Un instituto para la calidad de vida
El Instituto de Biomec¨¢nica de Valencia alcanza los 13 millones de ingresos
Muchos a?os despu¨¦s de que en 1976 tres personas (entre ellas el ex rector y ex consejero Justo Nieto), sentaran las bases del Instituto de Biomec¨¢nica de Valencia, el centro (el m¨¢s antiguo instituto universitario de Espa?a, con 250 trabajadores -desde ingenieros a psic¨®logos- y unos ingresos de 13 millones de euros en 2007) tuvo que afrontar una debilidad estructural: al contrario que sus colegas -ah¨ª est¨¢n Ainia, la Asociaci¨®n para la Investigaci¨®n de la Industria Agroalimentaria; el ITI (Instituto Tecnol¨®gico de Inform¨¢tica); Aitex, la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n de la Industria Textil...- el Instituto de Biomec¨¢nica (IBV) carec¨ªa de un sector de referencia.
Como, sin embargo, la relaci¨®n con el mundo empresarial era la base de su funcionamiento, el IBV, centro mixto del Impiva y de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, decidi¨® crear su propio sector (o, como ellos lo llaman, su propio supersector): un conglomerado de 80 compa?¨ªas y entidades unidas por un lema bastante descriptivo: el "cuidado de la calidad de vida". Es decir, empresas relacionadas con los productos sanitarios, con el deporte, el ocio, el turismo, el mueble, la teleasistencia, la accesibilidad, el transporte y otros, englobadas en la Asociaci¨®n Cvida.
?Qu¨¦ siente un cliente cuando abre la habitaci¨®n de un hotel?
El IBV no ten¨ªa un sector econ¨®mico propio, y ha intentado crearlo
La sede del IBV, que se halla en el extremo oriental del campus de Vera, enfrente de la Ciudad Polit¨¦cnica de la Innovaci¨®n, es lo bastante grande (6.000 metros cuadrados construidos) como para albergar en su interior salas donde se reproducen los est¨ªmulos que se desencadenan en un cliente cuando entra a comprar en un supermercado. O laboratorios en los que se estudian al mil¨ªmetro los movimientos que un deportista realiza al saltar. O naves donde se analizan las propiedades de un nuevo pavimento (el calor que desprende, por ejemplo). O plantas dedicadas al desarrollo de aplicaciones inform¨¢ticas, y a la prestaci¨®n de servicios tecnol¨®gicos. O habitaciones con el aire viciado y grasiento de los talleres donde los ingenieros fabrican prototipos a mano.
El instituto empez¨® trabajando, b¨¢sicamente, en pr¨®tesis e implantes m¨¦dicos. M¨¢s tarde se sum¨® al estudio de prendas deportivas, sobre todo calzado. Un mercado, explica Irene Hoyos, directora de comunicaci¨®n del IBV, que actu¨® como motor original de la biomec¨¢nica. El instituto fue ampliando sus ¨¢reas de actividad hasta alcanzar la "ingenier¨ªa emocional". Una vez cubiertos los aspectos ergon¨®micos y est¨¦ticos, explica Hoyos, para conectar mejor con el usuario el dise?o debe integrar cuestiones culturales y psicol¨®gicas. Un campo en el que tomaron la delantera Jap¨®n y los pa¨ªses n¨®rdicos, "tan pronto como en los a?os cincuenta". "El ¨¦xito de Ikea", a?ade, "no es ninguna casualidad".
Hace tres meses, el IBV inaugur¨® en esa l¨ªnea el Living Lab, un espacio donde se analizan las emociones en un contexto lo m¨¢s parecido a la realidad. Bien mediante sistemas de realidad virtual, bien mediante la reproducci¨®n f¨ªsica de escenarios.
Por ejemplo: ?Qu¨¦ siente un cliente cuando abre la habitaci¨®n de un hotel? ?En qu¨¦ detalles se fija en primer lugar? ?Qu¨¦ aspectos le resultan m¨¢s satisfactorios y cu¨¢les le echan para atr¨¢s? El laboratorio selecciona a un n¨²mero representativo de personas. Las introduce en la sala multifuncional, habilitada como una habitaci¨®n de hotel y, mediante equipos de seguimiento de estrategia visual y de captura de expresiones, a los que m¨¢s tarde se aplicar¨¢n "protocolos de pensamiento manifiesto", trata de responder a todas esas preguntas, explica su director, Rub¨¦n Lahuerta.
En su presentaci¨®n, el Living Lab exhibi¨® otro ensayo sobre fatiga al volante. "Al usuario se le pon¨ªan las luces oscuras, ruido de carretera, conducci¨®n bastante mon¨®tona, y se le registraba a trav¨¦s de las c¨¢maras y sensores. Se busc¨® a gente que viniera sin dormir, que trabajara en turnos de noche, y se compar¨® con usuarios de control", dice Lahuerta.
El proyecto se extendi¨® despu¨¦s al an¨¢lisis de otros aspectos de la conducci¨®n: la influencia de los dispositivos (GPS, radio-CD, tel¨¦fono m¨®vil) en la atenci¨®n que el sujeto presta a la carretera, y a c¨®mo reducir el impacto de las distracciones; el comportamiento ante fen¨®menos externos (atascos, cruces imprevistos, condiciones meteorol¨®gicas adversas); la respuesta fisiol¨®gica del conductor (ritmo cardiaco y nivel de excitaci¨®n, actividad muscular); y las dificultades que encuentran para entrar al veh¨ªculo las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con discapacidad.
Los 32 a?os de vida del IBV, incluido el hito del estudio antropom¨¦trico (10.000 mujeres, 59 municipios) que realiz¨® para conocer las tallas reales de las espa?olas, pueden visitarse en una gran exposici¨®n interactiva en el Museo de la Ciencias.
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