Bagdad abre el grifo
La entrada de las multinacionales en el petr¨®leo iraqu¨ª es una apuesta l¨®gica y arriesgada
La decisi¨®n iraqu¨ª de abrir la puja internacional por sus yacimientos petrol¨ªferos m¨¢s importantes, que permitir¨¢ la vuelta al pa¨ªs ¨¢rabe de las grandes multinacionales del crudo 30 a?os despu¨¦s, supone un gesto de gran alcance pol¨ªtico interno y con implicaciones econ¨®micas relevantes a medio plazo. Y cargado de riesgos si el inestable Gobierno de Bagdad no ejecuta escrupulosamente cada uno de sus pasos. Los gigantes del petr¨®leo necesitan seguridad f¨ªsica y jur¨ªdica.
Pese a indudables progresos en los ¨²ltimos tiempos, la violencia sigue siendo rampante en muchas regiones de Irak y los sabotajes est¨¢n a la orden del d¨ªa en algunas de las zonas que atraviesan 7.000 kil¨®metros de oleoductos. El Ejecutivo que preside el chi¨ª Nuri al Maliki se ha enfrentado a algunos de los m¨¢s fan¨¢ticos de sus correligionarios y conseguido que sus fuerzas armadas, cada vez con menor concurso estadounidense, comiencen a estabilizar provincias que parec¨ªan irrecuperables para la vida. Pero todav¨ªa permanecen fuera de ese Gobierno, aparentemente por poco tiempo, los principales partidos sun¨ªes que lo abandonaron hace casi un a?o; y en el Parlamento de Bagdad sigue empantanada por discrepancias sectarias y territoriales la ley nacional del petr¨®leo que deber¨ªa fijar las condiciones de explotaci¨®n del man¨¢ iraqu¨ª y el reparto de sus beneficios entre el Estado federal y las 18 provincias. Los kurdos han comenzado a otorgar a compa?¨ªas extranjeras contratos de exploraci¨®n y exportaci¨®n en los yacimientos que controlan en el norte del pa¨ªs.
Con todas sus incertidumbres, la iniciativa iraqu¨ª, que tardar¨¢ al menos un a?o en materializarse formalmente, es tan inevitable como alentadora en un pa¨ªs devastado que pugna por salir del infierno, tambi¨¦n econ¨®mico, que habita. Irak es la tercera potencia petrol¨ªfera en reservas probadas. Su industria, que lleg¨® a producir tres millones y medio de barriles diarios, ha quedado tecnol¨®gicamente detenida en el t¨²nel del tiempo. Su irrupci¨®n modernizada en el mercado aliviar¨ªa sin duda los disparados precios del crudo, actuales y venideros. Pero para eso es imprescindible una ley parlamentaria que regule con absoluta transparencia y garant¨ªas el proceso ahora balbuciente. Sobre todo en un pa¨ªs donde siguen plenamente vigentes las suspicacias sobre las intenciones reales de la invasi¨®n estadounidense hace cinco a?os.
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