Un nuevo y aut¨¦ntico hombre
Alber Elbaz triunfa con Lanvin en una semana de la moda masculina marcada por la incertidumbre
El largo aplauso retuvo al dise?ador Alber Elbaz cuando sali¨® a saludar tras presentar su colecci¨®n masculina para Lanvin. Flanqueado por Lucas Ossendrijver, quien le secunda en la tarea, el dise?ador israel¨ª se confirm¨® ayer como el favorito de la ciudad. El d¨ªa que cerraba el calendario internacional de la temporada primavera-verano 2009, Elbaz entreg¨® una colecci¨®n que resum¨ªa brillantemente el estado actual de la moda masculina.
En los intrincados fruncidos y en las espumosas superposiciones pod¨ªan rastrearse las respuestas a los interrogantes que la ropa para hombre se plantea acerca de su propia identidad. Cuando el desarrollo en los tejidos no se vuelve un fin en s¨ª mismo sino un veh¨ªculo para el cambio, se empieza a mirar al futuro con realismo. Y eso es lo que hizo Elbaz, con una colecci¨®n tan rom¨¢ntica como pragm¨¢tica, que el p¨²blico, puesto en pie, ovacion¨®.
Las dudas sobre c¨®mo articular una nueva masculinidad se a?aden a la incertidumbre sobre la coyuntura econ¨®mica. Los compradores confirman que la actividad se ha ralentizado y que el miedo se respira en la feria de Trano?, que se celebra en paralelo a los desfiles. Es tiempo de recelos y los dise?adores responden tratando de democratizar su mensaje: Ann Demeulemeester y Yohji Yamamoto coincidieron al utilizar modelos adolescentes y dignos ancianos.
Pero las dudas son tan profundas que alcanzan las tripas del g¨¦nero. Yves Saint Laurent les puso esmoquin a las mujeres, y Stefano Pilati (el italiano que hoy dise?a en su empresa) propone un juego inverso: usar materiales habitualmente femeninos, como la organza o la seda, para los hombres. Otro italiano, Riccardo Tisci, se apunta a romper estereotipos con los materiales. Lleg¨® hace tres a?os a Givenchy y ha cosechado notables ¨¦xitos con las mujeres gracias a una est¨¦tica g¨®tica, oscura y sexual. La misma f¨®rmula que aplic¨® para su primera colecci¨®n masculina, presentada el viernes. "Quiero crear un nuevo y aut¨¦ntico hombre", se?alaba. "Se siente seguro de su elegancia y masculinidad, pero eso no le impide jugar con detalles como el encaje transparente".
Se vieron faldas en Comme des Gar?ons y minivestidos de punto en Bernhard Willhelm. El alem¨¢n ide¨® una fantas¨ªa medieval con pr¨ªncipes y bufones que termin¨® con parejas de hombres de la mano en un peculiar baile cortesano. Son las llamativas estridencias de una temporada que, en el fondo, lega una herencia mucho m¨¢s comercial: una silueta m¨¢s liviana y suave, m¨¢s cerca del pijama que del traje. "Nos inspiramos en la calculada y precisa espontaneidad de Charles Chaplin para conseguir ropa fluida, menos formal y m¨¢s fr¨¢gil", explicaba Paul Helbers, director del estudio masculino de Louis Vuitton tras el desfile. El mismo esp¨ªritu de comedida relajaci¨®n y un uso muy similar de colores neutros y tejidos ligeros presidi¨® la colecci¨®n de Josep Abril para Armand Basi. Fue, junto al retorno de Antonio Mir¨®, la representaci¨®n espa?ola en Par¨ªs.
En estos d¨ªas, pocos se han opuesto al reinado de la ropa de cama y al imperio de un tr¨ªo crom¨¢tico conservador: blanco, gris y azul. Entre los que se atreven, est¨¢ la explosiva y colorista tortilla de referencias de John Galliano, la precisi¨®n geom¨¦trica de Raf Simons y los brillos ¨¢cidos sobre negro de Kris van Assche en Dior. Al comp¨¢s del electro sucio de Justice, la marca francesa se aleja definitivamente del territorio del rock en que Hedi Slimane lo dej¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.