Baile y 'hip-hop' marcan el ritmo diurno del S¨®nar
Segunda jornada diurna del S¨®nar y primera con apretones en los espacios en los que el festival asienta sus reales bajo el sol. Entre un gent¨ªo multicolor desparramado por los escenarios, el hip-hop, el funk y el house marcaron la pauta de un d¨ªa en el que la m¨²sica de corte m¨¢s experimental no tuvo el protagonismo de otras ocasiones. Incluso el Hall, espacio para lo extremo por antonomasia, la palabra rimada se impuso con Yo Majesty, una de las propuestas estrella de ayer.
Varias cosas quedaron claras tras m¨¢s de ocho horas de m¨²sica. Primero, los reventas habr¨ªan de modernizar su indumentaria; parece que hacen su agosto en un concierto de Bert¨ªn Osborne y no en un festival a cuyas puertas se publicitan caramelos con forma de pastilla que lucen "enlarge your ego". Segundo: la wii no s¨®lo sirve para jugar al golf con ci¨¢tica. As¨ª lo demostr¨® Tender Forever, mujer orquesta que toc¨® la bater¨ªa, interaccion¨® con las pantallas y cant¨® gracias a los mandos blancos de la popular consola. Tercero: lo org¨¢nico suele ser divertido. Ejemplo: Kalabreses and The Rumpelorchestra, una panda de m¨²sicos ataviados como buhoneros fantasiosos d¨¢ndole al funk, al house y a la m¨²sica de baile con trombones, bater¨ªas, bajo y ritmos programados. Una juerga esc¨¦nica marcada por el ir y venir de los m¨²sicos.
El pop de Madness y Yelle agit¨® los primeros compases de la noche
Y hablando de movimiento habr¨¢ que reconocer la raz¨®n que tienen los que afirman que la educaci¨®n es un activo. En el marasmo de cuerpos que se mueven por el festival, un "por favor" produce tal sorpresa que la primera idea de quien lo escucha es ponerse al servicio de quien lo pronuncia. As¨ª se llega hasta la primera fila. En Yo Majesty tan privilegiado lugar sirvi¨® para ver que las tres amazonas de Florida que anunciaba el programa eran s¨®lo dos. Eso s¨ª, muy amazonas: negras, rotundas y con una elegancia de barrio que hubiese paralizado la reciente huelga del transporte. Cantaban s¨®lo dos, hip-hop rabioso, electr¨®nico, cuadrado, macarra y suburbial, pero gracias a la tecnolog¨ªa parec¨ªan acompa?adas por el Orfe¨®n Donostiarra. De Tampa (Florida), en su caso.
El pop, ese estilo en el que se persigue un estribillo instant¨¢neo porque lo que manda es la melod¨ªa, agit¨® los primeros compases en la noche de ayer en el S¨®nar. Con los cuatro escenarios de la Fira ya abiertos al p¨²blico, dos fueron las formas de pop que mandaron. Para los que primaron la memoria estaban Madness en un escenario, mientras que los amantes de lo pen¨²ltimo ten¨ªan en el pop pizpireto y electr¨®nico de Yelle su destino. Y as¨ª, mientras Madness le daba a One step beyond, la francesita, cultura obliga, saludaba en catal¨¢n y entonaba como segunda pieza su infecciosa Mal poli, evocando con su aspecto a una original caperucita de mercadillo posmoderno.
El jueves por la noche, la decepci¨®n hab¨ªa coronado las actuaciones tanto de Goldfrapp como de Leila. Los primeros tienen tres enemigos. Su misma cantante (Alison), que se siente mejor de lo que es; su estilista, por las pintas, se entiende, y el arreglista que adorn¨® con violines, arpa y teclados de iglesia a las canciones. Lo de Leila fue mejor, pero como espect¨¢culo result¨® fallido. La participaci¨®n de diversos vocalistas en cada tema (entre ellos Terry Hall de The Specials) rompi¨® el ritmo del concierto y Leila, parapetada en la parte posterior del enorme escenario, result¨® ausente para la mayor parte de las miradas. Desde luego, el lugar, uno de los hangares de la Fira, no ayud¨® en absoluto a mejorar una actuaci¨®n fallida. ?Excusas? Podr¨ªa argumentarse que fue la primera del festival.
Cuatro luces en la jungla avanzada
- Acr¨®bata de la voz. La apuesta por el factor femenino da buenos resultados. Una de las primeras artistas en agotar las entradas antes de empezar el festival fue Camille, que hoy act¨²a en el Palau de la M¨²sica, una virtuosa de la voz que afirma que su m¨²sica "proviene de cualquier agujero" de su cuerpo.
- Cine en vivo. El arte m¨¢s tecnol¨®gico ampl¨ªa fronteras y no se entiende sin la iconograf¨ªa de los videojuegos o de YouTube. Dentro de S¨®nar a la Carta destaca el impulso del Live-Cinema, un invento de la escena de los videojockeys que consiste en proyectar un filme que se est¨¢ creando durante el mismo pase.
- Experiencia psicod¨¦lica. El Centro de Arte Santa M¨®nica acoge Sonarama, una iniciativa en la que la m¨²sica puntera se mezcla con instalaciones futuristas que juegan con la luz y el sonido para transportar al espectador a universos paralelos.
- No se los pierda. De d¨ªa, la iron¨ªa ba?ada con nostalgia de The Duloks, el microhouse de The Fields y los experimentales Matmos. De noche, el hip-hop alternativo de Antipop Consortium y Yazoo, otra demostraci¨®n de que los ochenta nunca se fueron.
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