"La ¨²nica soluci¨®n es la inversi¨®n"
Lleg¨® a Madrid por la ma?ana, procedente de Austria, pero lo hizo con retraso y eso alter¨® toda su agenda. Aqu¨ª le esperaban sus colaboradores, con los que iba despachando los temas del d¨ªa de camino a la primera reuni¨®n. Tras el almuerzo de trabajo le reservan apenas 20 minutos para una entrevista; luego atiende a una televisi¨®n, y sale disparado para la conferencia sobre alimentaci¨®n que organizaba el Partido Socialista, el principal motivo de su visita. Despu¨¦s llegar¨¢ su encuentro con el presidente del Gobierno y con el ministro de Asuntos Exteriores. Y vuelta a Roma, sede central de la FAO (Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n, en sus siglas en ingl¨¦s).
Bastar¨ªan 30.000 millones de d¨®lares al a?o para garantizar la oferta
Diouf destaca el papel pionero del Gobierno espa?ol en esta iniciativa
No es un ritmo f¨¢cil, y menos a los 70 a?os. Pero despu¨¦s de haber pasado los ¨²ltimos 12 advirtiendo de los riesgos que se cern¨ªan sobre la alimentaci¨®n hoy cuenta con el apoyo y el reconocimiento de la comunidad internacional y "no quiere desaprovechar el momento", admite uno de sus colaboradores. Jacques Diouf (Senegal, 1938) reconoce que, durante mucho tiempo, su discurso ha ca¨ªdo en saco roto, pero que no por eso ha dejado de hacerlo. Las acusaciones por falta de previsi¨®n -dice- hay que hac¨¦rselas a otros.
"En 1996, la FAO organiz¨® la primera cumbre mundial de jefes de Estado y de Gobierno para advertir sobre los problemas de seguridad alimentaria. En ese encuentro se tom¨® la decisi¨®n de reducir el n¨²mero de personas afectadas por el hambre a la mitad para 2015. En 2002 se convoc¨® la segunda cumbre, y ah¨ª ya se advirti¨® que ¨ªbamos en la mala direcci¨®n, que si continu¨¢bamos por ese camino no ¨ªbamos a alcanzar los objetivos en 2015, sino en el a?o 2150", precisa.
Diouf insiste en que en septiembre pasado alert¨® de que la crisis alimentaria traer¨ªa "no s¨®lo problemas a nivel humano, ¨¦tico o econ¨®mico, sino tambi¨¦n a nivel pol¨ªtico y social". Poco despu¨¦s, se produjo la primera huelga en Italia por la subida del precio del trigo. Despu¨¦s llegar¨ªan las protestas en Hait¨ª, en el norte de ?frica, en varios pa¨ªses del sureste asi¨¢tico... Sin embargo, la crisis de las tortillas ya hab¨ªa estallado en M¨¦xico muchos meses antes, a principios de 2007, por el encarecimiento del ma¨ªz, sin que nadie -tampoco la FAO- interpretara las protestas como una se?al de cambio.
La sensibilidad internacional ante las subidas de precios es muy reciente, y ah¨ª el Gobierno espa?ol ha sido pionero. "El pasado 17 de diciembre lanc¨¦ una iniciativa contra el alza de precios de los productos alimenticios, y entonces solamente Espa?a apoy¨® de forma inmediata iniciativas en esa direcci¨®n. Con ocasi¨®n de la conferencia de alto nivel de principios de junio en Roma ha sido la primera vez que ha habido una reacci¨®n a escala mundial y, aunque no era el prop¨®sito del encuentro, diferentes pa¨ªses e instituciones han anunciado una ayuda de 11.000 millones de d¨®lares para combatir el problema".
Habla en un espa?ol que no oculta su acento africano ni la traducci¨®n literal de muchas expresiones procedentes del ingl¨¦s, la lengua en la que desarrolla buena parte de su trabajo. Podr¨ªa hacerlo tambi¨¦n en franc¨¦s y en wolof, la lengua principal de su Senegal natal. Sus gestos constantes y su expresividad delatan la vehemencia de su discurso.
"Por primera vez hay una realizaci¨®n de que el problema lo es a escala mundial. Hay un problema de inflaci¨®n en los pa¨ªses desarrollados, como se ha visto en la reacci¨®n del Banco Central Europeo sobre los tipos de inter¨¦s, [...] y reacciones populares en muchos pa¨ªses pobres". Y recalca: "Por primera vez hemos visto a jefes de Estado reconocer que fue un error no haber invertido lo necesario en estos a?os en el sector agropecuario, ?y se necesita valor para reconocerlo!".
Diouf rechaza simplificar las causas de la crisis. "Hay muchos factores. El cambio clim¨¢tico, en particular las sequ¨ªas y las inundaciones, ha disminuido la oferta de productos alimenticios en un tiempo en el que las reservas estaban muy bajas: 407 millones de toneladas de granos, el nivel m¨¢s bajo desde 1980. El aumento de la poblaci¨®n tambi¨¦n se nota en la demanda: 78,5 millones de habitantes m¨¢s por a?o que van a llevar la poblaci¨®n mundial de 6.000 a 9.000 millones en 2050. Adem¨¢s, hay mayor demanda de los pa¨ªses emergentes. Su poblaci¨®n tiene mayor poder adquisitivo y pueden comprar m¨¢s alimentos y de mayor calidad, en particular de carne y leche. Y se necesitan ocho kilos de granos para obtener un kilo de carne", relata el responsable de la FAO.
Entre esos factores no se puede obviar el impacto de los biocombustibles. "Por si fuera poco, una parte de la producci¨®n que deber¨ªa ir a alimentaci¨®n ahora va a alimentar coches. Alrededor de 100 millones de toneladas de granos y con fuertes subsidios de por medio para impulsar el proceso".
La FAO no cree que la escalada de precios en los alimentos vaya a seguir a este ritmo, "pero no van a bajar, aunque depende de factores que no controlamos" como las recientes inundaciones en la zona agr¨ªcola de Estados Unidos.
Diouf urge una acci¨®n de las potencias desarrolladas. "Es urgente invertir en agricultura en los pa¨ªses pobres. Bastar¨ªan entre 24.000 y 30.000 millones de d¨®lares anuales, y eso supone menos del 10% de los subsidios que los pa¨ªses ricos otorgan a sus agricultores, unos 372.000 millones anuales. Por no hablar de los gastos militares...". Y ah¨ª lo tiene claro: "Es mejor poner dinero para alimentar a los pobres que dar dinero para matar a personas en todo el mundo".
?sa es, quiz¨¢, su principal denuncia. "Hay un problema de equidad en las condiciones del comercio internacional. Muchos pa¨ªses en ?frica que eran exportadores de grano han dejado de hacerlo porque no pueden competir con las producciones que tienen subsidios. Y eso debe negociarse en el marco de la Ronda de Doha".
Entre las prisas que le meten sus asesores, Diouf se despide con una gran sonrisa. "Espero que haya entendido mi espa?ol y haya quedado claro mi mensaje. La ¨²nica soluci¨®n es la inversi¨®n". -
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