Donde dije digo, digo Diego
Vuelve, como el turr¨®n por Navidad, la Ley del Cine, aunque m¨¢s acertado ser¨ªa decir que nunca se fue. Hace seis meses, el Congreso de los Diputados aprobaba la ley con pompa, circunstancia y toda suerte de parabienes. Productores, directores, actores, guionistas y t¨¦cnicos aplaud¨ªan desde la tribuna de invitados. Alejandro Amen¨¢bar, Pilar Bardem y el ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, escenificaban ante los leones de las Cortes y bajo un paraguas el romance entre el cine espa?ol y el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, cuyos asesores ya deb¨ªan de estar cocinando, en los fogones de La Moncloa, la campa?a de los intelectuales de la ceja.
Aquel d¨ªa pareci¨® visto para sentencia el man¨¢ legal que hab¨ªa de propiciar, entre otras cosas, dos muy ambiciosas: una inyecci¨®n financiera en las depauperadas arcas de la industria y una vocaci¨®n agilizadora en su gesti¨®n para matar el pegajoso germen de la burocracia. La puesta en marcha de un sistema de incentivos fiscales capaz de atraer nuevos inversores hab¨ªa de sentar las bases para lo primero. La conversi¨®n de la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa en Agencia Estatal deb¨ªa permitir lo segundo. Pero hete aqu¨ª que los productores han dicho Diego donde dijeron digo, y los dicharacheros idus de diciembre han sido sustituidos por algo que ya hab¨ªa definido las negociaciones de la ley: una mezcla de flecos sin peinar y cierta desconfianza entre las partes. La carta con la que se descuelgan ahora los productores es un varapalo al decreto de desarrollo de la ley y, por lo tanto, a la l¨ªnea de flotaci¨®n del Ministerio de Cultura. Si, como sostienen, el borrador no contempla esas ventajas fiscales (es f¨¢cil suponer que, con la que est¨¢ cayendo, Solbes haya dicho "ponte aqu¨ª y ver¨¢s Par¨ªs") ni alude a la agencia estatal (y aqu¨ª el problema es el mismo para el Instituto Nacional de Cinematograf¨ªa que para el de Artes Esc¨¦nicas: un problema jur¨ªdico)... habr¨¢ que concluir que aquel paraguas era premonitorio. La premonici¨®n de un nuevo chaparr¨®n.
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