El CD entra en coma y el vinilo resucita
Las descargas de Internet restan valor al disco compacto mientras el antiguo formato recupera su esplendor
Hace unas semanas, alguien en la cadena de supermercados estadounidense Fred Meyer se equivoc¨® con un pedido de Accelerate, el ¨²ltimo disco de REM. En el albar¨¢n, en vez de marcar la casilla CD, tach¨® la que correspond¨ªa a la versi¨®n elep¨¦ de vinilo. Al recibirlo, la mayor¨ªa de las tiendas decidieron devolverlos, pero aquellos que le hicieron un sitio descubrieron que se vend¨ªa a mejor ritmo que los CD. A ra¨ªz de eso, la cadena decidi¨® volver a dar una oportunidad en sus establecimientos al viejo pl¨¢stico negro: hoy, en 60 de sus tiendas se pueden encontrar ¨¢lbumes de The Raconteurs, Bruce Springsteen o Radiohead y reediciones de Metallica o The Beatles. Y empieza a hablarse de un renacer de ese formato en EE UU, la madre de todos los mercados.
Las ventas han aumentado un 36% entre 2006 y 2007
Warhol dise?¨® portadas y libretos para LP que ahora son obras de arte
Grupos como U2 exigen que se editen sus obras en pl¨¢stico
Hay compradores treinta?eros nost¨¢lgicos, pero tambi¨¦n j¨®venes
Los defensores afirman que el disco tradicional hasta suena mejor
No se trata s¨®lo de reediciones. La moda llega a todos los estilos
Porcentualmente, los datos suenan impresionantes: en ese pa¨ªs los pedidos a los fabricantes de CD han ca¨ªdo entre 2006 y 2007 un 17%, mientras que los de vinilo han subido un 36%. Claro que cuando se pasa a n¨²meros se ve que tampoco est¨¢ bien dejarse llevar por la euforia: 450 millones de compactos colocados en 2007 frente a las escasas 1.300.000 copias en vinilo. La Asociaci¨®n de la Industria de Grabaci¨®n de Am¨¦rica se?ala que la tendencia es continuada y no circunstancial. Asegura que este a?o se vender¨¢n 1.600.000. Y parece que en Espa?a est¨¢ ocurriendo algo similar. "En la Fnac los vinilos cada a?o le comen m¨¢s espacio al CD. Desde 2000 se van duplicando las ventas de a?o en a?o. Lo que m¨¢s, las reediciones cuidadas y de calidad de cl¨¢sicos del pop-rock internacional. Tenemos dos tipos de clientes de vinilo: nost¨¢lgicos de entre 35 y 45 a?os que lo compraban en su juventud y aman este formato, y j¨®venes de entre 17 y 22 a?os que han crecido viendo c¨®mo el CD no tiene valor y se suman a una moda retro. Ahora mismo hay 1.200 referencias y cada vez m¨¢s grupos nacionales se animan con este formato, por lo que creemos que la tendencia del mercado del vinilo es positiva y goza de muy buena salud", dice Sergio Garc¨ªa, del departamento de comunicaci¨®n de esta cadena de productos culturales.
A principios de mayo una veintena de puestos compon¨ªan la feria del disco de Madrid. Tiendas de esta ciudad, Barcelona o Londres expon¨ªan lo mejor de su fondo. Era evidente el predominio de los viejos vinilos. Miles de ellos en un rango de precios que va desde la baratija a un euro a la joya que vale varios cientos. Entre la clientela, mucho treinta?ero, pero tambi¨¦n j¨®venes que apenas pasaban de los 20 como Ana, que buscaba vinilos de Pantera, un grupo heavy que naci¨® en el periodo de transici¨®n con el disco compacto. "Las tiradas eran muy limitadas y mucha gente las busca", le dicen en uno de los comercios. "Pero no te preocupes, tal y como est¨¢n las cosas, no creo que tarden mucho en reeditarlos", le anima el vendedor.
Ana naci¨® en 1987, cuando los discos de vinilo viv¨ªan su ¨²ltima etapa de gloria. Siete a?os antes, las multinacionales Philips y Sony hab¨ªan creado el disco compacto. Un formato que promet¨ªa "un sonido de ensue?o". El CD ten¨ªa m¨¢s capacidad, 70 minutos frente a los 45 del vinilo, y una calidad equivalente, en teor¨ªa eternamente, a la de un pl¨¢stico nuevo. Porque como a la vieja aguja se la supl¨ªa por un lector l¨¢ser que no tocaba f¨ªsicamente la rosquilla, nunca se rayar¨ªa. Adem¨¢s, era m¨¢s peque?o y manejable... La panacea.
