"Nunca he dicho que la apertura del comercio sea buena para todos a la vez"
La hora de la verdad. Ahora o nunca. La ¨²ltima oportunidad. La eterna ¨²ltima oportunidad que aparece siempre ante las negociaciones sobre la Ronda de Doha para reducir los aranceles y las subvenciones y liberalizar el comercio mundial. Este a?o no es una excepci¨®n. Pascal Lamy (Levallois-Perret, Francia, 1947) se presenta en Madrid para cruzar ideas sobre la crisis alimentaria. Al mismo tiempo, el que es director general de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), est¨¢ enfrascado en la preparaci¨®n de la en¨¦sima ¨²ltima oportunidad para la Ronda de Doha.
Los sucesivos fracasos desde 2001 para avanzar en la apertura comercial han sido la t¨®nica tanto del mandato de Lamy -desde 2005- como anteriormente, frente al choque entre los pa¨ªses en desarrollo y las grandes potencias mundiales. Pero, pese a vivir atrapado en un bucle de tira y afloja entre pa¨ªses, Lamy no ha perdido la esperanza. "Esta vez es diferente", sentencia. La crisis alimentaria, parad¨®jicamente, incrementa las probabilidades de ¨¦xito. El director conf¨ªa en que la reuni¨®n del 21 de julio en Ginebra siente las bases para un acuerdo definitivo a finales de a?o. Y pese a las recientes declaraciones de un marcado cariz proteccionista del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, Lamy es considerablemente optimista: "Mi sensaci¨®n es que se puede hacer".
"Todos los pa¨ªses dicen que a¨²n pagan mucho y reciben poco"
Pregunta. La pr¨®xima reuni¨®n de la OMC en Ginebra, ?es la ¨²ltima oportunidad... otra vez?
Respuesta. El objetivo es concluir la negociaci¨®n a final de a?o, para lo que necesitamos llegar a un acuerdo sobre los 20 temas que la componen. Y mi sensaci¨®n es que se puede hacer. Si no sintiera que se puede hacer, no habr¨ªa convocado a los ministros.
P. ?Qu¨¦ probabilidades hay?
R. Yo creo que m¨¢s del 50%. Pero es necesaria una voluntad pol¨ªtica, que creo que existe. Tenemos que encontrar el equilibrio adecuado entre los 152 miembros; m¨¢s concretamente, el equilibrio adecuado entre los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y los desarrollados. Se trata de reequilibrar el sistema comercial a favor de los primeros. Y para eso, la negociaci¨®n tiene dos caras: una t¨¦cnica y otra pol¨ªtica. Si la negociaci¨®n tiene ¨¦xito, ambas se solucionar¨¢n. Si fracasa, ni la soluci¨®n t¨¦cnica ni la pol¨ªtica saldr¨¢n adelante.
P. ?C¨®mo puede afectar la negociaci¨®n a la crisis alimentaria?
R. Esta crisis tiene muchas aristas: requiere soluciones a corto y a largo plazo, de naturaleza estructural y coyuntural, y adem¨¢s no tiene un arreglo r¨¢pido. Podemos tratar algunos problemas b¨¢sicos, como el desequilibrio entre oferta y demanda. No se puede reducir la demanda, as¨ª que la soluci¨®n estriba en aumentar la oferta. Eso se puede hacer m¨¢s r¨¢pido y con mayor eficacia en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Su capacidad de producci¨®n se ha visto obstaculizada por distorsiones del comercio mundial: subvenciones a las exportaciones y al comercio interior, aranceles elevados... Y aqu¨ª est¨¢ la contribuci¨®n que la OMC puede hacer. Podemos hacer que las reglas del comercio mundial sean m¨¢s justas.
P. ?Las hambrunas de los ¨²ltimos meses son consecuencia del fracaso de la OMC y de otras instituciones multilaterales?
R. Yo no dir¨ªa eso. Es una crisis muy compleja, es una especie de tormenta global, que no existir¨ªa si una serie de factores estructurales y coyunturales no hubieran sucedido simult¨¢neamente.
P. Muchos pa¨ªses responden a la crisis con m¨¢s proteccionismo.
R. El proteccionismo no es la soluci¨®n. Si un pa¨ªs empieza a protegerse a s¨ª mismo, los dem¨¢s van a hacer lo mismo, y al final habr¨¢ menos posibilidad de que los productores accedan a los mercados globales. Y en ese caso habr¨¢ menos inversiones, y con menos inversiones, menos producci¨®n, como en un c¨ªrculo vicioso.
