se estrenar¨¢ en 2009: en un mundo donde todos dicen siempre la verdad un hombre miente por primera vez y descubre el poder que tiene entre manos.
Pero, a pesar de la fuga de Gervais (y la de Walliams y Lucas), la aparici¨®n en el firmamento brit¨¢nico de nombres como los de Simon Pegg (y su pareja de baile habitual, Nick Frost, con quien ha hecho Zombis party o Arma fatal), David Mitchell (protagonista de la popular Peep show), Ruth Jones (quien protagoniza la nueva sensaci¨®n cat¨®dica en las islas, Gavin and Stacey, junto a Joanna Page y Mathew Horne) o Richard Ayoade (uno de los inductores de la magn¨ªfica Los inform¨¢ticos) permite augurar un futuro radiante al g¨¦nero, que en los territorios que un d¨ªa pisaron normandos y sajones parece tener brillantez perpetua. Para muestra, un bot¨®n: la ¨²ltima aventura del antes citado Nick Frost es una serie llamada Hyperdrive y en los ¨²ltimos meses se ha dedicado a explicar las aventuras de la nave espacial Camden Lock que en el a?o 2151 recorre el universo. Su misi¨®n: convencer a las civilizaciones alien¨ªgenas que encuentre en su camino de la necesidad de invertir en la Gran Breta?a... Si los extraterrestres miran la tele no se lo pensar¨¢n demasiado. -
Little Britain. Serie completa. Direcci¨®n de Steve Bendelack y Declan Lowney. 563 minutos. Ingl¨¦s. Subt¨ªtulos en espa?ol. The Office. Serie completa. Direcci¨®n de Ricky Gervais y Stephen Merchant. 360 minutos m¨¢s 185 minutos extras. Espa?ol e ingl¨¦s. Extras. Primera temporada. Direcci¨®n de Stephen Merchant y Ricky Gervais. 240 minutos. Espa?ol e ingl¨¦s. Extras. Segunda temporada. Disponible desde el 25 de junio.
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