Torres y Villa, muy controlados
Espa?a no localiz¨® apenas a los delanteros, que tocaron muy poco el bal¨®n y sucumbieron ante Panucci y Chiellini
La selecci¨®n espa?ola, fiel a su estilo, toc¨® mucho la pelota: mandaba el gui¨®n de un partido que Italia manej¨® perfectamente en la defensa. Incluso estuvo m¨¢s organizada que en los anteriores partidos. Los azzurri dejaron que Espa?a tuviera la pelota y el centro del campo espa?ol obr¨® en consecuencia: m¨¢s de 600 pases se le contaron a los espa?oles, que tuvieron mucha m¨¢s posesi¨®n del bal¨®n que sus rivales -en la primera media hora incluso lleg¨® a ser del 70%-. Pero ni por ¨¦sas asom¨® al partido Fernando Torres. Ni el delantero del Liverpool, durante los 85 minutos que jug¨®, ni tampoco Villa, que apareci¨® algo m¨¢s, entre otras razones porque dispuso de m¨¢s minutos y porque tir¨® tres faltas, llevaron nunca el peligro a la porter¨ªa del rival, bien defendida por Buffon.
En la primera media hora, Espa?a lleg¨® a tener el 70% de posesi¨®n del bal¨®n
Villa se tropez¨® varias veces. Con el bal¨®n, con sus pies y con los centrales italianos
Esta vez, al ser sustituido, Torres dio la mano al seleccionador
El Guaje, pichichi del campeonato, estuvo patoso como pocas veces se le recuerda, hasta el punto de que un tropez¨®n en el ¨¢rea le cost¨® una tarjeta amarilla: el ¨¢rbitro interpret¨® que hab¨ªa voluntad de enga?arle para que pitara penalti. Otro error del colegiado, que tuvo incluso peor noche que los dos delanteros espa?oles.
Villa se tropez¨® muchas m¨¢s veces. Con el bal¨®n, con sus pies y tambi¨¦n con los centrales. As¨ª que termin¨® cayendo a la banda, como si huyera de Panucci y Chiellini. Torres lo tuvo peor y acab¨® en el banquillo. A los 85 minutos, entr¨® G¨¹iza. Esta vez, al ser sustituido, el delantero madrile?o no se enfad¨®, no tir¨® la sudadera al suelo, y salud¨® a Luis Aragon¨¦s, que le busc¨® y le encontr¨®. Se dieron un choque de manos delante de las c¨¢maras. O sea, todo lo contrario del partido contra Rusia.
El Ni?o, en uno de los peores partidos que se le recuerdan con la roja, no tir¨® ni una sola vez entre los tres palos. De hecho, toc¨® doce veces la pelota y la ¨²nica acci¨®n que se le contabiliz¨® como disparo a puerta pareci¨® un mal centro que sali¨® por encima del portero.
Fue adem¨¢s el jugador espa?ol que menos kil¨®metros recorri¨®, ocho, de cuantos salieron como titulares. Asfixiado por el dispositivo defensivo de los italianos, que le cerraba las l¨ªneas de pase, las pocas veces que pudo encarar a los centrales perdi¨® el mano a mano. Se le vio lento. Le falt¨® la rapidez que tanto tem¨ªan los italianos. La aparici¨®n m¨¢s vistosa de Torres durante el partido la protagoniz¨® ante Grosso, a quien dio un cachete durante una trifulca menor dentro del ¨¢rea italiana en la jugada en la que Villa fue amonestado.
Cuatro veces busc¨® el asturiano la porter¨ªa de Buffon y s¨®lo la encontr¨® una vez. As¨ª que, desarticulada la que pasaba por ser la mejor delantera del campeonato, empez¨® a ganar Italia el partido. Fueron los centrocampistas los ¨²nicos jugadores que asustaron al veterano portero italiano con disparos desde lejos. Sin la pegada que se esperaba de sus dos puntas, fue Silva, aprovech¨¢ndose de jugar por la banda derecha, zurdo como es, quien m¨¢s cerca estuvo del gol. ?l y Senna, que casi al final del partido solt¨® un zapatazo que se le escap¨® a Buffon y dio en el palo.
Desconectados de sus dos delanteros, Espa?a no supo encontrar el camino del gol. Llevaba nueve partidos consecutivos, desde el empate a cero con Finlandia, marcando al menos uno. Ayer, en el desencuentro de Viena, qued¨® otra vez a merced de San Paulino.
Pero esta vez s¨ª que la suerte le sonri¨® en la tanda de penaltis. La suerte y... Casillas.
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