P. ?Ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil sin Bush?
R. En la OMC no elegimos a los Gobiernos. Esta Administraci¨®n de EE UU ha dicho oficialmente que quiere cerrar esta negociaci¨®n antes de que termine el a?o. Ahora, como todos los dem¨¢s negociadores, a?adir¨¢n condiciones, porque son cautos. No ceder¨¢n a cualquier precio. Nadie va a cerrar el trato a cualquier precio.
P. ?El problema es Occidente o los pa¨ªses en desarrollo?
R. Si escuchamos a los 152 negociadores, hoy todos est¨¢n diciendo: 'Ummh, todav¨ªa no. Pago mucho y no recibo demasiado'. Eso ocurre cuando hablas con ellos uno por uno. Y al final de ese proceso no queda m¨¢s remedio que pensar: 'Qu¨¦ sitio tan extra?o: todos pagan mucho y reciben poco. Debe de haber un agujero negro en alguna parte'.
P. Con los sucesivos fracasos de los ¨²ltimos a?os, un acuerdo ser¨ªa casi un milagro...
R. Tras casi siete a?os de negociaci¨®n se han hecho progresos enormes. Lo que hab¨ªa encima de la mesa en otras ocasiones y lo que hay ahora es como la noche y el d¨ªa.
P. ?Le gusta la reforma de la pol¨ªtica agraria europea?
R. No estoy en el negocio de opinar sobre una pol¨ªtica en particular, estoy en el mundo de la negociaci¨®n comercial multilateral. La UE reform¨® su pol¨ªtica en 1992, 1999, y en 2003 siempre ha ido en la direcci¨®n de conceder menos subvenciones y subsidios que distorsionan el comercio. En las reformas de la UE hay una sensaci¨®n de direcci¨®n, de compromiso.
P. Economistas como el Nobel Joseph Stiglitz critican varios aspectos de la globalizaci¨®n. En su opini¨®n, la liberalizaci¨®n tal vez no sea la ¨²nica manera de solucionar este tipo de problemas. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Si he entendido bien a Stiglitz, lo que dice no es que el problema sea la globalizaci¨®n, sino c¨®mo enfrentarse a la globalizaci¨®n, c¨®mo abordarla. Nunca he dicho que la apertura del comercio sea muy buena para todo el mundo al mismo tiempo, norte, sur, este, oeste, ricos, pobres o clase media. La apertura comercial, como la tecnolog¨ªa, reorganiza los sistemas. Yo creo ante todo que la apertura comercial es mejor que la restricci¨®n comercial; que por encima de todo, la cantidad de ganadores es mayor que la de perdedores, pero nunca he dicho que esto suceda como un milagro.
P. ?Es optimista?
R. Lo que soy es activista. -
Doha, otra vez
D¨ªa 21 de julio. Otro d¨ªa de nervios para Pascal Lamy. Otra reuni¨®n, que otra vez parece ser definitiva. Unos treinta ministros de los pa¨ªses clave en la negociaci¨®n de la OMC sobre la apertura del comercio (conocida como la Ronda de Doha) se reunir¨¢n para intentar tomar la decisi¨®n final. Asistir¨¢n, entre otros, representantes de Brasil, EE UU, M¨¦xico y la Uni¨®n Europea. Casi todos son positivos. El primero, Lamy. Pero Lamy ya era positivo en 2007, cuando pronostic¨® que conseguir¨ªan un acuerdo antes de final de ese a?o.
Doha comenz¨® en 2001. Es heredera de la ronda anterior, la de Uruguay, que termin¨® sin un acuerdo sobre comercio agr¨ªcola. Un escollo con el que todav¨ªa hoy tropiezan. "Los temas m¨¢s importantes para julio son la reducci¨®n de las subvenciones a la agricultura, los aranceles agr¨ªcolas y los aranceles industriales, adem¨¢s de alg¨²n avance en los servicios", repasa Lamy.
?Y qu¨¦ pasa si la reuni¨®n sigue sin haber acuerdo? Quiz¨¢ sea el fin de la ronda, quiz¨¢ s¨®lo otra muerte que llevar¨¢ a otra resurrecci¨®n. Porque Doha ya muri¨® en 2006 y en 2007. "Todas las negociaciones de comercio de este tipo han tenido altibajos", justifica el director. "La negociaci¨®n final ser¨¢ inevitablemente larga, porque tomamos las decisiones por total consenso, y son 152 miembros hablando sobre 20 temas". En el fondo, Lamy encuentra una ventaja en tanta lentitud. "Es un sistema para decidir controvertido, complejo, abierto a los que causan problemas, pero al final del d¨ªa todo eso hace que sea muy s¨®lido".
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