Espa?a y Francia pactan la pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea

Tras una larga y correosa negociaci¨®n, Espa?a y Francia alcanzaron ayer un acuerdo sobre el pacto europeo de inmigraci¨®n, que ahora someter¨¢n a sus restantes socios de la UE. Una hora y media de reuni¨®n, en el palacio madrile?o de Santa Cruz, bast¨® a la delegaci¨®n francesa -encabezada por el ministro de Inmigraci¨®n, Brice Hortefeux- y a la espa?ola -con los ministros de Asuntos Exteriores y Trabajo, Miguel ?ngel Moratinos y Celestino Corbacho, flanqueados por los secretarios de Estado para la Uni¨®n Europea y de Inmigraci¨®n, Diego L¨®pez Garrido y Consuelo Rum¨ª- para llegar a una "redacci¨®n com¨²n".

Decae el contrato de integraci¨®n y se suaviza el rechazo a la regularizaci¨®n

Los participantes no quisieron revelar detalles, pues el documento debe ser aprobado esta ma?ana por los gobiernos espa?ol y franc¨¦s, antes de su remisi¨®n esta misma tarde al Ejecutivo alem¨¢n. Durante el fin de semana ser¨¢ conocido por los dem¨¢s socios europeos, para que pueda debatirse en la reuni¨®n que los ministros de Justicia e Interior de los Veintisiete celebrar¨¢n el lunes en Cannes (Francia). Su ratificaci¨®n definitiva est¨¢ prevista para la cumbre del 15 de octubre en Bruselas.

El presidente Nicolas Sarkozy ha hecho de la inmigraci¨®n uno de los temas estrella de la presidencia francesa de la UE, que se inici¨® el 1 de julio deslucida por el no irland¨¦s al Tratado de Lisboa. Desde hace meses, Sarkozy ha buscado el respaldo de Zapatero, ¨²nico gobernante socialdem¨®crata de un pa¨ªs importante de la UE, a excepci¨®n del laborista Gordon Brown.

Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, la negociaci¨®n ha sido complicada, pues ambas partes part¨ªan de posiciones contrapuestas: una visi¨®n negativa de la inmigraci¨®n en el caso franc¨¦s y positiva del lado espa?ol. La directiva de retorno, que permite internar hasta 18 meses a los indocumentados, complic¨® las cosas, debido a la irritaci¨®n que provoc¨® en los pa¨ªses latinoamericanos. "No quer¨ªamos que se entendiera que Europa lanza un nuevo mensaje contra los inmigrantes", explicaron dichas fuentes. Pero, a diferencia de la directiva, el pacto no es un texto jur¨ªdico sino una declaraci¨®n pol¨ªtica y eso ha permitido buscar una redacci¨®n ambigua que permitiera a las dos partes dar por satisfechas sus aspiraciones.

Al final, las discrepancias se hab¨ªan centrado en dos aspectos: el llamado contrato de integraci¨®n y la prohibici¨®n de las regularizaciones masivas.

Desde hace varias semanas, Francia hab¨ªa aceptado eliminar la alusi¨®n al contrato -que para el Gobierno socialista espa?ol era particularmente indigerible porque Rajoy hizo bandera del mismo en la pasada campa?a electoral- aunque su primer ministro, Fran?ois Fillon, no quiso reconocerlo el viernes pasado en Zaragoza. Eso no quiere decir que desaparezcan algunos de los contenidos de ese contrato (como la necesidad de que los inmigrantes conozcan la lengua y respeten las costumbres del estado anfitri¨®n), que est¨¢ vigente en algunos pa¨ªses europeos.

Respecto a la prohibici¨®n de regularizaciones masivas, Espa?a ha insistido en que el texto no pudiera interpretarse como una descalificaci¨®n de la regularizaci¨®n de casi 700.000 inmigrantes que hizo en 2005. La f¨®rmula definitiva va en la l¨ªnea de proscribir las regularizaciones generales indiscriminadas, pero no caso por caso.