Bachar el Asad llama a la puerta de Israel
Cuatro a?os de contactos con mediaci¨®n turca y suiza conducen al inicio del di¨¢logo entre Siria y su enemigo
"Durante tres a?os el presidente Bachar el Asad estuvo llamando a la puerta de Israel. Es un milagro que cuando se le dijo que s¨ª haya respondido". El diplom¨¢tico israel¨ª Alon Liel, ex director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, explica el tortuoso camino que ha conducido a unas negociaciones -a¨²n incipientes, plagadas de escollos y de incierto futuro- entre Siria y su enemigo que todav¨ªa requieren de mediadores para trasladar los mensajes. El 21 de mayo ambos pa¨ªses anunciaron formalmente el inicio del di¨¢logo. Tres reuniones han tenido lugar desde entonces. Pero en la trastienda, pol¨ªticos turcos, israel¨ªes, sirios y suizos llevaban m¨¢s de cuatro a?os de traj¨ªn.
Todo arranc¨® el d¨ªa de Reyes de 2004. Por primera vez, un presidente de Siria visitaba oficialmente Turqu¨ªa. Asad plante¨® al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que utilizara sus excelentes relaciones con Israel para poner en marcha de nuevo un canal diplom¨¢tico quebrado a comienzos de 2000, tras la reuni¨®n entre el padre del mandatario, Hafez el Asad, con Bill Clinton. Erdogan se puso manos a la obra.
Todo empez¨® con la primera visita de un presidente sirio a Turqu¨ªa, en 2004
En mayo ambos pa¨ªses anunciaron formalmente los contactos
Feridun Sinirlioglu, embajador turco en Tel Aviv, contact¨® con Liel, a su vez ex embajador en Ankara. Se trataba de tantear. ?Estar¨ªa interesado el Gobierno israel¨ª en retomar la negociaci¨®n? "Ariel Sharon se neg¨®. No quer¨ªa molestar a Estados Unidos, empe?ado en aislar a Siria", recuerda Liel. Damasco ya hab¨ªa designado a su interlocutor, Ibrahim Suleim¨¢n, ciudadano estadounidense de origen sirio con una peculiaridad: naci¨® en el mismo pueblo que Hafez el Asad. Ankara pronto dese¨® averiguar si Suleim¨¢n portaba galones. La primera cita con el jefe de la legaci¨®n diplom¨¢tica turca en Damasco desvaneci¨® las dudas. Suleim¨¢n descendi¨® de un veh¨ªculo oficial cedido por la presidencia siria.
Liel pugn¨® por arrimar a alg¨²n funcionario israel¨ª a las conversaciones. "Celebramos siete reuniones entre enero y septiembre de 2004. Los turcos me presionaban para que asistiera alg¨²n diplom¨¢tico de mi pa¨ªs, aunque fuera de rango inferior", cuenta Liel. Fracas¨®. "Todo se detuvo y los turcos abandonaron", a?ade. Pocas semanas despu¨¦s, tras una conferencia que pronunci¨® Liel en Bruselas, se le aproxim¨® un diplom¨¢tico suizo y le sugiri¨® que se entrevistara con el enviado de Suiza para Oriente Pr¨®ximo, Nicolas Lang, ex c¨®nsul en Jerusal¨¦n, curtido en los entresijos de Oriente Pr¨®ximo.
Durante dos a?os, tras media docena de visitas de Lang a Damasco para reunirse con la jerarqu¨ªa siria y escarceos con asesores de Sharon y Olmert, nada prosper¨®. El mediador suizo consult¨® en julio de 2006 en Jerusal¨¦n con Yoram Turbowicz, asesor de Olmert. Turbowicz prometi¨® sondear a su jefe. Nunca hubo respuesta. Transcurrieron los meses, y cuando, a comienzos de enero de 2007, se desvel¨® el trasiego de los diplom¨¢ticos, Olmert se mof¨® de Liel por "conducir negociaciones por su cuenta". "Olmert", precisa Liel, "orden¨® a sus ministros que no se mencionara el tema de Siria para no contrariar al presidente Bush. Yo estaba molesto porque conoc¨ªa la disposici¨®n de Asad a negociar".
Enero de 2007. El primer ministro israel¨ª visita Ankara. Se entrevista con Erdogan y los otomanos vuelven a escena. "En marzo, Olmert decidi¨® que se comenzara el intercambio de mensajes. Y en mayo apreci¨¦ un cambio radical en su actitud", explica Liel. Los tozudos mediadores comenzaban a cosechar lo sembrado. Aunque los sobresaltos -Israel bombarde¨® en septiembre unas instalaciones militares en el norte de Siria- siempre est¨¦n a la orden del d¨ªa.
Anteayer concluy¨® en Estambul la tercera ronda de negociaciones. Sin mirarse a¨²n a la cara. "Supongo que Sinirlioglu es quien va de un hotel a otro con los papeles", sonr¨ªe Liel. El 13 de julio, Asad y Olmert se sentar¨¢n en la misma sala durante una cumbre euromediterr¨¢nea convocada por Nicol¨¢s Sarkozy en Par¨ªs. Nunca un presidente sirio y un jefe del Gobierno israel¨ª se han estrechado la mano. Nadie espera que vaya a suceder en la capital francesa.
Si ha sido necesario un lustro para resucitar ese proceso de paz, lo que resta es un campo de minas. La oposici¨®n de la poblaci¨®n israel¨ª es feroz. "Est¨¢ enamorada del Gol¨¢n. Y tambi¨¦n se ha enamorado del conflicto con Siria porque no se paga precio", comenta Liel. El Gol¨¢n, ocupado en 1967, es una balsa de aceite desde el final de la guerra de Yom Kipur, en 1973. Ya brotan los obst¨¢culos en esta carrera de fondo: acaba de aprobarse una ley, en primera lectura y por aplastante mayor¨ªa en la Kneset, que prescribe la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum o una mayor¨ªa de dos tercios de la C¨¢mara para autorizar la cesi¨®n de un cent¨ªmetro cuadrado del Gol¨¢n.
La desconfianza mutua tiene ra¨ªces profundas. "?De verdad crees que Siria quiere la paz?", se preguntaba esc¨¦ptico el martes un alto cargo de la diplomacia israel¨ª. No puede descartarse que Asad s¨®lo pretenda romper el aislamiento al que le somete Washington para apuntalar su r¨¦gimen. Pero cabe otro interrogante. ?Es sincero Olmert despu¨¦s de tan prolongado rechazo? El jueves, el profesor Yehezkel Dror, miembro de la comisi¨®n que investig¨® el fiasco del Gobierno en la guerra contra Hezbol¨¢, apuntaba que s¨®lo "se trata de una maniobra para mantenerse en el poder". Una multitud coincide con Dror.
"Asad es serio. Pero creo que nada pasar¨¢ hasta que Bush concluya su mandato", afirma Liel. "Mientras no haya una nueva Administraci¨®n en EE UU", confirma el alto cargo israel¨ª, "nada se puede esperar. A partir de ese momento, sabremos si se podr¨¢ avanzar".
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