Arras¨®. Pronto, m¨¢s de 40 marcas se adhirieron al formato. Para 1996, se hab¨ªa hecho con el grueso del mercado en todo el mundo. La mayor¨ªa de la gente se deshizo de sus colecciones. Las multinacionales vieron un fil¨®n en reeditar todo su fondo de cat¨¢logo en versi¨®n CD, vendiendo ¨¢lbumes amortizados d¨¦cadas atr¨¢s a precios de novedad. Un chollo. Colocar a la gente lo que ya ten¨ªa con peque?os cambios para que no resultara tan evidente: versiones de lujo, remasterizadas, con tomas extras... El vinilo era, para el com¨²n de los consumidores, algo viejo y cutre. Aquel que defend¨ªa que sonaba mejor, m¨¢s org¨¢nico, que era un objeto bello y sensible; el pu?ado de aficionados que recordaban que artistas como Warhol hab¨ªan dise?ado portadas y libretos y que denominaban despectivamente a los CD "posavasos", eran tachados de nost¨¢lgicos.
Pero en 2008 las cosas han cambiado. El rencor hacia el CD, el formato que, al ser clonable, ha hecho posible la pirater¨ªa, empieza a hacerse p¨²blico y decirse en voz alta. Hace poco, el cantautor brit¨¢nico Elvis Costello soltaba a todo el que quisiera o¨ªrlo una furiosa diatriba contra el compacto. "El vinilo suena mejor. Hace 20 a?os que nos est¨¢n enga?ando con el compact disc", dec¨ªa. Asegur¨® que su nuevo lanzamiento s¨®lo se publicar¨ªa en versi¨®n elep¨¦. Al final se ech¨® atr¨¢s. Pero cuando lo dijo resultaba una posibilidad cre¨ªble y hace s¨®lo un par de a?os le hubieran tachado de loco.
La percepci¨®n del valor del vinilo ha variado. "Nunca se ha ido. Lo que pasa es que durante a?os ha sobrevivido gracias a los coleccionistas y ahora lo que hay son consumidores", asevera Emilio Vald¨¦s, de la tienda de discos Ziggy de Madrid. "Antes se vend¨ªa la primera edici¨®n americana de tal disco por 60 euros y ahora viene gente que compra seis discos a 10 euros. Vuelve el vinilo, lo puedes poner bien grande, porque es verdad", afirma.
Es un cambio importante. El coleccionismo tiene mucho que ver con el intercambio de cromos. No se cotiza el contenido sino la rareza del objeto. Si hay cuatro compradores y tres vinilos, el vendedor puede subir el precio hasta l¨ªmites objetivamente poco entendibles. Si es a la inversa y hay m¨¢s oferta que demanda, el que no espabile se puede encontrar con un trozo de pl¨¢stico sin valor.
Pero si lo que empieza a haber es una nueva generaci¨®n que disfruta no s¨®lo del objeto sino de la ceremonia de escuchar m¨²sica en vinilo, la cosa es distinta. ?ste, como el de los libros, es uno de esos negocios en los que no todo es dinero. Entre los vendedores abundan los amantes del vinilo. Los hay moderadamente optimistas como Carlos Vega, un madrile?o de 35 a?os, que es uno de los dos socios de Atm¨®sfera Abrupta, una distribuidora que vende por correo exclusivamente vinilo. "Se reeditan muchas cosas en tiradas muy limitadas, 1.000 o 1.500 copias. Y hay que estar muy pendiente para conseguirlas porque vuelan. Es un mercado que est¨¢ creciendo. La gente que nos compra a nosotros no son los t¨ªpicos coleccionistas frikis. Esos buscan las ediciones raras en e-Bay".
Aunque tambi¨¦n abundan aquellos que tienen un sano escepticismo, como Jes¨²s ?lvarez, de Radio City, una tienda de discos en el centro de Madrid. "Tiene un punto de moda. Yo me alegro por la gente que se mantuvo fiel al vinilo, que ahora ve recompensada esa fidelidad, pero hay mucha gente que lo compra porque ahora te da un toque de distinci¨®n".
Rob, el due?o de London Dealer, una tienda brit¨¢nica, es de los positivos. "Los que vend¨ªan CD est¨¢n teniendo problemas, pero los que nos especializamos en vinilo, vamos mejor. Hubo unos a?os de par¨®n, pero mira esto", dice se?alando unas cubetas en las que se amontonan sencillos a 45 revoluciones. "Son todos de bandas nuevas. Los grupos est¨¢n sacando singles otra vez. Y hay una nueva generaci¨®n que se apunta. S¨®lo hace falta que las discogr¨¢ficas no lo vean como un negocio a corto plazo y se lo carguen poniendo precios abusivos".
En la ¨²ltima ¨¦poca del vinilo como formato mayoritario, los discos eran tan delgados que parec¨ªan hechos de papel de fumar. Y ahora, sin embargo, las tiradas que se traen generalmente de un pu?ado de f¨¢bricas de la Rep¨²blica Checa y Alemania son de la m¨¢xima calidad. Rodajas de pl¨¢stico negro gruesas y pesadas, de surcos marcados y resistentes envueltos en carpetas del mejor cart¨®n con portadas impresas con mimo. En general, era un mercado tan residual, daba tan pocos beneficios, que las grandes prefer¨ªan licenciar los vinilos a peque?as empresas. Por una cantidad ten¨ªan derecho a hacer tiradas limitadas de discos de cat¨¢logo. As¨ª se ahorraban el engorro de fabricar, distribuir y almacenar.
