Otro Hemingway en el balc¨®n

John Hemingway, estadounidense de 47 a?os, es nieto del escritor que se bebi¨® los sanfermines para inmortalizarlos con su pluma. A las 7.35 llega vestido de blanco y con pa?uelico rojo anudado al cuello al n¨²mero 12 de la plaza del Castillo, cuya segunda planta acoge una sociedad gastron¨®mica con dos balcones privilegiados a la calle de Estafeta. Primera visita a Pamplona, invitado por la pe?a Los Gatos, 85 a?os despu¨¦s de que su abuelo tambi¨¦n se asomase a estas calles por vez primera como corresponsal del semanario canadiense Toronto Star.

En castellano risue?o y solvente, el descendiente del autor de Fiesta asegura haber "flipado" con el peligroso encierro del lunes. Lo contempl¨® cerca de la plaza del Ayuntamiento, donde los toros dejaron a su paso varios heridos. "Me impresion¨® ver, minutos antes, a algunos chicos borrachos que no ten¨ªan ni idea del peligro que estaban corriendo".

Asomado al balc¨®n de la segunda planta, John concentra su atenci¨®n a las ocho en punto en la televisi¨®n. "?Me encanta lo del cohete que anuncia la salida de los toros!". Estampida general. La manada de los temibles Cebada Gago enfila la calle de Estafeta. John permanece aferrado al balc¨®n con cara de velocidad. "?Mira qu¨¦ curioso! Si uno se cae los toros siguen, no cogen a los corredores". Un encierro limpio. Los Cebada Gago, siempre respetados en estas calles por su historial de cornadas, dejan cinco heridos.

Salimos a la calle para retratar a John Hemingway en uno de los balcones del hotel La Perla, donde su abuelo se aloj¨® durante sus dos ¨²ltimas visitas a Pamplona, en los a?os 1953 y 1959. Este m¨ªtico establecimiento fue reinaugurado en septiembre del a?o pasado con categor¨ªa de cinco estrellas. Al frente de la recepci¨®n lleva 35 a?os Fernando Hualde, historiador autodidacto y escritor de varios libros sobre el nobel estadounidense. "Hemingway se aloj¨® en la 217, hoy 201, con vistas a la calle de Estafeta. En sus visitas anteriores a 1953 entr¨® en esa habitaci¨®n para ver vestirse de luces a los toreros. Le hac¨ªa ilusi¨®n dormir all¨ª. En su momento pag¨® sesenta y tantas pesetas por noche. La misma habitaci¨®n cuesta hoy 1.605 euros durante la ¨¦poca de fiestas".

El caf¨¦ Iru?a es otro de los lugares donde Hemingway bebi¨® todo lo que pudo. Sentado en una de las mesas de la plaza del Castillo, su nieto desgrana la memoria familiar plasmada en un libro sobre la tormentosa relaci¨®n entre su padre y el autor de El viejo y el mar. Titulada Strange tribe (The Lyons Press), la obra arranca cuando Hemingway, el macho por excelencia, cazador y mujeriego, encuentra a su hijo prob¨¢ndose las medias de su esposa. "Pocos d¨ªas despu¨¦s le dijo: Gigi, t¨² y yo provenimos de una tribu extra?a. Ernest comprendi¨® que su hijo era un reflejo de s¨ª mismo. Mi padre sufr¨ªa trastorno bipolar. Y en cierto sentido, creo que Ernest tambi¨¦n. Combinaba periodos de depresi¨®n con otros de creatividad. Adem¨¢s, en contra de lo que se dec¨ªa de ¨¦l, no creo que fuera mis¨®gino; s¨®lo luchaba contra su lado femenino".

Antes de volver a Montreal el nieto del mito literario reflexiona despu¨¦s de tres d¨ªas de festejos. "Los sanfermines tambi¨¦n son una cuesti¨®n bipolar. Pamplona es una ciudad tranquila que en verano se transforma".

Cuatro retransmite los encierros cada d¨ªa a partir de las 7.25.