Competir con C's

Con Josep Piqu¨¦, el PP aspir¨® a disputar a CiU la hegemon¨ªa en el centro derecha en Catalu?a. Su f¨®rmula consist¨ªa en dar un barniz de catalanismo bien entendido a la concepci¨®n uninacional de Espa?a que defiende el PP. Aquel intento, que se hac¨ªa a contrapelo del sentimiento de los afiliados, se sald¨® con un fracaso del que el congreso regional del partido no ha querido ni hablar. Mejor no meneallo. Y lo que surge de este congreso, con la protegida de Javier Arenas como presidenta, es un PP que compite por el espacio pol¨ªtico que les disputa Ciutadans como defensor de un espa?olismo confrontado a cara de perro con cualquier asomo de catalanismo. Retorno a las posiciones de siempre. M¨¢s clara declaraci¨®n de conformismo, imposible.

Lo expres¨® a su manera el secretario general saliente, Rafael Luna, cuando en su rendici¨®n de cuentas dijo que los resultados de las auton¨®micas no fueron del todo malos, y se habr¨ªan mantenido en la t¨®nica general, si no fuera porque Ciutadans les arrebat¨® un esca?o. Que CiU ocupe casi todo el espacio del centroderecha, ya se sabe, es lo que hay. Lo que no se puede aceptar es que Ciutadans penetre en el campo espec¨ªfico del espa?olismo, el que el PP tiene como propio.

Que la direcci¨®n del PP haya decidido desde su sede de la calle de G¨¦nova de Madrid qui¨¦n deb¨ªa ser la presidenta regional del partido es, adem¨¢s de una equivocaci¨®n, una ilustrativa met¨¢fora sobre qu¨¦ pol¨ªtica quiere seguir en Catalu?a. Debe presidir el PP la persona que le convenga al partido en general, y la organizaci¨®n regional ha de acomodarse a esa conveniencia, de la misma forma que debe aplicarse en Catalu?a la pol¨ªtica que le convenga al PP para toda Espa?a. Y la pol¨ªtica que hoy aplica el PP para toda Espa?a se basa en gran manera en agitar el nacionalismo espa?ol frente a los nacionalismos perif¨¦ricos.

El objetivo de Piqu¨¦ era acercarse a la mesocracia catalana, al nutrido mundo del empresariado que compagina sus simpat¨ªas con los planteamientos en pol¨ªtica econ¨®mica del PP con la defendida por CiU. A fin de cuentas, la pol¨ªtica de CiU s¨®lo puede prosperar mediante enmiendas en el Congreso, no desde la titularidad de los ministerios, que era la posibilidad a que apuntaba Piqu¨¦. Esta orientaci¨®n fue retomada por Mariano Rajoy en la clausura del congreso. Pero ante una audiencia que no piensa en c¨®mo disputar la hegemon¨ªa a CiU, sino en emular a Ciutadans.

O sea que, por lo menos por este flanco, CiU puede estar tranquila.