"La ¨¦poca de coalici¨®n con el PSE fue la mejor para el pa¨ªs y para el PNV"
Juan Ram¨®n Guevara acepta la entrevista con la condici¨®n de no hacr comentarios sobre los a?os posteriores a la ruptura de la coalici¨®n entre PNV y PSE ni sobre la situaci¨®n actual.
Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa los 13 a?os de colaboraci¨®n entre el PNV y los socialistas?
Respuesta. Dan un balance positivo en muchos planos: desde una perspectiva de pa¨ªs, del inter¨¦s general, y tambi¨¦n, por qu¨¦ no decirlo, de los intereses del PNV, que experiment¨® una r¨¢pida recuperaci¨®n electoral tras la crisis por la dimisi¨®n-cese del lehendakari Carlos Garaikoetxea y la escisi¨®n de EA.
P. ?Qu¨¦ recuerda del comienzo de aquellas negociaciones?
R. Soledad y un gran rechazo en los otros partidos a acordar con el PNV. Euskadiko Ezkerra lleg¨® a decir que con nosotros, ni a heredar. Las relaciones se hab¨ªan deteriorado mucho. Me sorprendi¨® lo malas que eran tambi¨¦n con los medios de comunicaci¨®n. Una preocupaci¨®n constante m¨ªa fue invertir esa situaci¨®n, recuperar las relaciones y dar un impulso de comunicaci¨®n y accesibilidad. De hecho, luego hubo muchos acuerdos con la oposici¨®n, pese a que no los necesit¨¢bamos, porque ten¨ªamos una confortable mayor¨ªa.
Las cuentas retratan la situaci¨®n que han vivido los ejecutivos de Ibarretxe
"Sin ninguna duda, fue el periodo m¨¢s fruct¨ªfero en t¨¦rminos de autogobierno"
"Los acuerdos y la convivencia exigen cesiones mutuas"
P. ?Qu¨¦ hizo posible el acuerdo con el PSE?
R. Un gran ejercicio de responsabilidad por ambas partes. Primero, con el pacto de legislatura del primer mandato de Ardanza, cuando se parti¨® el grupo parlamentario [del PNV]. Se trataba de salir de un bloqueo total, que alcanzaba incluso a los presupuestos. Y de garantizar la gobernabilidad. Despu¨¦s, con el acuerdo de coalici¨®n, se dio al pa¨ªs una gran estabilidad.
P. ?En qu¨¦ se tradujo?
R. En una labor de gobierno muy importante, tanto en el desarrollo legislativo como en el del autogobierno. Hubo muchos traspasos de competencias. Y todo en un momento de crisis industrial profunda, con un paro insostenible. Fuimos pioneros en el Estado en tener verdadera pol¨ªtica industrial. Tambi¨¦n en acometer planes de infraestructuras con las diputaciones, aunque la de Guip¨²zcoa estaba en manos de EA y la de ?lava la dirig¨ªa el PSE. Supimos controlar las diferencias, de modo que no fueran escandalosas ni provocaran descr¨¦dito institucional.
P. ?Aquella coalici¨®n fue un mero reparto de carteras?
R. Absolutamente, no. Fue un programa muy serio y detallado, con compromisos muy importantes, que implicaban al Gobierno central, como la ley quinquenal de Cupo, que tocaba negociar. Nos jug¨¢bamos la eficacia del Concierto. Fue decisivo para que despu¨¦s hayamos tenido recursos financieros suficientes.
P. ?Dir¨ªa que fue el periodo m¨¢s fruct¨ªfero en t¨¦rminos de autogobierno, tras el arranque inicial?
R. Sin ninguna duda. Eso es un hecho objetivo. Por poner un ejemplo, el acuerdo para el traspaso de la Sanidad permiti¨® que Osakidetza haya sido durante mucho tiempo el referente sanitario en todo el Estado. No fueron posibles otras, como el Inem, pero eso no me impide una valoraci¨®n claramente positiva. Tambi¨¦n para el partido.
P. ?En qu¨¦ sentido cree que fue beneficioso para el PNV?
R. Es obvio que lo fue. Nos proporcion¨® una recuperaci¨®n electoral muy importante y r¨¢pida. Tras la escisi¨®n, en las elecciones de 1987 no nos quedamos fuera del gobierno porque fracas¨® el intento del PSE con EE y EA. Entramos en la coalici¨®n con los socialistas con dos parlamentarios menos que ellos. Cuatro a?os despu¨¦s, subimos de 17 a 22 esca?os y ya no era posible ninguna f¨®rmula de gobierno en que no estuviera el PNV. Hab¨ªamos recuperado la centralidad.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa de la salud moral del pa¨ªs, en una ¨¦poca en que ETA mat¨® y convulsion¨® tanto?
R. Marcamos un discurso y una actitud muy claros frente al terrorismo. La Mesa de Ajuria Enea proporcion¨®, bajo un liderazgo institucional, un foro donde los partidos discut¨ªan con sinceridad hasta alcanzar posiciones comunes que evitaron movimientos partidistas. As¨ª se salvaron de toda utilizaci¨®n momentos muy delicados producidos por atentados de enorme gravedad.
P. Despu¨¦s del fin de la coalici¨®n, y dos meses antes del pacto de Lizarra, apost¨® usted en una entrevista por la pluralidad y por buscar denominadores comunes.
R. Lo mantengo ¨ªntegramente. Hay que asumir la pluralidad pol¨ªtica y cultural, debe haber una voluntad clara de colaboraci¨®n por parte de los partidos, y el respeto al criterio de la mayor¨ªa debe prescindir de imposiciones a sectores importantes de la sociedad. El di¨¢logo es la v¨ªa, y hay que ir a ¨¦l con una conciencia clara de que los acuerdos y la convivencia exigen cesiones mutuas para alcanzar denominadores comunes que cohesionen e integren.
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