El hombre que no duda

Un voto prestado por el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) permitir¨¢ a Ibarretxe seguir adelante con su propuesta. Ese voto ha sido trabajado a conciencia por el lehendakari, evitando cualquier iniciativa, pronunciamiento o gesto que pudiera dar pie a los herederos de Batasuna para dejarle en minor¨ªa. Al mismo tiempo, se ha abstenido de incorporar o siquiera tomar en consideraci¨®n las razones e intereses de los partidos no nacionalistas, cuyos 33 esca?os suponen uno m¨¢s que los 32 que suma el tripartito que encabeza Ibarretxe. Un momento cumbre del pleno de ayer fue aquel en que, tras las razonadas intervenciones de los portavoces de PP y PSOE, el lehendakari dijo no haber escuchado ning¨²n argumento contra su consulta.

El resultado fue que quien hab¨ªa dicho que no permitir¨ªa que ETA le marcase la agenda se vio condicionado por el brazo institucional de la banda, de cuya condescendencia depend¨ªa que perdiera la votaci¨®n, y se viera obligado a irse a casa, o pudiera seguir en lo suyo al precio de desairar a su propio partido, cuyo presidente hab¨ªa defendido en p¨²blico la conveniencia de incluir en la consulta una condena expresa de ETA. Ibarretxe ha elegido cargar a su partido con ese lastre para asegurarse su continuidad, claramente asociada a la de su propuesta.

El discurso del lehendakari parte de una llamativa contradicci¨®n. Por una parte, dice que su consulta debe acogerse sin dramatismo, con normalidad; que es "absolutamente legal" (aunque la mitad del Consejo Jur¨ªdico asesor de su Gobierno piensa lo contrario) y que se limita a intentar conocer lo que piensa la sociedad; y, al mismo tiempo, que, pase lo que pase, es una decisi¨®n que abre un camino sin vuelta atr¨¢s. Como otras veces, el portavoz de EA fue m¨¢s claro: lo que se decid¨ªa ayer era el inicio de un camino sin retorno que desemboca en un refer¨¦ndum independentista en 2010.

Una decisi¨®n de esa envergadura, ?puede tomarse por un voto de diferencia? Cualquiera habr¨ªa dudado, pero no Ibarretxe. Tras sus ideas simples hay una desmedida pretensi¨®n de erigirse en int¨¦rprete constitucional, ¨¢rbitro democr¨¢tico y representante de todo el pueblo. Su propuesta no es un punto de encuentro entre las posiciones plurales de la poblaci¨®n, sino la bisectriz entre la izquierda abertzale y el sector m¨¢s radical del PNV: entre Otegi y Egibar.

En esas condiciones, se entiende la obsesi¨®n de Ibarretxe por colocar la consulta por delante del acuerdo. Se trata de predeterminar los t¨¦rminos del debate y sus condiciones. Con el pretexto de que es condici¨®n para que ETA desista, lo que se plantea no es la opci¨®n entre autonom¨ªa y soberanismo, sino un acuerdo "sobre el ejercicio del derecho a decidir". Dando por supuesto que ese derecho no se discute; es decir, que la autonom¨ªa no puede satisfacer las aspiraciones de los vascos. Hace un a?o, Imaz advirti¨® sobre la interpretaci¨®n que ETA har¨ªa de ese planteamiento.