La Polic¨ªa pone orden
El m¨ªtico grupo de los ochenta barre a Alejandro Sanz y a Estopa en Rock in Rio
The Police se comi¨® ayer todo el pastel de Rock in Rio con un concierto de ¨¦sos que hacen historia y barri¨® a Alejandro Sanz, que no firm¨® su mejor actuaci¨®n.
El directo de The Police ya no tiene la espontaneidad de los ochenta (?es que entonces ten¨ªan poco m¨¢s de 30 a?os!), pero en su resurrecci¨®n La Polic¨ªa sabe remover las emociones. Sting, con 56, y compa?¨ªa, que pasan de los 60, arrancaron con Message in a bottle y un saludo parecido al espa?ol. Uno a uno cayeron todos sus ¨¦xitos: Roxanne, So Lonely y, por supuesto, Every breath you take, con el que cerraron una gran actuaci¨®n. All¨ª salt¨® hasta la infanta.
Antes hab¨ªa aparecido el embajador del festival. Alejandro Sanz ya no es el cantante rompecorazones que forraba las carpetas de quincea?eras. Ha evolucionado. Ayer juguete¨® con el soul, el rap... Pero a su directo le falta emoci¨®n -esas presentaciones de m¨²sicos tan largas cortan el rollo, la verdad-. Son¨® El tren de los momentos, Coraz¨®n part¨ªo -que cant¨® desganado- y No es lo mismo al final, donde el madrile?o aceler¨®. Pero el da?o ya estaba hecho.
Sting, de 56 a?os, y compa?¨ªa siguen sabiendo remover las emociones
Antes de las actuaciones m¨¢s esperadas, y para dar la medida de lo que se cuece all¨ª, no est¨¢ de m¨¢s dar cuenta de una experiencia: el est¨®mago se encoge. Las piernas tiemblan y se convierten en pl¨¢stico. Ha llegado el momento. Estoy subido a 30 metros del suelo sujetado por un arn¨¦s en lo m¨¢s alto de la tirolina de 200 metros que atraviesa el escenario principal de Rock in Rio. Es una de las atracciones estrella del festival. La gente hace cola de varias horas para subir. Y por mucho que se empe?en en llamarlo adrenalina, la primera sensaci¨®n es de miedo.
?Es seguro?, pregunto al t¨¦cnico. Su "segur¨ªsimo" me suena poco convincente. La palabra m¨¢gica es "d¨¦jate caer". Y mi cuerpo de desliza por las cabezas de 70.000 personas que bailan algo parecido a la rumba.
La sensaci¨®n es electrizante. Dura poco m¨¢s de 30 segundos pero desde el aire se pueden ver los 200.000 metros cuadrados del recinto. Te sientes como el rey del mundo, que dir¨ªa el otro, aunque desde abajo la gente mira con indiferencia. Es normal. M¨¢s de dos mil personas han pasado por aqu¨ª arriba.
Bajo mis pies, con todav¨ªa algo de sol, Estopa acaba de empezar su concierto. La palabra glamour no existe para los hermanos Mu?oz. Segundos antes de salir al escenario, se dan una torta cari?osa. Nada. No hay confeti, ni fuegos. S¨®lo dos tipos de pantal¨®n vaquero repitiendo estribillos demasiado parecidos.
Shakira hab¨ªa dejado claro el d¨ªa anterior c¨®mo cerrar un festival de este tipo: ritmos bailables, edulcorada simpat¨ªa, soflamas deportivo nacionalistas ("?Hola campeones de Europa!", salud¨®) y sacudidas de cadera. La actuaci¨®n de Estopa fue ayer todo lo contrario. M¨¢s desnuda, m¨¢s cruda, m¨¢s directa. Estopa cumpli¨® el expediente. Eso s¨ª, la f¨®rmula de mezclar a Extremoduro con Los Chunguitos est¨¢ agotada.
David y Jos¨¦ viven de las rentas de su primer disco-bombazo publicado en 1999. Muchos aplausos, pocas novedades.
Al otro lado del escenario, la cantautora Suzanne Vega acababa de cerrar una aburrida actuaci¨®n. Definitivamente su ¨¦xito en los noventa se ha volatilizado. No le ha pasado lo mismo a Rosario que, dentro del grupo Flamenco All Star junto a Pitingo, Antonio Carmona y La Negra, mantiene un directo m¨¢s que efectivo. La hija peque?a de los Flores enfund¨® un arma secreta: El C¨®mo me la maravillar¨ªa yo, de su madre Lola -quiz¨¢ el primer rap espa?ol-. As¨ª Rosario se meti¨® al p¨²blico en el bolsillo.
El cantante italiano Zucchero tambi¨¦n fue ayer una de las estrellas. Con pantal¨®n de cuero negro puso en pie a todo el mundo, gracias a su Baila morena. Quiz¨¢ el masaje de 40 minutos que le dieron de urgencia antes del concierto ayud¨®.
Y es que ayer en Arganda del Rey las escenas volvieron a repetirse. Muchas atracciones, mucho biquini, muchas azafatas... Y hasta despedidas de soltera. Como la de Laura (nombre ficticio), que pasea frot¨¢ndose por el recinto con un mu?eco hinchable. Peludo y bien dotado.
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