Magn¨ªfico esc¨¢ndalo
Medio partido espectacular (que sucedi¨® a otro medio razonable) puso a la selecci¨®n espa?ola en el lugar que buscaba y en el que exig¨ªa su nivel futbol¨ªstico. Un triunfo para la historia deportiva, pero sobre todo, 45 minutos para la historia futbol¨ªstica. Pasaron demasiadas cosas en poco tiempo, sin que realmente ocurriera nada trascendente en la primera mitad como si los futbolistas aplazaran las emociones fuertes para los momentos culminantes. De salida, daba la sensaci¨®n de que Espa?a buscaba las transiciones m¨¢s r¨¢pidas que de costumbre, como si quisiera llegar pronto a los dos jugadores de ataque, Villa y Torres. Pero el f¨²tbol tiene su circunstancia, a veces muy ajena a la pizarra y m¨¢s cercana a las decisiones urgentes. La lesi¨®n de Villa, fue la primera circunstancia. La entrada de Cesc, en vez de un nuevo hombre punta, cambi¨® la estrategia espa?ola y la selecci¨®n opt¨®, con mucha gente en el centro del campo, por la posesi¨®n del bal¨®n, por el control del partido. Con tantos lanzadores en el centro del campo y un solo receptor, Fernando Torres, el bal¨®n fue el principal objetivo.
Con un gol a favor y esos futbolistas el festival estaba casi garantizado
Un triunfo para la historia deportiva, 45 minutos para la historia futbol¨ªstica
Rusia no era la Rusia de Arshavin, sino la de Zhirkov y Pavlyuchenko, los dos ¨²nicos futbolistas que creaban peligro en la porter¨ªa de Casillas. Por todo ello, el partido se fue al descanso sin haberse definido, sin que ni uno ni otro lo hubieran desentra?ado. Las grandes citas se toman su tiempo antes de lanzarse en picado hacia el objetivo.
Y Espa?a se lanz¨® sin duda y sin ning¨²n v¨¦rtigo en la segunda mitad. Hab¨ªa algo de repetici¨®n del partido de la primera fase. Aqu¨¦l, como ¨¦ste, esperaba su definici¨®n al primer golpe. El que lo diera iba a crecer como un gigante y el que lo recibiera pod¨ªa caer como un castillo de naipes. Rusia, que no hab¨ªa ofrecido nada, digiri¨® muy mal la adversidad del gol de Xavi. Sin duda, el centrocampista catal¨¢n es el que mejor entiende los espacios que se producen en las llegadas al ¨¢rea. Como Espa?a s¨®lo jugaba con un punta, siempre quedaba un hueco para colarse entre la barrera defensiva. Xavi lo interpret¨® a la perfecci¨®n, como acostumbra... y dio el golpe. Rusia puso cara de susto que se fue agrandando con el paso de los minutos. Los futbolistas de Hiddink admitieron el resultado adverso mientras Espa?a crec¨ªa y crec¨ªa. Con un gol a favor y los futbolistas que ten¨ªa sobre el campo, el festival espa?ol estaba garantizado como un magn¨ªfico esc¨¢ndalo. Cesc, Xavi, Iniesta (en su mejor versi¨®n, es decir, en la m¨¢s conocida) y Silva por delante de Senna, las posibilidades de bordar el f¨²tbol eran abrumadoras. Adem¨¢s, Rusia perd¨ªa mucho el bal¨®n y sobre todo, muy cerca de su ¨¢rea. La salida de G¨¹iza, otro delantero que entiende a la perfecci¨®n el juego al espacio, el viento a favor se convirti¨® en un vendaval de f¨²tbol, festejado con otros dos goles para que el acontecimiento fuera completo.
Lo que hab¨ªa nacido de forma un tanto indefinida, t¨¢ctica, aunque siempre protagonizada por la selecci¨®n espa?ola se convirti¨® en un ejercicio sobresaliente en el que triunfaban a la vez el juego de toque, el juego al espacio, el control defensivo, el juego por las bandas (especialmente por la de Sergio Ramos) y por el acierto en la definici¨®n.
En 45 minutos (lo que no significa que los 45 anteriores fueran negativos) Espa?a despleg¨® todas sus cualidades y calidades futbol¨ªsticas. Hasta Iker Casillas tuvo su parada de gloria en el ¨²nico disparo a puerta de Rusia en toda la segunda mitad. Y todo sin noticias de Arshavin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.