Pero eso est¨¢ cambiando. "En los ¨²ltimos 18 meses est¨¢ resurgiendo. Estamos editando discos en vinilo de 180 gramos con una calidad muy buena. Hay casos muy llamativos como el de Metallica, que tienen un control completo sobre los lanzamientos. Nada se hace sin su consentimiento, que han exigido que la reedici¨®n de sus discos sea s¨®lo en vinilo. Lanzamos un disco al mes en orden cronol¨®gico desde hace dos meses. Son tiradas limitadas, de 400 o 500 copias. Pero es muy sorprendente y ha superado nuestras expectativas de negocio", confirma Paul Reidy, de la discogr¨¢fica Universal.
El repentino inter¨¦s de los supergrupos por sus lanzamientos en vinilo parece demostrar una nueva perspectiva. U2 tambi¨¦n exigi¨® por contrato que sus discos se publicaran en vinilo. Pronto saldr¨¢ una reedici¨®n de sus tres primeros ¨¢lbumes. En CD se pondr¨¢n a la venta en Espa?a 7.500 copias, y en vinilo ser¨¢n 500 ejemplares. Hace meses ya lo hicieron con The Joshua tree, que en Espa?a coloc¨® 20.000 CD y 597 vinilos.
No parece mucho, pero en esta ¨¦poca de vacas flacas cada unidad colocada cuenta. Las multinacionales no son empresas que destaquen precisamente por su altruismo y romanticismo. Por eso resulta realmente sorprendente una iniciativa que esa misma discogr¨¢fica tiene prevista para este a?o: un proyecto llamado Back to black vynil (la vuelta al vinilo negro). El texto con el que lo presentan es de lo m¨¢s clarificador: "Sus¨²rralo, el vinilo, que celebra este a?o su 60? aniversario, es sexy otra vez".
"Aunque los analistas llevan prediciendo su desaparici¨®n desde hace medio siglo, el viejo ¨¢lbum de vinilo simplemente se niega a morir porque los puristas de la alta fidelidad, pinchadiscos, j¨®venes a la ¨²ltima y todos los que tienen alg¨²n inter¨¦s en la historia lo contin¨²an defendiendo como la forma de o¨ªr tus canciones favoritas m¨¢s cargada de emociones y llena de riqueza sonora", escriben.
Olvidando el hecho, m¨¢s que cuestionable, de situar el nacimiento del elep¨¦ de vinilo en 1958, a nivel pr¨¢ctico la cosa consiste en la reedici¨®n en este formato de 80 t¨ªtulos m¨ªticos de cat¨¢logo con un a?adido: dentro de cada disco habr¨¢ un cup¨®n personalizado con el que ser¨¢ posible una descarga gratuita en MP3 de ese mismo ¨¢lbum. "De acuerdo con Billboard, hay una generaci¨®n nueva que est¨¢ evitando el CD y quiere a cambio una versi¨®n en vinilo y una descarga", concluye esa hoja de promoci¨®n. M¨¢s claro, imposible.
No es nada nuevo. Compa?¨ªas independientes de todo el mundo lo llevan haciendo a?os. Hace un mes este peri¨®dico publicaba una declaraci¨®n de Cris Jacobs, jefe de Sub Pop, el sello de Seattle que vio nacer a Nirvana y que fue pionera en brindar esta opci¨®n. "Los que trabajamos aqu¨ª amamos el pl¨¢stico, pero vivimos en el siglo XXI. Tenemos iPods, o¨ªmos m¨²sica en el coche. La iniciativa ego¨ªsta obtuvo con todo una buena aceptaci¨®n de nuestros clientes".
Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas, aproximadamente la mitad de los oyentes habituales de m¨²sica jam¨¢s compra un disco, ni en vinilo ni en CD. Ese 50% lo baja todo de Internet, y el 80% de esas descargas son ilegales. Queda la otra mitad. Y de repente, para ellos, se est¨¢ planteando una posibilidad de futuro que hace nada hubiera sonado a ciencia-ficci¨®n: "Lo que se hizo con el vinilo no era natural. Se intent¨® exterminarlo. Pero no tiene por qu¨¦ ser as¨ª. La televisi¨®n no acab¨® con la radio, porque la radio tiene un encanto incre¨ªble. Y el vinilo tambi¨¦n. Y hoy la radio goza de buena salud y a la tele se la est¨¢ comiendo Internet. Pues quiz¨¢s pase lo mismo: que al final, el vinilo se quede como ¨²nico formato f¨ªsico", aventura Jes¨²s ?lvarez, de la tienda Radio City.
Pero a pesar de su encanto, el vinilo lucha contra muchas cosas. Contra las casas peque?as, minipisos en los que acumular objetos es imposible porque simplemente no caben. Contra los iPods, en los que caben miles de canciones en el bolsillo. Contra su propia fragilidad. "Da igual", dice Emilio Vald¨¦s, de la tienda Ziggy, con esa seguridad que da d¨¦cadas viendo los vaivenes del mercado. "El futuro est¨¢ aqu¨ª. ?sta es la ¨²nica industria donde una vuelta atr¨¢s es posible".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.