Un hombre con orden de expulsi¨®n y de alejamiento mata a su ex novia

De nada sirvi¨® la orden de expulsi¨®n, ni la de alejamiento. Gabriela Toledo, de 31 a?os y origen boliviano, muri¨® el s¨¢bado por la noche en la puerta de su casa, en la calle de Acacias de Las Rozas. Siete pu?aladas, diseminadas por la parte frontal del t¨®rax, acabaron con su vida. El presunto agresor y ex novio, Ren¨¦ Andia Rosado, de 39 a?os y tambi¨¦n boliviano, huy¨® tras cometer el crimen. Sobre ¨¦l pesaba una orden de expulsi¨®n de Espa?a y otra de alejamiento, firmes desde marzo pasado. En lo que va de a?o, 36 mujeres han muerto a manos de su pareja o ex pareja.

"?l dec¨ªa, 'como no est¨¦s conmigo, te mato", afirma una amiga de la v¨ªctima

La madre y el hijo de Gabriela la vieron morir en el rellano

Ren¨¦ y Gabriela mantuvieron una relaci¨®n hasta agosto de 2006, cuando ella decidi¨® abandonarle porque la maltrataba. ?l reaccion¨® con una agresi¨®n m¨¢s: la levant¨® por el cuello y la amenaz¨® con un cuchillo. Ella lo denunci¨®. El 16 de mayo de 2007, el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 7 de Majadahonda dict¨® una sentencia contra Ren¨¦ Andia en la que le condenaba a siete meses de prisi¨®n por lesiones en el ¨¢mbito familiar. Esta pena se sustituy¨®, por imperativo legal, por la expulsi¨®n de Espa?a del acusado, con prohibici¨®n de regreso durante 10 a?os. Tambi¨¦n se le ordenaba el alejamiento de su v¨ªctima: no pod¨ªa aproximarse a ella en un radio de 500 metros. Ren¨¦ Andia recurri¨® el castigo, sin ¨¦xito. La justicia confirm¨® la sentencia el pasado marzo: expulsi¨®n y alejamiento.

"Gaby viv¨ªa atormentada", explicaba ayer su madre, Palmira Camacho. A duras penas relata c¨®mo vio morir a su hija frente a la puerta de su casa. "La o¨ª gritar '?mamita, mamita!', y cuando abr¨ª la puerta estaba tirada, junto a la escalera, sangrando. ?l se abalanzaba sobre ella y me golpe¨® en el hombro para apartarme. ?l se fue, pero mi hijita se estaba muriendo".

Un vecino llam¨® a los servicios de Emergencia. Cuando los m¨¦dicos de Protecci¨®n Civil y la ambulancia llegaron a la vivienda, una casa humilde, no lograron salvar la vida de la mujer, que se desangr¨®. El hijo de Gaby, de 10 a?os y nacido de una relaci¨®n anterior, vio morir a su madre. Ayer pas¨® el d¨ªa con su padre.

Las amigas y primas de la fallecida se reun¨ªan ayer con Palmira frente a una mesa ovalada de madera clara. Entre silencios, dejaban caer fechor¨ªas del supuesto asesino. "?l le dec¨ªa 'como no est¨¦s conmigo, te mato', pero ella no le quer¨ªa, no sab¨ªa c¨®mo quit¨¢rselo de encima", explicaba una de sus amigas. "Dec¨ªa 'voy a hacerle algo a tu madre, voy a matar a tu hijo' y ella no sab¨ªa qu¨¦ hacer". Palmira explica c¨®mo Ren¨¦ Andia guardaba un cuchillo bajo la almohada para obligar a Gaby a acostarse con ¨¦l cuando se introduc¨ªa en la habitaci¨®n que compart¨ªan Palmira, Gaby y el ni?o. "Yo le dec¨ªa a ¨¦l que guardase respeto, que no lo hiciese all¨ª, conmigo y con el ni?o delante", explica Palmira.

La madre relata que cambiaron la cerradura de la vivienda en innumerables ocasiones. Cuando ¨¦l ve¨ªa que no pod¨ªa entrar, le robaba el bolso a Gaby para quitarle las llaves, dicen las mujeres. Tambi¨¦n explican que Ren¨¦ Andia denunci¨® a Palmira para chantajear a Gaby. "O pasas conmigo la noche, o no quito la denuncia a tu madre", dec¨ªa. Desgranan decenas de tretas. Hablan de los graffiti de la mano de Ren¨¦ que rodean la casa de Gaby. "Gaby, te amo", "conmigo o con nadie". Las mujeres muestran las cartas, escritas a m¨¢quina, en las que ¨¦l ped¨ªa a Gaby que le quisiese y perdonase. Que ten¨ªan que olvidar los "malos momentos" porque siempre los hab¨ªan superado.

Palmira no puede evitar el llanto cuando se pregunta hasta cu¨¢ndo seguir¨¢ pasando esto. "Yo no quiero que pasen estas cosas. Quiero que paren ya de matar a las mujeres". Recuerda c¨®mo su hija quer¨ªa que ella y el ni?o se mudasen. "Me dec¨ªa que me fuese con su hijo a casa de Mar¨ªa

que ella no pod¨ªa venir. Me dijo que nos fu¨¦semos el s¨¢bado. Pero yo no quer¨ªa dejarla sola. Yo no fui a trabajar para proteger a mi hijita. Ella quer¨ªa protegerme y no se daba cuenta de que era yo quien ten¨ªa que cuidarla", lamenta Palmira.

El viernes pasado, Gabriela acudi¨® al cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas a denunciar las amenazas, reconoce el instituto armado. Explic¨® que ese mismo d¨ªa hab¨ªa estado en una habitaci¨®n de hotel con su ex novio. Los agentes iniciaron la b¨²squeda de Ren¨¦ Andia por quebrantamiento de condena.

Luis Tom¨¢s Hern¨¢ndez, propietario del restaurante donde trabajaba Gaby, asegur¨® ayer que el s¨¢bado por la tarde, horas antes del asesinato, Gaby sali¨® del establecimiento sobre las seis y media para poner otra denuncia por amenazas contra su ex novio.

"Hab¨ªamos notado en los ¨²ltimos d¨ªas que no estaba bien", explic¨® Hern¨¢ndez. "Pero no fue hasta ayer que nos cont¨® lo que pasaba. Dijo que su ex novio le hab¨ªa amenazado con matarla. Y a su hijo".

Gabriela Toledo acudi¨® de nuevo a la Guardia Civil el s¨¢bado, por segunda vez en menos de 48 horas. Pero ella, que iba acompa?ada por dos amigos, no pidi¨® protecci¨®n, seg¨²n la Guardia Civil. Los agentes inspeccionaron el edificio donde viv¨ªa la mujer. No encontraron rastro alguno de Ren¨¦, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil. Segu¨ªan busc¨¢ndole en Las Rozas. Sin ¨¦xito. Gabriela muri¨® horas despu¨¦s.