La gran familia de Estepona
Los ediles imputados firmaban convenios con amigos y familiares - La trama corrupta se sosten¨ªa gracias a la complicidad de empleados municipales
En Estepona (M¨¢laga, 60.000 habitantes) la labor pol¨ªtica ha sido durante los ¨²ltimos quince a?os sin¨®nimo de negocio personal. La gesti¨®n p¨²blica no s¨®lo era una actividad rentable por s¨ª misma -un concejal cobra actualmente 5.023 euros brutos al mes- sino que ofrece una parcela de poder que se cultiva colocando en puestos claves del organigrama municipal a familiares y amigos.
La contrataci¨®n en el entramado de empresas municipales se realiza previa afiliaci¨®n a las siglas de turno, lo que permite al edil hacerse fuerte adem¨¢s de en el Ayuntamiento, en la agrupaci¨®n local de su partido. Despu¨¦s llegar¨¢n los negocios, previa mordida, con amigos o interesados.
"Recuerda que yo te he metido en el Ayuntamiento" advert¨ªan los ediles
As¨ª coinciden en describir el panorama pol¨ªtico esteponero miembros de varios partidos pol¨ªticos -PSOE, PES (posgilistas), IU, PP- consultados por este peri¨®dico. El entramado corrupto destapado por la Polic¨ªa en la Operaci¨®n Astapa se sosten¨ªa gracias a la complicidad de empleados municipales contratados a dedo y a peque?as recompensas econ¨®micas. "Recuerda que yo te he metido en el Ayuntamiento", advert¨ªan algunos implicados a los que ve¨ªan d¨ªscolos. "A los m¨¢s reacios los captaban haci¨¦ndoles firmar algo que parec¨ªa legal y amenaz¨¢ndoles despu¨¦s con hacerles responsables", coinciden varias fuentes consultadas.
Con la crisis inmobiliaria y el fin del recurso a financiarse mediante convenios urban¨ªsticos, el Ayuntamiento de Estepona, con muy pocos funcionarios de carrera, paga con dificultad las n¨®minas de 1.400 trabajadores municipales contratados a dedo en dos oleadas sucesivas. La primera la hizo el GIL, tras lograr la alcald¨ªa entre 1995 y 1999. La segunda, que se acumul¨® a la anterior, la llevaron a cabo los partidos que desbancaron al gilismo, especialmente el PSOE y el PA, pero tambi¨¦n los posgilistas del Partido Estepona (PES), cuyos votos sirvieron para hacer alcalde a Barrientos en 2003. Esta desmesurada plantilla es, en proporci¨®n, similar a la que lastra financieramente a la vecina Marbella tras quince a?os de gilismo. Desde la operaci¨®n policial hay rumores de regulaci¨®n de empleo. "Muchos no est¨¢n fastidiados porque se haya robado en la ciudad, sino porque el chollo se acaba", se?ala un cargo municipal.
Un vistazo al arbol geneal¨®gico de los principales implicados en la Operaci¨®n Astapa da cuenta del fen¨®meno. El dimitido alcalde Antonio Barrientos, expulsado del PSOE y ahora en prisi¨®n, tiene al menos tres familiares directos empleados en el consistorio, entre ellos su hermano. Barrientos es amigo de la infancia de su jefe de gabinete, Jos¨¦ Flores, y de Antonio Baz¨¢n, el due?o de la empresa Agrojard¨ªn, proveedora de plantas y encargada de numerosos parques de la ciudad. Flores, considerado hombre fuerte del Ayuntamiento comparte c¨¢rcel con su jefe, y Baz¨¢n, cuya empresa creci¨® exponencialmente en la ¨²ltima d¨¦cada, ha desembolsado 300.000 euros de fianza.
El concejal de Hacienda expulsado del PSOE Francisco Zamorano tambi¨¦n est¨¢ emparentado con otro de los empresarios implicados. Es cu?ado de F¨¦lix Delgado, uno de los dos socios de la promotora Codelsa, en libertad bajo fianza de 100.000 euros. Zamorano, como concejal de Personal y consejero delegado de todas las empresas municipales, es la llave por la que pasan todas las contrataciones.
El abogado Juan Sim¨®n, considerado testaferro de la trama es sobrino del jefe de gabinete de alcald¨ªa. Se le considera "un chico para todo" de Jos¨¦ Flores, encargado de hacer inversiones al n¨²cleo duro en Marruecos y de distribuir sobres con dinero. El abogado ten¨ªa muy buenas relaciones con Zamorano, pero estaba enfrentado al concejal de Urbanismo, Rafael Duarte, casi un reci¨¦n llegado al Ayuntamiento.
Andr¨¦s Flores, jefe de los servicios jur¨ªdicos de Urbanismo y ex gilista, se cri¨® en la calle Manzanares, la misma en la que creci¨® Barrientos. "Su relaci¨®n es casi familiar", afirman sus conocidos. Flores, en libertad con cargos, com¨ªa a menudo con promotores.
Y as¨ª sucesivamente...
El navajeo est¨¢ a la orden del d¨ªa en el Ayuntamiento. Guardar papeles -de convenios, contrataciones o denuncias- es una pr¨¢ctica de lo m¨¢s habitual. "Si hasta Jes¨²s Gil tuvo que irse de aqu¨ª al ver lo que hab¨ªa metido", bromea una persona que ha vivido con intensidad las tres ¨²ltimas legislaturas. "Aqu¨ª, la gran expectativa es cubrirse las espaldas con un puesto de trabajo. Mientras tanto no hay dinero, suelo para hospital, para colegios, pero la gente no lo sabe. Est¨¢n a otra cosa", relata un profesional del urbanismo.
El tesorero, F¨¦lix Rodr¨ªguez Pimienta, se enemist¨® con Barrientos cuando le ech¨® la culpa, junto al ex alcalde Jes¨²s Gil Mar¨ªn, de irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas. "Se tir¨® una buena temporada desbarrando en la televisi¨®n local, luego volvi¨®", cuenta un vecino. Cuando la polic¨ªa lleg¨® a su despacho les dijo: "Ya est¨¢bais tardando".
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