Los sabores de toda una vida

?Por qu¨¦ los sabores de la infancia nos persiguen durante toda la vida? Es una de tantas preguntas sobre las que mi madre y yo habl¨¢bamos de cuando en cuando. El sabor de un guiso resulta de modalidades tales como gusto, olfato y vista, y del significado que toman estas percepciones. El paso de la sensaci¨®n a la percepci¨®n es fundamental.

Mi madre me contaba que ella hab¨ªa desarrollado su pasi¨®n por la cocina al ver guisar a su abuela, una borgo?ona que le leg¨® sus cuadernos, primero a su hija y luego a mi madre. Yo aprend¨ª de mi madre s¨®lo mirando y de vez en cuando participando, sobre todo cuando el ritmo cotidiano se romp¨ªa con ocasi¨®n de alg¨²n acontecimiento familiar, ya que a diario mi madre ten¨ªa la suerte de tener una magn¨ªfica cocinera que segu¨ªa fielmente sus indicaciones.

En estos momentos de tristeza en que una pierde a su madre, siempre puedo recordar que las mujeres somos nosotras mismas cocinas, calderos en los que se cuecen y se van haciendo nuestros hijos, y, por ello, el hombre m¨¢s pr¨®ximo a esta facultad creadora es el cocinero, porque est¨¢ en ¨®smosis con los elementos. A mi madre le agradezco que haya hecho con nosotros tan buenos guisos y nos haya llenado la mente de cuentos llenos de ricos ingredientes que han estimulado en diversos campos nuestra imaginaci¨®n.

In¨¦s Ortega es hija de Simone Ortega. Colabor¨® con ella en la actualizaci¨®n de sus libros.