Galicia ante la crisis
La crisis se ve¨ªa venir desde hace tiempo. El agotamiento del modelo de crecimiento basado en el ladrillo era evidente. Lo que no estaba claro era el momento exacto en el que la crisis iba a llegar, la rapidez con la que se iba a desarrollar y su virulencia. La mayor¨ªa de los analistas han pecado (hemos pecado) de optimistas.
Hace apenas tres meses pocos eran los que apostaban por una tasa del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) espa?ol por debajo del 2%. Hoy son mayor¨ªa. La subida en los tipos de inter¨¦s, los graves problemas de liquidez en el mercado interbancario, y la subida del precio del petr¨®leo y de los alimentos han coincidido para que el final del ciclo expansivo en la construcci¨®n devenga con rapidez en una crisis econ¨®mica, que puede incluso convertirse en recesi¨®n en 2009.
Las empresas gallegas venden m¨¢s a otros pa¨ªses y dependen menos del mercado espa?ol
?Qu¨¦ podemos esperar para el futuro a corto plazo de la econom¨ªa gallega? Los ciclos de las econom¨ªa regionales espa?olas est¨¢n estrechamente vinculados entre s¨ª, de forma que no es posible separarse de forma radical del crecimiento promedio. Lo que s¨ª es viable es situarse algo mejor o peor que esa media, dependiendo de los fundamentos estructurales de cada econom¨ªa regional o de otros factores coyunturales que tienen un impacto asim¨¦trico.
En lo que ata?e a los fundamentos, la econom¨ªa gallega ha mejorado en los ¨²ltimos a?os. Pero no hemos sido capaces de eliminar los retrasos que padece en materia de formaci¨®n, innovaci¨®n, o din¨¢mica empresarial. Por ello, no creo que por aqu¨ª podamos aguardar comportamientos mejores que la media en los pr¨®ximos dos o tres a?os.
Adem¨¢s, la mayor¨ªa de las actuaciones en terrenos que afectan al crecimiento tendencial (clusters, log¨ªstica, internacionalizaci¨®n, innovaci¨®n empresarial, capital riesgo, ordenaci¨®n del territorio...) son visibles s¨®lo en el medio y largo plazo. Precisamente ¨¦ste es uno de los aspectos que complican los avances significativos en estas ¨¢reas: cuesta mucho hacer los deberes y sus rendimientos electorales a cuatro a?os vista son aparentemente menores que la frecuentaci¨®n de romer¨ªas. No obstante, existen otros factores que pueden sostener una posici¨®n m¨¢s optimista y respaldar el mantenimiento del actual diferencial positivo en el crecimiento del producto interior bruto gallego.
En primer lugar, el ajuste en la construcci¨®n residencial es menor en Galicia que en otras partes de Espa?a, porque los excesos fueron de menor dimensi¨®n. Y la inversi¨®n en infraestructuras va a ser m¨¢s fuerte en Galicia que en el resto de Espa?a.
Suponiendo que nuestros responsables pol¨ªticos velar¨¢n por una ejecuci¨®n razonable de lo presupuestado, Galicia se lleva el 8% de las inversiones del Estado en 2008. Cabe aguardar que esa misma cifra se mantenga para 2009: las elecciones gallegas y la necesidad de apoyos del BNG al gobierno del PSOE en Madrid son mecanismos de garant¨ªa en estos tiempos de transparente mercadeo en que vivimos. Adem¨¢s, los fondos europeos se sit¨²an al margen de la coyuntura econ¨®mica gallega y espa?ola, lo que blinda la capacidad inversora de la Xunta de Galicia.
En segundo lugar, las empresas gallegas venden cada vez m¨¢s a otros pa¨ªses y, por ello, dependen comparativamente menos que hace una d¨¦cada del mercado espa?ol. Puesto que las expectativas para el resto de la Uni¨®n Europea y la econom¨ªa mundial son mejores que para el resto de Espa?a, esto es una buena noticia. Sectores importantes para la econom¨ªa gallega como la automoci¨®n, el naval, o el textil pueden capear mejor el temporal porque sus clientes est¨¢n m¨¢s diversificados.
En todo caso, no nos enga?emos. Si Espa?a sufre una crisis econ¨®mica, tambi¨¦n lo har¨¢ Galicia. Nuestro objetivo debe ser m¨¢s modesto y, a la vez, ambicioso a la luz de las tendencias hist¨®ricas: crecer por encima de Espa?a de forma sistem¨¢tica al menos medio punto anual. Y para ello es fundamental que la pr¨®xima legislatura sea testigo de un cambio m¨¢s decidido en las pol¨ªticas auton¨®micas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.